El uso de vehículos eléctricos es un camino sin retorno en el país, y que se proyecta con grandes esperanzas y propuestas concretas
RICARDO OLAVE
Un nuevo hito en el camino hacia la electromovilidad en Chile ocurrió el 23 de octubre pasado, cuando los pasajeros del recorrido 520 del sistema público de transporte de Santiago notaron lo novedoso de subirse a alguno de los 10 buses eléctricos de dos pisos. Por avenidas como la Alameda, Vicuña Mackenna o Grecia pasará el mismo modelo que recorre urbes como Londres, Dublín o Shangai, que cuentan con cámaras de seguridad, aire acondicionado, accesibilidad universal, puertos USB y wifi.
Esta nueva camada de vehículos se suma a los 2.000 buses eléctricos del Sistema RED que recorren toda la capital, representando un 31 por ciento del total de la flota. Una cifra que nos sitúa como la ciudad fuera de China con la mayor cantidad de este tipo de buses, según el ministro de Transportes y Telecomunicaciones, Juan Carlos Muñoz.
Lo cierto es que el país avanza para lograr este cambio de paradigma en donde buscamos nuevas formas de energía para descontaminar el planeta. Potenciar la electromovilidad es una tarea asumida a nivel país.
En agosto pasado, el presidente Gabriel Boric acompañado por una serie de ministros presentó la “Hoja de ruta para la electromovilidad en Chile”, basada en diferentes medidas concretas por parte del gobierno que buscan generar las condiciones óptimas para materializar el uso de sistemas de impulso o tracción que utilizan energía eléctrica de aquí a 2026, todas ellas explicadas en la Estrategia Nacional de Electromovilidad, política actualizada en febrero de 2022 tras su primera versión de 2017, que marca los lineamientos concretos para hacer los cambios que se requieren.
Si bien la cara visible de estas medidas se ha visto en Santiago, el plan también considera a las regiones. En agosto pasado se vivió la llegada a Antofagasta de la primera flota de buses eléctricos fuera de la capital.
Son 40 buses con las mismas características, y que se prevé que comiencen a funcionar a partir de fines de este año, con la entrega del electroterminal de buses de La Chimba. A Antofagasta se sumarán en los próximos años ciudades como La Serena-Coquimbo, Concepción y Copiapó, donde llegarán nuevas unidades de Red Movilidad.
AUMENTO EN VENTA DE VEHÍCULOS ELÉCTRICOS
Junto con el avance en transporte público, los chilenos están confiando cada vez más en los avances tecnológicos de los vehículos eléctricos, los cuales vienen acompañados con ciertos mitos en torno a su funcionalidad y a la cantidad de kilómetros que pueden recorrer. A pesar de esa desconfianza, la venta de vehículos eléctricos en nuestro país ha ido en constante crecimiento.
A nivel mundial, cifras entregadas por Global EV Outlook durante el primer trimestre de este 2023 señalan que ya se han vendido 2,3 millones de unidades, un 25% más que en el mismo período del año pasado, mientras que datos de la industria automotriz nacional indican que 2023 se alcanzó la mejor venta acumulada anual en la historia para la venta de vehículos de cero y bajas emisiones. Se trata de un incremento de 27 por ciento, con 6.004 unidades inscritas, comparadas con el mismo periodo del año anterior.
Desde el Ministerio de Energía, las expectativas son altas. “En 2025 la apuesta del mercado es lograr que el 5 por ciento de las ventas de autos nuevos sean eléctricos, en línea con lo planteado en la Estrategia de Electromovilidad, que es alcanzar solo venta de vehículos eléctricos y cero emisiones en 2035″, señalan.
Diego Mendoza, secretario general de la Asociación Nacional Automotriz de Chile (ANAC), puntualiza que uno de los principales problemas que han detectado es la falta de información de los consumidores con los vehículos eléctricos.
“Hay que eliminar esa asimetría de información en los beneficios que tiene el auto eléctrico con el público en general”, explica, dando cuenta de actividades recientes, como la segunda versión de la feria Experiencia E, donde los asistentes pudieron ir Espacio Riesco a probar automóviles eléctricos e híbridos, de modo de palpar cómo se comportan, qué tan diferente se siente estar al volante de un auto así frente a uno convencional e interiorizarse de sus beneficios ambientales.
El desafío de implementar la electromovilidad también implica dotar de infraestructura que permita que los autos circulen en condiciones óptimas. El subsecretario de Transportes, Jorge Daza, relata que se está incentivando la llegada de la última tecnología en electromovilidad en todos los segmentos, lo que trae consigo una serie de “efectos positivos adicionales” al cuidado del medioambiente, como bajos costos de mantención y de operación, y la comodidad de poder recargar el vehículo en el domicilio.
