POLINA DEVITT
La reducción de la oferta de los principales productores de cobre, Panamá y Perú, puede convertir el mercado mundial del cobre en un déficit desde un superávit en 2024 o al menos reducir el exceso de oferta si las interrupciones no se resuelven en los próximos meses.
El máximo tribunal de Panamá dictaminó esta semana que el contrato de la minera canadiense First Quantum para operar la mina Cobre Panamá allí es inconstitucional, mientras que un sindicato que representa a la mitad de los trabajadores de la mina peruana Las Bambas se declaró en huelga.
Si la mina Cobre Panamá se cerrara permanentemente, entonces el mercado fácilmente podría entrar en déficit en 2024, dijo la analista de Macquarie Alice Fox.
Sin embargo, si deja de funcionar sólo hasta las elecciones presidenciales de mayo de 2024 en Panamá, significaría una pérdida de alrededor de 40.000 toneladas de cobre este año y 160.000 toneladas el próximo, según sus estimaciones.
“Esto podría resultar en un pequeño déficit este año, pero el mercado debería poder absorber la pérdida el próximo año y mantener un superávit, aunque menor. Esto podría proporcionar cierto apoyo a los precios el próximo año”, añadió.
El cobre de referencia en la Bolsa de Metales de Londres subía un 1,4% a US$ 8.480 la tonelada métrica a las 1721 GMT. La encuesta de analistas de Reuters de noviembre pronosticó un exceso de oferta de 302.500 toneladas de cobre en 2024.
El escenario base del Bank of America para 2024 prevé un superávit en el mercado mundial del cobre de 150.000 toneladas métricas, dijo el analista Michael Widmer. Eso incluye 370.000 toneladas de Cobre Panamá, 200.000 toneladas de aumento de producción de Las Bambas e incorpora una asignación por interrupción del 6%.
"Por lo tanto, perder cualquiera de estos tonelajes bien podría acercarnos a un déficit", dijo Widmer.
Se espera que el cobre, utilizado en energía y construcción, se beneficie de la transición a la energía verde en los próximos años; sin embargo, ha subido solo un 1,2% en lo que va de 2023 en medio de una recuperación pospandémica irregular de China, el principal consumidor de metales, y preocupaciones sobre el crecimiento económico en otros lugares.
“La participación en el mercado del cobre ha sido escasa. Esto podría ser el detonante para que entren algunos inversores a largo plazo, especialmente teniendo en cuenta que ahora se están adelantando las estimaciones de déficit para la segunda mitad de esta década”, completó Al Munro, de la corredora Marex.