LUCIANA PAZ
En un pedido por la correcta distribución de los subsidios, el secretario de Energía, Eduardo Rodriguez Chirillo, presentó el balance, los objetivos y la propuesta para el gas en Argentina, que van desde una hoja de ruta para la reducción de subsidios hasta el planteo de un nuevo esquema para el cálculo de los mismos.
El nuevo esquema, presentado por el secretario de Energía en la Audiencia 104 de adecuación tarifaria, se propone un traslado correspondiente al precio del gas PIST de las tarifas finales para readecuación progresiva de subsidios. Ese traslado gradual se adecua a función del precio que resulta del tipo de cambio y se hará de la siguiente manera: 33% de reducción el primer día de cada mes desde febrero hasta abril.
El plan explicado en la audiencia apunta a reducir el subsidio sobre el costo del gas, que es sólo uno de los tres componentes de la factura, resta saber qué pasará con los otros dos, transporte y distribución -sobre este último las empresas pedían subas, en promedio, del hasta 500%-.
Chau segmentación, hola canasta básica. Como el foco está puesto en realizar una aplicación más justa y equitativa de los subsidios, Chirillo explicó el nuevo esquema que pretende, a partir de abril, reemplazar a la actual segmentación y se trata de la creación de una "canasta básica energética" que tenga como principales actores a los sectores más vulnerables.
Para esto habrá que esperar porque aún queda otra audiencia previa.
La propuesta tiene cinco pilares fundamentales. "Determinar los ingresos totales del grupo conviviente en una unidad familiar, determinar una canasta básica energética, tanto para electricidad como para gas, que cubra las necesidades básicas indispensables de las personas, la cual se determinará en una cantidad de metros cúbicos o de kilovatios/hora/mes, que sería el máximo de lo que se considera ideable. A los fines de determinar la canasta básica se establecerán los tipos de consumos en las distintas zonas del país. Para la aplicación del subsidio se debe contrarrestar el costo de las cantidades con los ingresos del grupo conviviente y limitar la incidencia de ese costo a un porcentaje del ingreso subsidiando la diferencia", detalló el secretario.
Es un subsidio a actuaciones de vulnerabilidad. El subsidio que otorgará el Estado será diferencial y es cuando el precio de la canasta básica supere un porcentaje determinado de los ingresos totales del grupo conviviente.
LA HERENCIA RECIBIDA
La consecuencia del fin de un modelo asistencialista llevó a declarar la emergencia energética del petróleo, gas y electricidad, y dejó en una situación de vulnerabilidad de los sistemas energéticos a través de los cuales se prestan los servicios públicos.
"Bajo la premisa de preferir decir verdades incómodas antes que mentiras confortables, me parece muy relevante destacar que las administraciones anteriores dejaron un estado de situación que desde lo conceptual uno puede resumir en lo siguiente", destacó Chirillo y enumeró:
1- El sistema energético actual se encuentra altamente desinvertido, desfinanciado, ineficiente, con riesgos de desabastecimiento y con una balanza comercial deficitaria de 30 mil millones de dólares en los últimos 10 años.
2- Se ha producido un importante debilitamiento institucional del sector, lo que ha significado un relajamiento en las funciones encomendadas para actuar como entes autárquicos e independientes.
3- La ausencia de señales de mercado para alentar las inversiones y mejorar el desarrollo de la infraestructura a largo plazo, llevando a que sea el Estado quien realizó las escasas infraestructuras en forma tardía, ineficiente o costosa. El costo del gasoducto del primer tramo del GNK y la tardía reversión del gasoducto norte lo ponen en evidencia.
4- Paralización del ritmo de las inversiones y crecimiento de las importaciones. Desde el momento en que el Estado pretendió buscar un esquema de normalizar el precio de gas natural en el PIB se fueron progresivamente paralizando inversiones y creciendo las importaciones de combustible. Tal como se puede ver en la pílmina siguiente, tal como se puede ver ahí el incremento de importaciones.
5- El Estado a través de distintos mecanismos de adquisición de gas ha ido absorbiendo mediante el gasto público dos tercios de los costos del suministro de gas actual. En los contratos a nivel local, en el periodo 2008-2017, se hacen intentos por incentivar la producción de gas natural con los programas Gas Plus y el Plan Gas 1, 2 y 3 y posteriormente el programa Estímulo al Desarrollo del Gas No Convencional. Hacia el 2020 se implementan los programas del Plan Gas mediante el decreto 892 que es subdividido en cinco rondas de licitación de las cuales las primeras tres atienden la demanda prioritaria. Es un programa de estímulo a la producción del gas natural cuyo objetivo es asegurar el abastecimiento del mercado interno.
Los contratos establecidos en dólares por millón de BTU que paga ENARSA a US$ 3,8 millón de BTU en promedio vende a los distribuidores a US$ 1,2 en promedio durante el año 2023 el millón de BTU (el caso de la ronda 1). En 2003 se retoman las importaciones del gas de Bolivia a un costo promedio de US$ 10 el millón de BTU que fue reduciendo en cantidad de metros cúbicos suministrados y finalizaría en julio del 2024. El gas así adquirido por ENARSA lo vende a los distribuidores a US$ 1,82 el millón de BTU, generando unas pérdidas cuantiosas por el Estado.
6- El cuadro tarifario de gas natural cuenta con más de 60 tarifas distintas y en algunas provincias hasta 90, con subsidios cruzados y la mayoría de las cuales no remuneran el costo de servicio.
7- El esquema tarifario de transporte gas natural obsoleto y desactualizado es unidireccional y por tanto no permite adecuadamente la opción que hoy se está necesitando cada vez más de flujos y contraflujos.
8- La interrupción de revisiones tarifarias o la falta de su terminación como ocurrió en diciembre de 2023 y el congelamiento de las tarifas llevaron en primer lugar a que la tarifa no refleje el costo del suministro, en segundo lugar a que las licenciatarias dejaran de hacer las inversiones obligatorias y en tercer lugar alimentó el crecimiento de la demanda de gas natural sin acompañarlo siquiera fomentando un uso responsable.
9- Los subsidios a la oferta distorsionaron el comportamiento de la demanda y subvencionan a consumidores que no los necesitan. La segmentación de tarifas y subsidios instrumentadas mediante decreto 322/2022 cuyo fin fue eliminar un subsidio generalizado a la población se quedó trunca por la mitad y si bien intentó eliminar subsidios que eran escandalosos por asignárselo a ciudadanos de mayores ingresos, lejos se estuvo de contar con un diseño adecuado para aquellos que realmente lo necesitan.
10- Existen limitaciones para la importación de equipamientos tanto nuevos como usados que entorpecen el rápido desarrollo del sector toda vez que no se disponen de los mismos en Argentina y que a su tiempo de puesta de impulsión es demasiado extenso o no se compite con calidad y cantidad.
11- Hubo un abordaje inadecuado insuficiente de la problemática del cambio climático, la transición energética que además es contrario a un concepto esencial como es el uso responsable en el consumo y la eficiencia energética.