“Los vehículos eléctricos han ido permanentemente aumentando su autonomía, lo que permite que, para patrones de viajes regulares, baste con una recarga nocturna para poder operar todo el día”, afirma la autoridad.
Daza agrega que existen alianzas público privadas, así como acuerdos entre privados que están permitiendo incrementar la red de puntos de carga a nivel nacional, punto esencial para no quedarse sin batería.
“Según datos de la Superintendencia de Electricidad y Combustibles, a septiembre de 2023 nuestro país cuenta con 1.102 puntos de carga públicos, liderando la electromovilidad en América Latina”, ejemplifica, siendo de este número 48 puntos más de los registrados a agosto de 2023, con 46 nuevas instalaciones privadas, alcanzando las 291 en total.
FORMACIÓN DE PROFESIONALES Y TÉCNICOS DE LA ELECTROMOVILIDAD
Volviendo a la Hoja de Ruta, parte de los ejes principales tienen que ver con educación y capacitación. Si se quiere usar autos eléctricos se necesitarán profesionales que sean capaces de arreglar y mantener esta clase de tecnología.
El gremio automotriz entiende ese punto, y Diego Mendoza señala que uno de sus pilares de trabajo está concentrado en ayudar a centros de formación superior para actualizar sus áreas curriculares en carreras varias, así como instalar la electromovilidad en los institutos profesionales para poder atender los vehículos en el futuro.
En tanto que por por parte del gobierno se trabaja en disponer de becas para la formación de perfiles laborales vinculados a la temática, por lo que se trabaja en la generación de una mesa de coordinación interministerial.
La participación de la academia en I+D junto al mundo privado para lograr estos objetivos país será fundamental. De hecho, al finalizar la más reciente versión de Experiencia E, 156 empresas e instituciones firmaron la sexta versión del “Acuerdo Público Privado por la Electromovilidad”, un documento estratégico que contempla avances en distintos ámbitos ligados a la tecnología de propulsión. Dicho acuerdo es visto por el Ministerio de Energía como “una herramienta que busca lograr mayor vinculación con las empresas e instancias de articulación para el despliegue acelerado de la electromovilidad”.
En el pasado, desde la industria, la academia, los gremios y distintos representantes trabajaron para identificar medidas prioritarias a mediano y corto plazo, siendo la Hoja de Ruta el resultado de este trabajo en equipo, entendiendo que el desafío por mejorar las condiciones del cambio climático dependen de todos los actores involucrados.
El documento establece para el período 2023-2024 la creación de 27 electro terminales, 1 hidrolinera, 100 puntos de carga para micromovilidad, 782 puntos de carga, tanto de acceso público como privado; así como 1.249 personas formadas; 20 estudios relacionados con la electromovilidad; 284 adquisiciones de autos eléctricos; 35 adquisiciones de camiones eléctricos; 1.400 bicicletas eléctricas; 44 adquisiciones de buses eléctricos; 11 eventos de difusión, mesas de trabajo y exposiciones; cuatro nuevos medios digitales de difusión, y tres prototipos de embarcación eléctrica, entre otras acciones.
CAMBIOS REGULATORIOS NECESARIOS
Generar los cambios regulatorios necesarios para avanzar en electromovilidad también es parte de las tareas de la Hoja de Ruta. Desde ANAC, Diego Mendoza plantea que una de las tareas es mejorar el tratamiento tributario de los automóviles eléctricos que no tienen ningún reconocimiento.
“No descuentan el IVA a vehículos comerciales, y queremos que eso sí se aplique a los autos eléctricos o electrificados al menos”. Para ello, el representante gremial considera que hay que llevar los argumentos a las autoridades, mostrar evidencia de la experiencia comparada frente a incentivos que ya existen en la Unión Europa, así replicar aquello.
“Todavía no se han logrado algunos incentivos que queremos, pero no cabe duda de que con este compromiso público privado se va a lograr avanzar en esa línea”, afirma.
La propuesta chilena por la electromovilidad plantea ser carbono neutral al año 2050. Sumarse a esta tarea es un proyecto no solo del Estado, ya que va más allá del gobierno de turno, sino de todos los agentes que participan para lograr esta transición que, frente a las recientes noticias, no se ve tan lejano de implementar.
Los desafíos son claros: infraestructura de carga, formación de profesionales e integración con fuentes de energía renovable. En cosa de un par de años, todo lo que suena a futuro será una realidad.