La agencia estadounidense resaltó el “rápido desarrollo” en la incorporación de la energía eólica en la matriz energética uruguaya
En el campo del centro de Uruguay, las aspas de 50 turbinas eólicas giran con la brisa, creando suficiente energía para abastecer a hasta 150.000 hogares. Estas turbinas forman parte del Parque Eólico Peralta, una de las instalaciones más grandes de este tipo en el país.
El Parque Eólico Peralta se ubica en el Departamento de Tacuarembó, cerca de la costa del Lago Rincón del Bonete, creado mediante la represa del Río Negro.
Peralta, que comenzó su operación en 2015, es un ejemplo de cómo la energía eólica ha experimentado un rápido crecimiento en Uruguay en los últimos años. Entre 2013 y 2018, el país aumentó la proporción de energía eólica en su combinación eléctrica del 1 al 34%.
"Uruguay experimentó un increíble aumento en la energía eólica durante esos cinco años, superando la velocidad de cualquier otro país", destacó Joel Jaeger, investigador asociado sénior del Instituto de Recursos Mundiales.
Jaeger analizó recientemente las tasas de adopción de energías renovables en países de todo el mundo.
Aunque muchos países de ingresos elevados lideraron el desarrollo de energías renovables, Uruguay destacó como el país con el ritmo más rápido, a pesar de ser considerado en desarrollo. Parte de la motivación detrás del aumento de la energía eólica fue la prolongada sequía de principios de la década de 2000.
"Históricamente, Uruguay ha dependido de la energía hidroeléctrica, pero cuando los embalses están bajos, las represas generan menos electricidad", explicó Jaeger.
En los últimos años, Uruguay ha generado un excedente de energía eólica, exportando parte de ella a Argentina y Brasil.
Sin embargo, la sequía de 2023 resultó en una disminución en la producción de energía de las centrales hidroeléctricas de Río Negro y Salto Grande, obligando al país a importar electricidad de Argentina.