La inversión no minera registraría el 2023 su tercera peor caída de las últimas dos décadas, solo superada por lo ocurrido en las crisis del 2009 y 2020
Entre la incertidumbre y las buenas cifras se mueve la economía del Perú. Según las proyecciones del Instituto Peruano de Economía (IPE), el país registraría una aceleración el próximo año y crecería más de 2%.
“Los indicadores económicos apuntan a que el crecimiento negativo estaría concentrado en 2023 y para 2024 esperamos tasas positivas que a fin de año reflejarían una expansión por encima de 2%”, estimó el gerente de Políticas Públicas del Instituto Peruano de Economía (IPE), Víctor Fuentesa la Agencia Andina.
Mientras que Teodoro Crisólogo, economista senior del IPE, sostuvo en Gestión que la desaceleración que atraviesa la economía se asemeja a un periodo igual de prolongado observado durante la crisis de la pandemia del 2020.
“Esta persistente caída responde a los efectos de una recuperación muy lenta de la confianza empresarial sobre el rumbo de la economía en el corto plazo, los cuales han sido exacerbados por costos de financiamiento aún elevados y menores utilidades del sector corporativo”, explicó.
Pese a esta contracción, Crisólogo señaló que existen algunos componentes de la inversión privada no residencial y no minera que exhiben una mejor ejecución.
INVERSIÓN PRIVADA
Explicó que entre los factores que impulsarán el crecimiento destacan la mejora de la confianza empresarial, que empezaría a mover la inversión privada.
“La confianza empresarial a 12 meses, si bien está estancada, al menos se mantiene en el terreno optimista. Es decir, la confianza empresarial es optimista para el próximo año”, indicó.
MENOR INFLACIÓN
Señaló que otro factor que ayudará a la recuperación económica es la reducción de la inflación para el próximo año, la cual es una buena noticia para el consumo. “Con una mayor capacidad de compra, debido a la menor inflación, los hogares tendrán menos presiones para sus ingresos”, previó.
INVERSIÓN PÚBLICA
Agregó que un tercer factor será la mayor inversión pública por parte de los gobiernos subnacionales, pues “el primer año de adaptación de sus autoridades ya habrá pasado”.
“Después de que este sea su primer año de gobierno, y lo que eso ha significado en términos de caída de la inversión pública, se espera un repunte sobre todo para las municipalidades”, anotó.
FENÓMENO EL NIÑO
Finalmente, comentó que el mayor riesgo que se maneja para el próximo año es la intensidad que pueda tener el Fenómeno El Niño y el impacto que tendrá en la economía peruana.
“El crecimiento de 2024 tiene mucha incertidumbre precisamente por el Niño. No se tiene mucha claridad respecto a la intensidad, pero se sabe que es muy poco probable que sea débil, será entre moderado y fuerte por lo que habrá un importante impacto, pero no sabemos qué tan malo será”, expresó.
SECTORES MÁS AFECTADOS
Con respecto a los sectores más afectados, el representante de IPE afirmó que son aquellos cuyo flujo de ingresos está más vinculado al desempeño de la demanda interna, como es el caso de la industria y las empresas manufactureras.
“Es importante recordar que el impacto más directo de la generalizada falta de inversiones es la menor generación de empleos de calidad, lo cual repercute en el resto de sectores a través de un menor consumo de los hogares”, anotó.
En esa línea, Crisólogo sostuvo que la inversión no minera cerraría el 2023 con un retroceso de 6.1%, la tercera peor caída de las últimas dos décadas, solo superada por lo ocurrido en las crisis del 2009 y 2020.
Coincidiendo con Crisólogo, Omar Avellaneda, asociado de Inversiones de Prima AFP, indicó que la inversión privada no minera seguirá siendo negativa en lo que resta del año y que su impacto será en la economía de todos los sectores.
“Lo que estamos viendo para la inversión no minera para este año va muy en línea con lo que el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) está esperando (-3.7%). Aunque, nosotros creemos que incluso podría llegar a -6%”, remarcó.
RECUPERACIÓN DE LA CONFIANZA
Crisólogo recomendó al gobierno preocuparse por la recuperación de la confianza del sector privado. “Debe dar señales concretas sobre las soluciones que está implementando para revertir la problemática que estructuralmente frena a la ejecución de proyectos de inversión en el país”, subrayó.
Puntualizó que, si bien a lo largo del 2023 se vienen registrando mejores cifras de adjudicación de proyectos bajo Asociaciones Público-Privadas (APP), en el pasado estas inversiones se entramparon por la ausencia de cronogramas concretos de ejecución, existencia de múltiples interferencias, demoras en adquisición de predios, la falta de modelos de gestión integral de proyectos durante todo su ciclo de vida, entre otros.