SOPHIE CARONELLO

Los mercados de materias primas se tiñen de rojo con la llegada de las vacaciones: El petróleo encadena dos meses de pérdidas, los precios de los principales metales de las baterías siguen cayendo y aumentan las salidas de fondos cotizados en bolsa respaldados por lingotes.

Mientras tanto, las patatas fritas, las preferidas de las cenas navideñas, sufren un aumento de los costes debido a las terribles condiciones meteorológicas en Europa.

En Estados Unidos, el Congreso se toma en serio las medidas contra las importaciones baratas de uranio enriquecido procedente de Rusia. A continuación, cinco gráficos destacados de esta semana en los mercados mundiales de materias primas.

PETRÓLEO
La debilidad abunda en el petróleo, que cotiza cerca de mínimos de cinco meses. Los futuros del West Texas Intermediate no sólo llevan siete semanas a la baja, sino que el diferencial de precios ha sufrido un brusco retroceso desde que subiera en septiembre, cuando Arabia Saudita y Rusia ampliaron sus recortes de producción y aumentó la preocupación por la escasez de suministros mundiales.

Desde entonces, los inventarios se han disparado, el crecimiento de la demanda se ha enfriado y los mercados se han vuelto escépticos sobre las perspectivas de que la OPEP+ aplique los recortes prometidos.

El índice de referencia del petróleo estadounidense terminará el año en contango, una estructura de mercado bajista que indica un exceso de oferta en la que los barriles para entrega inmediata son más baratos que los futuros.

ENERGÍA NUCLEAR
Los legisladores estadounidenses están intensificando sus esfuerzos para detener las importaciones de uranio enriquecido ruso. La Cámara de Representantes tiene previsto estudiar esta semana una ley que lo prohibiría. 

Al mismo tiempo, se ha añadido a una versión de compromiso de la ley de defensa de US$ 886.000 millones, que debe ser aprobada, una medida que obliga a Estados Unidos a aumentar sus compras de combustible nacional para reactores nucleares.

Rusia suministró el año pasado casi una cuarta parte del uranio enriquecido utilizado para alimentar la flota estadounidense de más de 90 reactores comerciales, lo que la convierte en el primer proveedor extranjero, según datos del Departamento de Energía.

METALES PRECIOSOS
El oro acaba de alcanzar un máximo histórico, pero el informe de empleo de EE.UU., mejor de lo esperado, redujo las esperanzas de una política monetaria más laxa el año que viene, lo que hizo bajar al metal precioso, que no devenga intereses, hasta situarse brevemente por debajo de los US$ 2.000 la onza.

Al mismo tiempo, las tenencias mundiales de ETF respaldados por lingotes siguen cayendo, y noviembre marca un sexto mes consecutivo de salidas.

La reticencia a comprar oro puede deberse a que los inversores en ETF están esperando a que la Reserva Federal empiece a bajar las tasas.

Los mercados de swaps, que comenzaron la semana pasada valorando en un 60% la posibilidad de un recorte de la Fed en su reunión de marzo, terminaron la semana en torno al 45%.

METALES PARA BATERÍAS
Los costes de las materias primas para baterías se han desplomado este año. En China, los precios del carbonato de litio han bajado más de un 80% desde que alcanzaron un récord en noviembre de 2022, lo que supone un drástico cambio de fortuna para un ingrediente clave de las baterías que alimentan los vehículos eléctricos del mundo. 

Los precios del hidróxido de litio, el cobalto y el níquel también se han desplomado. 

Por ello, BloombergNEF espera que los precios de las baterías sigan cayendo en los próximos años como resultado de la expansión de la capacidad en toda la cadena de valor del producto y un crecimiento de la demanda menor de lo esperado.

AGRICULTURA
Los precios de la patata -un alimento básico para los asados de las fiestas- se disparan debido a las fuertes lluvias que han dejado fuera de juego a los tractores en campos anegados, retrasando las cosechas y poniendo en riesgo la escasez de suministros. 

Aunque poco negociados, los futuros europeos de la patata de transformación superan los 30 euros por saco de 100 kilos y se sitúan en el nivel estacional más alto en al menos 14 años.

Los precios también se dispararon en mayo debido a las intensas lluvias, un ejemplo más del creciente número de cultivos afectados por el cambio climático.