El precio del petróleo cerró el año con una caída del 10% tras dos años de alzas, después de que las preocupaciones geopolíticas, los recortes de producción y las medidas de los bancos centrales para frenar la inflación provocaron fuertes fluctuaciones en los precios.
En los últimos días el precio del petróleo aumentó, ya que más navieras se preparaban para transitar por la ruta del Mar Rojo. Las principales empresas habían dejado de utilizar las rutas del mar Rojo después de que el grupo militante Hutí de Yemen comenzara a atacar a los buques.
Sin embargo, los dos contratos referenciales van camino de alcanzar sus niveles más bajos de finales de año desde 2020, cuando la pandemia golpeó la demanda e hizo que los precios cayeran en picada.
Los recortes de producción de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y sus aliados liderados por Rusia, la OPEP+, han resultado insuficientes para apuntalar los precios, que han caído casi un 20% desde los máximos del año.
Actualmente, la OPEP+ está recortando su producción en unos 6 millones de barriles diarios, lo que representa alrededor del 6% de la oferta mundial.
La OPEP se enfrenta a un debilitamiento de la demanda de su crudo en el primer semestre de 2024, justo cuando su cuota de mercado mundial desciende a su nivel más bajo desde la pandemia de Covid-19 por los recortes de producción y la salida de la organización de Angola.
Un sondeo de Reuters entre 34 economistas y analistas pronosticó que el crudo Brent promediaría US$ 82,56 en 2024, por debajo del consenso de US$ 84,43 de noviembre, ya que predijeron que el débil crecimiento mundial limitaría la demanda, mientras que las tensiones geopolíticas podrían proporcionar apoyo.
El débil comportamiento del petróleo a finales de año contrasta con la renta variable mundial, que va camino de terminar 2023 al alza.