Sí la reversión del Gasoducto del Norte termina a tiempo, en julio Argentina pondría fin al contrato de provisión de gas que tiene con Bolivia en firme. Mientras tanto, el ministro de Economía apuntó a la regularización de la deuda de US$ 230 millones.
Según confirmó Luis Caputo, se pagará la deuda para evitar problemas de abastecimientos de siete provincias que dependen del gas boliviano. Este año y por primera vez gran parte de la provisión será por primera vez desde Vaca Muerta, dado que según fuentes del sector privado, hay expectativa con que se llegue con la construcción de la Reversión del Gasoducto Norte, una de las pocas iniciadas de la obra pública puso en marcha la presidencia de Javier Milei.
Para asegurar el abastecimiento, el gobierno podría avanzar con una propuesta que le acercaron desde TGN, empresa privada de transporte de gas, para avanzar con mayor velocidad en la reversión de dos plantas compresoras, y así que se puedan inyectar hasta 15 millones de metros cúbicos diarios (MMm3/día). Con esta alternativa, podría arribarse a una solución provisoria por este invierno.
El secretario de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo, reveló durante la primera audiencia pública del año, que el gobierno anterior dejó sin pagar US$ 230 millones por la importación de gas desde Bolivia, lo que equivale a más de un trimestre.
El gobierno recibió un apercibimiento de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), la petrolera estatal boliviana. Según el ministro de Economía y Finanzas de Bolivia, Marcelo Montenegro, dijo que llegó a un acuerdo con Caputo. "Ya hablé con el ministro, para que podamos ponernos al día", afirmó durante una entrevista radial.
Montenegro explicó que a partir de enero comenzó a regularizarse la deuda, y se finalizará en abril, a un ritmo de US$ 57 millones mensuales.
Según explicó el secretario de Energía Eduardo Rodríguez Chirillo, el Estado a través de distintos mecanismos de adquisición de gas ha ido absorbiendo mediante el gasto público dos tercios de los costos del suministro de gas actual. En los contratos a nivel local, en el periodo 2008-2017, se hacen intentos por incentivar la producción de gas natural con los programas Gas Plus y el Plan Gas 1, 2 y 3 y posteriormente el programa Estímulo al Desarrollo del Gas No Convencional. Hacia el 2020 se implementan los programas del Plan Gas mediante el decreto 892 que es subdividido en cinco rondas de licitación de las cuales las primeras tres atienden la demanda prioritaria. Es un programa de estímulo a la producción del gas natural cuyo objetivo es asegurar el abastecimiento del mercado interno.
Los contratos establecidos en dólares por millón de BTU que paga ENARSA a US$ 3,8 millón de BTU en promedio vende a los distribuidores a US$ 1,2 en promedio durante el año 2023 el millón de BTU (el caso de la ronda 1). En 2003 se retoman las importaciones del gas de Bolivia a un costo promedio de US$ 10 el millón de BTU que fue reduciendo en cantidad de metros cúbicos suministrados y finalizaría en julio del 2024. El gas así adquirido por ENARSA lo vende a los distribuidores a US$ 1,82 el millón de BTU, generando unas pérdidas cuantiosas por el Estado.
Según datos de la consultora especializada Gas Energy Latin America (GELA), en 2023 Bolivia exportó a Argentina 6,7 millones de metros cúbicos (m3), la cifra más baja en los últimos años y representa una caída del 50% en comparación con 2021, cuando se enviaba 12,8 millones de m3. En 2022 se mandó 10,5 millones de m3.