En el inicio de la segunda mitad de febrero, Vaca Muerta acapara la atención de empresarios y economistas por las estrategias contrapuestas de inversiones
ANTONIO ROSSI
En el inicio de la segunda mitad de febrero, Vaca Muerta ha vuelto a acaparar la atención de empresarios y economistas por las estrategias contrapuestas de inversiones que decidieron implementar la petrolera de mayoría estatal YPF y la estadounidense ExxonMobil.
Mientras YPF salió a difundir por las provincias los alcances de nuevo plan estratégico denominado "4X4", con el que apunta a concentrar la mayor parte de sus inversiones en Vaca Muerta con el fin de cuadriplicar el valor de la empresa en los próximos cuatro años; ExxonMobil se encamina a dar otro paso para retirarse de la cuenca neuquina con la recepción de las ofertas de las petroleras interesadas en quedarse con las áreas no convencionales y acciones en Oldeval que tiene en venta desde mediados del año pasado.
A modo de anticipo de la exposición oficial que hará el 4 de marzo ante accionistas e inversores; el presidente de YPF, Horacio Marín confirmó que el plan de acción cuatrienal focalizará las inversiones en el desarrollo y expansión de su presencia en Vaca Muerta con la mira puesta en poder incrementar las exportaciones de hidrocarburos a unos US$ 30.000 millones en 2030 y llevar el valor de la acción en Wall Street de los actuales US$ 16,40 a US$ 60.
Junto con el direccionamiento del 80% de las inversiones para la explotación de petróleo y gas no convencional de la cuenca neuquina, los otros tres pilares del plan estratégico de YPF consisten en: la salida de las áreas y los pozos convencionales localizados en la región patagónica; una mayor productividad en los segmentos de upstream (exploración y producción) y midstream (transporte de petróleo y gas) y la puesta en marcha del proyecto de exportación de GNL en sociedad con la malaya Petronas.
Para apuntalar la apuesta por Vaca Muerta, YPF prevé sumar a la financiación interna y externa que logre conseguir los ingresos provenientes de la desinversión que llevará adelante en los yacimientos maduros y menos productivos. Para lograr ese objetivo, los ejecutivos de la petrolera contemplan tres caminos: la venta de las áreas que aún tienen cierto atractivo; la cesión de la operación de pozo a empresas pymes con el compromiso de comprarles la producción y la devolución de concesiones a los gobiernos provinciales.
Hasta ahora, el plan de YPF ha cosechado dos reacciones provinciales que van de un extremo a otro. Mientras las autoridades de Neuquén y Mendoza manifestaron su apoyo y aprobación; en Santa Cruz y Chubut se encendieron las señales de alerta y preocupación por las desinversiones en los pozos y áreas convencionales que están en carpeta.
A priori, la provincia que va camino a ser la principal perjudicada por esa movida es Chubut porque prácticamente todas las áreas del Golfo de San Jorge son del tipo convencional y tienen una declinación productiva creciente que YPF no quiere seguir teniendo en su cartera de activos.
Esta situación ya ha comenzado a generar tensión y rispideces entre Marín y el gobernador Ignacio Torres, quién le advirtió al timonel de YPF que, si reduce la explotación y restituye concesiones, le exigirá el pago de los pasivos ambientales que la empresa acumuló en casi 100 años de actividad extractiva en la provincia.
ÁREAS Y PARTICIPACIONES EN VENTA
En el caso de ExxonMobil, su decisión estratégica con respecto a Vaca Muerta va a contramano de YPF y tiene como objetivo la venta de todos sus activos en la cuenca neuquina.
En los próximos días, la petrolera estadounidense dejará habilitada la instancia de recepción de ofertas por las participaciones que tiene en siete áreas de Vaca Muerta y en la empresa Oleoductos del Valle (Oldeval).
Los activos y porcentajes accionarios que tienen el cartel de venta son los siguientes: 90% del área Bajo del Choique - Lea Invernada; 50% de Loma del Molle; 90% de Los Toldos II Oeste; 80% de Los Toldos I Sur; 50% de Pampa de las Yeguas; 42,5% de Parva Negra Este y 45,55% de Sierra Chata. El paquete incluye, además, el 21% de las acciones de Oldeval.
Tras haber tomado la decisión de desinvertir en Vaca Muerta para potenciar sus principales proyectos en la gigantesca reserva de petróleo no convencional de Permian en EE.UU. y en las áreas offshore de Guyana; ExxonMobil contrató en agosto pasado al banco Jefferies Financial Group para sondear el interés de posibles compradores locales y extranjeros.
Según fuentes del sector petrolero, la lista de interesadas en quedarse con los activos de ExxonMobil -que están valuados en una cifra que oscila entre US$ 1.200 millones y US$ 1.500 millones- estaría integrada por nueve petroleras y gasíferas que ya tienen sus fichas puestas en Vaca Muerta.
Una de ellas es la propia YPF que quiere extender su presencia en la cuenca neuquina. Otra sería la angloholandesa Shell que hizo pie en Vaca Muerta en 2013 donde lleva invertidos más de US$ 2.000 millones. A ellas se agrega Vista -la empresa piloteada por el ex CEO de YPF, Miguel Galuccio- que recientemente se desprendió de sus convencionales para enfocarse de lleno en Vaca Muerta.
Otra interesada es Pan American Energy (PAE), la petrolera de Bridas y British Petroleum que maneja el grupo familiar Bulgheroni. También entraría en la puja Pampa Energía, la empresa piloteada por Marcelo Mindlin que en los dos últimos años ha venido ganando posiciones en la producción gasífera de Vaca Muerta.
Lo mismo harían petroleras locales Tecpetrol -del grupo Techint- y Pluspetrol -de las familias Poli y Rey- que opera uno de los principales yacimientos de shale gas.
Completan la lista Geopark Limited -empresa de exploración y producción de petróleo y gas natural que desembarcó en el país en 2023- Qatar Energy, actual socia de ExxonMobil en el programa de exploración offshore en tres bloques de la cuenca Malvinas Occidental.