GUSTAVO ARGAÑARAZ
En la previa del “Foro sobre Transición Energética e Hidrógeno Verde“, a realizarse en Chubut, La Opinión Austral dialogó con Juan Carlos Vilallonga, miembro fundador de la PlataformaH2 Argentina, que junto al gobierno de Ignacio Torres organizan el evento energético al que concurrirán especialistas de todo el país, además de representantes de diferentes estados del mundo.
- ¿Por qué desarrollar el foro en la Patagonia?
- La Patagonia en su conjunto es importante para que Argentina pueda insertarse en un mercado global que se configura. Para Chubut es clave porque le permitirá poner en valor un excelente recurso como el viento, que más allá de producir electricidad para consumo en la red nacional es posible utilizarlo para un bien exportable.
La manera de tener un hidrógeno verde es a partir de la energía eléctrica renovable y para eso hay que tener energía renovable abundante y a bajo costo, estas características tiene la Patagonia. Entonces es uno de los sitios interesantes a nivel mundial para producir.
Es una oportunidad, pero requiere estar listos para ser partícipes del mercado en el momento oportuno. Hay muchas zonas en el mundo que presentan condiciones con los recursos renovables y hoy hay una carrera de los países que buscan colocarse como oferentes de hidrógeno verde. Argentina puede correr esa carrera.
- ¿El paso siguiente es generar las condiciones para adecuarse a la demanda de un mercado con exigencias globales?
- Correcto, es así. Significa que el Estado nacional debe tomar algunas decisiones y en las provincias claves, como Chubut, Santa Cruz y Río Negro, también tienen que aparecer otras determinaciones.
Por supuesto que es necesario -además- tener una macroeconomía ordenada, significará tener bajo costos de producción. Esta industria no se puede calificar de extractiva, es manufacturera que desarrolla un producto a partir de materias primas, en este caso la electricidad, y genera bienes exportables.
Lo que hay que tener en cuenta es que Argentina competirá con los costos de producción de Chile, Australia o Medio Oriente. Requiere trabajar en muchos aspectos, uno es el marco regulatorio que se debatió, pero está en pañales.
- Es una tarea del Congreso de la Nación…
- Sería una buena señal que avance con una buena normativa. Hubo algunas discusiones que apenas se expresaron mediante proyectos de ley, pero no mucho más.
Los futuros compradores, como los países europeos, el sudoeste asiático y las empresas, están expectantes haciendo un seguimiento de los pasos que da Argentina. Todo este escenario se hablará en el foro de Comodoro.
- Legisladores organizaron un bloque patagónico en el Congreso y la Ley Nacional de Hidrógeno fue marcada como prioridad…
- Este encuentro, en verdad, fue motivado a partir de las expresiones que se dieron en el Foro de Gobernadores de la Patagonia. Inicialmente se lo pensó como una actividad dentro de los encuentros de los gobernadores, luego tomó forma independiente. La impronta que tiene está alineada a esas expectativas. Participamos del foro que se hizo en Puerto Madryn, procuramos que el hidrógeno estuviera presente.
El bloque es clave para que haya legisladores alineados.
- El momento del hidrógeno será hacia el 2030, a diferencia del litio que Argentina debe acoplarse al mercado actual. ¿Constituye una oportunidad?
- En el litio hay mercado y se lo usa a gran escala, claramente hay oferta y demanda. Un proyecto tiene mercado en el que vender. En el caso del hidrógeno, es un mercado que todavía no existe, la demanda va a consolidarse y estructurarse.
Los proyectos llevan su tiempo, son grandes parques eólicos, hay que tomar decisiones que van de la mano de esos futuros compradores y son negocios de una envergadura que tienen un tiempo de maduración importante. Hay que comprender que los tiempos son prolongados, pero no significa que nos va a esperar. Para estar en condiciones de ofertar un producto competitivo en el 2030 tenemos que iniciar la tarea ahora y sin demoras, haciendo las cosas bien.
Esto tiene otra lógica, otros plazos. En el mercado del hidrógeno habrá compradores y vendedores que serán socios, por eso hay un interés de la Unión Europea de ayudar a Argentina para que seamos un proveedor.
El petróleo se vende en el mercado spot y quien vende no conoce quién compra. En el hidrógeno es distinto, el oferente venderá a sus socios comerciales y políticos. Esto requiere de un ordenamiento político y económico, es decir que habrá un vínculo de cooperación.
- ¿Significa que el hidrógeno es disruptivo para el mercado?
- Exacto. Hay que pensar que este vector nace en un escenario en el que el mundo revindica la seguridad energética. Esto significa que nadie quiere depender de suministros inestables, por lo tanto la tendencia es no depender de países políticamente inestables.
- La guerra de Rusia-Ucrania es un claro ejemplo…
- Sin dudas. Europa no quiere volver a repetirlo, por lo tanto comprará hidrógeno a países que garanticen suministro y vínculos comerciales y políticos. En ese escenario Argentina tiene mucho por hacer, hay que sostener las relaciones comerciales. Todos estos aspectos nos colocan en un lugar de grandes desafíos.
- ¿Cuál es el rol que debe cumplir Santa Cruz en este tablero estratégico global?
- La mayoría de los proyectos están ubicados en Santa Cruz, es una de las provincias más atractivas para las inversiones. Solamente tiene que hacer bien las cosas.
Seguramente habrá un polo industrial asociado a los puertos que produzca amoníaco. Diría como Bahía Blanca, no de esa envergadura, pero sí de esas características. Es importante que esto se pueda aprovechar, hay que hacerlo bien, sin conflictos desde el ordenamiento del territorio, desde lo ambiental y social, además de generar tranquilidad para las inversiones.
Santa Cruz tiene condiciones ideales, grandes extensiones de tierras disponibles, puertos, pero tiene que abaratar costos. Con grandes definiciones por delante, Argentina debe dar un ordenamiento al desarrollo de este vector energético de alcance global y la Patagonia está llamada a tutelar el camino a transitar.