Julio Friedmann, gerente general de ENAP, anunció que "las utilidades de este año van a rondar los US$ 700 millones, pero aún no estamos donde queremos estar”
VÍCTOR GUILLOU Y IGNACIO BADAL
Julio Friedmann Encina (52) llegó hace 13 meses y tres días a la gerencia general de la Empresa Nacional del Petróleo (ENAP), empresa donde fue el gerente de división más joven de su historia, entre 2002 y 2005.
En el intertanto, estuvo en altos cargos en multinacionales, como la francesa Alstom y la estadounidense General Electric. Dados sus pergaminos y experiencia interna, la llegada de este ingeniero industrial de la Universidad de Chile no tuvo contratiempos. Una gracia para una empresa que había tenido cuatro gerentes generales en un año.
Y hasta ahora, parece haberse afirmado.
Al pedirle un balance de lo realizado en el periodo que lleva al mando, contesta que está muy contento por los avances en las áreas operacional, ambiental, comunitaria, laboral y financiera. Pero en este último aspecto, recuerda su paso anterior y advierte: “Me encontré con una empresa bastante diferente, pero con una deuda alta y agobiante”.
En noviembre del año pasado, la empresa debía US$ 4.800 millones. A los tres meses de llegar Friedmann, entre otras medidas, la estatal colocó un bono por US$ 500 millones para refinanciar y no enfrentar ningún gran compromiso hasta 2025. Es que para su administración, repite, “el pago de la deuda es primera prioridad”. “Hemos podido bajar la deuda en US$ 800 millones. Hoy estamos en más o menos US$ 4 mil millones. Pero todavía la tenemos que seguir bajando”, aclara.
En lo ambiental, pese la reciente multa de la Superintendencia de Medio Ambiente en contra de ENAP Refinerías por incumplimientos en tratamiento de residuos y emisión de contaminantes de su puerto en Quintero entre 2017 y 2018, dice que hay avances en el relacionamiento comunitario, además de inversiones por casi US$ 800 millones para reducir su impacto.
“Lo que me tiene satisfecho de la sanción es que establece muy claramente que en los hechos del 2017-2018, ENAP nunca afectó ni al medioambiente ni a la salud de las personas. Hasta ahora, no hay nada que permita concluir una relación causa-efecto entre nuestra actividad y los sucesos que todos conocemos y lamentamos”, sostiene.
- ¿Operacionalmente cómo están?
- Logramos avanzar a lo que llamamos la estabilización de las operaciones. En julio y agosto, en las refinerías, batimos el récord histórico de producción de gasolina. En mis primeros 30 días, habíamos tenido 52 detenciones. Y esto tiene alto impacto: la refinería es nuestro principal negocio, explica el 80% de nuestros resultados.
- El año pasado tuvieron utilidades históricas por US$ 575 millones, y a septiembre de este año, ya llevaban casi lo mismo: US$ 565 millones.
- Las utilidades de este año van a rondar los US$ 700 millones. El balance de este primer año es bastante positivo, pero aún no estamos dónde queremos estar.
- ¿Por qué el aumento de las utilidades?
- Este año nos enfocamos mucho en el tema operacional de las refinerías, que nos ha permitido tener mayor volumen de producción. Estamos produciendo casi un 20% más que el año pasado.
- Dice “no estar donde queremos”. ¿Dónde quieren estar?
- Hemos hablado de tener métricas de objetivo bastante claras, dentro del plan quinquenal de negocios 2023-27. Primero, me sentiría más tranquilo con una deuda del orden de los US$ 3.300 millones. Por lo tanto, todavía hay US$ 700-US$ 800 millones por recorrer para el año 2027. Segundo, impulsar una cartera de proyectos estructurantes, que buscan mejorar de manera estructural la operación, es decir, que permitan producir mayores volúmenes o reducir costos. Con la ejecución de esta cartera, nuestro objetivo es tener una empresa que logre generar US$ 300 millones adicionales.
- ¿US$ 300 millones más de utilidades, al 2027?
- Exactamente.
- ¿Cuáles son esos proyectos estructurantes?
- Año a año tenemos una cartera de 350 proyectos, más o menos. De esos, 200 o 300 son del día a día. Pero hay un grupo que son los críticos, que tenemos hoy sí o sí ser capaces de ejecutarlos, que son 90 proyectos en total. Lo que queremos dejar el 2027 es una empresa con poca deuda y con capacidad de generar flujo mucho más importante que la de hoy.
- ¿Son proyectos complejos? ¿Tienen que ver con las nuevas áreas de negocios de ENAP?
- Técnicamente, no son complejos, pero hay que hacerlos en los momentos adecuados. Buscan romper cuellos de botella, aumentos de capacidad, reemplazo de equipos críticos, todo lo cual mejora la confiabilidad de la refinería. Otros tienen que ver con eficiencia energética y logística, es decir, nuestros terminales marítimos. Otros en Magallanes, donde cada año aumentamos la cantidad de pozos que perforamos.
- Este año Hacienda por primera vez solicitó un retiro de utilidades por US$ 400 millones. Cuando se anunció, se dijo que se iba a hacer con cargo al ejercicio 2022 y 2023. ¿Ya salieron?
- Al día de hoy ya han salido US$ 250 millones. Y hay una cola que sale en los próximos días, antes de fin de año. Pero hay un compromiso de restituir a ENAP US$ 300 millones. De hecho, en la Ley de Presupuesto viene la restitución de esos fondos.
- ¿Esto no afecta la meta de reducción de deuda?
- Estamos en una situación que permitía hacer frente a ese aporte sin postergar inversiones importantes y necesarias. Tenemos un plan por US$ 3.500 millones para 2023-2027, y desde el punto de vista del pago de la deuda, efectivamente lo podríamos haber ralentizado, pero este fue un muy buen año. Lo que yo esperaría para los próximos años es que pudiéramos seguir con nuestro plan de negocios tal como lo tenemos. Entonces, estructuralmente, además con esta devolución, no pone en riesgo los objetivos finales del 2027.
- En una columna reciente, al hablar del buen balance de ENAP de este año, dijo: “Esta bonanza es transitoria y en 2024 tendremos resultados mucho más estrechos”. ¿Por qué esta proyección?
- Históricamente, los márgenes de refinación eran de 7 a 8 dólares por barril de crudo. Durante la pandemia, hubo algunas refinerías de Estados Unidos que decidieron cerrar, por lo que hubo una contracción de la oferta, y las refinerías que siguieron produciendo mejoraron los márgenes. Por eso, los precios de los productos finales subieron.
Luego, con la guerra de Rusia y Ucrania, recordemos que Rusia es un miembro bien activo de la OPEP, se produjo una distorsión que ha hecho que durante los últimos tres años los márgenes hayan estado especialmente altos. Pero eso ya se está reduciendo. En 2023, en promedio, ya tenemos márgenes más bajos que el 2022. Y para el 2024, estamos viendo que las gasolinas se están acercando bastante a los márgenes prepandemia. Y los del diésel siguen bajando.