La drástica caída del precio del denominado oro banco y mayores hallazgos de yacimientos en el mundo ponen en jaque el boom de esta industria en Latinoamérica
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América Latina, una región que alberga una de las mayores reservas mundiales de litio, se mantiene en el epicentro de la atención económica global. Con más de 50 millones de toneladas de litio en naciones como Bolivia, Argentina, Chile y México, esta zona se destaca como un jugador clave en la industria de la energía y tecnología.
Sin embargo, su posición de liderazgo se ve desafiada por un reciente descubrimiento en los Estados Unidos, donde se estima que se han hallado alrededor de 120 millones de toneladas de litio en un volcán ubicado entre Oregon y Nevada.
“Más que reordenar el mercado del litio, lo que Estados Unidos hace es proteger a la industria local de depender de países terceros”, explica Héctor Osorio, economista de la auditoría chilena PFK a AméricaEconomía.
“El papel que cumple es de seguro en la industria del litio, similar al petróleo. Que ellos exploten y tengan recursos no significa que dejarán de comprar, por lo tanto para países productores se sigue manteniendo una ventaja comparativa y competitividad”, agregó.
El litio no solo se encuentra en América. En agosto pasado se descubrieron extensos depósitos de espodumeno (aluminosilicato de litio) en Australia Occidental que incluso despertaron el interés de empresas que extraen el oro blanco en América Latina.
En este contexto, empresas previamente desconocidas han experimentado un rápido aumento en su valor en el mercado. Por ejemplo, Liontown Resources ha liderado el mercado australiano en 2023 al registrar un impresionante aumento del 105%, a pesar de haber rechazado tres ofertas de adquisición por parte del principal productor mundial de litio, Albemarle.
En el plano latinoamericano, Chile y Argentina destacan como líderes en la industria, pero sus enfoques y estrategias difieren significativamente. Chile encabeza la producción de litio con empresas como SQM y Albemarle, aunque está contemplando una reestructuración que implica la participación gubernamental a través de Codelco (Salar de Atacama) y Enami (Salar de Maricunga) como parte de su nueva Estrategia Nacional del Litio.
Mientras tanto, Argentina se distingue por la abundancia de nuevos proyectos de litio en la región y su política de apertura económica que permite inversiones extranjeras sin restricciones. Por otro lado, Bolivia (el tercer miembro de este triángulo junto a Chile y a Argentina) y México adoptan un enfoque opuesto, buscando mantener un control estatal total sobre el litio, al considerarlo un sector estratégico y revocando concesiones a empresas privadas, como en el caso mexicano.
PRECIO DEL LITIO A LA BAJA
En noviembre pasado, la industria del litio estableció un récord debido al impulso global hacia una flota de transporte electrificado, lo que aumentó significativamente la demanda. Sin embargo, este año, la demanda disminuyó a medida que las presiones en la oferta se redujeron, y los precios cayeron.
Según el Bank of America (BofA) redujo sus estimaciones para 2023 para el carbonato de litio a US$ 45.980 la tonelada y para 2024 llegará a solo US$ 32.500 la tonelada.
Asimismo, de acuerdo con la información de la consultora del mercado de litio y otras materias, Benchmark Mineral Intelligence, el precio del litio ha descendido por debajo de los US$ 100 por kWh -kilovatio-hora, unidad del costo del litio en relación con su capacidad para almacenar y liberar energía- (US$ 98,2), marcando su nivel más bajo en los últimos dos años.
Esta disminución constante, que registró un descenso del 8,7% en agosto, se considera un punto clave para la reducción de costos en las baterías de vehículos eléctricos, lo que a su vez se traducirá en una disminución de los gastos asociados a los automóviles eléctricos. Según los datos de septiembre, el costo del litio es un 33,3% más bajo que en marzo de 2022, cuando se encontraba en los US$ 146,6 por kWh.
“El excedente de litio frena las subidas: los precios del litio cayeron bruscamente en el primer semestre de 2023, pero se han estabilizado por diferentes factores, como los recortes de producción de los procesadores en China y un desabastecimiento menos agresivo por parte de los consumidores”, dice el informe de BofA.
Para Andrés Sanín, socio de Recursos Naturales, y Milo Niemeller, gerente especialista en Minería, de la consultora PWC Chile, es necesaria la promoción de la colaboración entre el sector público y privado en la industria, pues si la región no logra agilizar su producción y mantenerse competitivo en el mercado del litio a corto plazo, corre el riesgo de quedarse al margen del llamado boom.
En vista de ello, aseguran que para poder posicionar a la región como líderes, se debe fortalecer la cadena de valor, promover colaboraciones público-privadas, garantizar una extracción sostenible y atraer inversión extranjera para aprovechar las reservas existentes.
Por otro lado, consideran que con respecto a la formación de una empresa nacional para minerales estratégicos se debe considerar el contexto macroeconómico, el marco regulatorio, y las capacidades en capital humano, tecnología y financiamiento.
Para lograrlo, es esencial acelerar la definición de políticas relacionadas con la transición energética y el Acuerdo de París, identificando los minerales estratégicos, sus aplicaciones y las naciones demandantes.
“Necesitamos una política gubernamental sostenible para impulsar la electrificación”, dijo en agosto Stella Li, la ejecutiva del fabricante de autos eléctricos BYD, en Chile.
A inicios de este mes, en el marco de la primera visita a Chile del presidente y fundador de BYD, Wang Chuanfu, mantuvo una audiencia con el presidente Gabriel Boric, donde se discutió la promoción de la electromovilidad en el país para el transporte público y de pasajeros, con el objetivo de alcanzar las metas de la "Hoja de Ruta para el avance de la Electromovilidad".
Además, se afinaron detalles de inversión de US$ 290 millones de BYD en una planta para productos de valor agregado en la industria del litio, como parte de un acuerdo con Corfo. También se evaluaron estrategias para impulsar la industria del litio en el país, fundamental para las baterías de vehículos eléctricos.
¿PRIVADOS O ESTATALES?
Siendo el mineral fundamental en la transición hacia la electromovilidad, el litio se ha convertido en un activo de extrema volatilidad y en el centro de controversias en torno a su concesión, ya sea en manos privadas o estatales. En este contexto, gobiernos de toda la región -que cuentan con este recurso- han hecho de su explotación una prioridad estratégica, basándose en él para respaldar sus promesas y objetivos económicos.
“La evidencia nos dice que el sector estatal no suele ser el mejor administrador y muchas veces se producen episodios de apropiación de flujos generados por una organización por parte de ciertos sectores que logran coactar a la entidad”, señala el economista Héctor Osorio. “Permitir que la ideologización evite el que se puedan hacer contratos maximizadores para todas las partes me parece un camino que no debe seguirse”.
Desde la perspectiva del economista, una vía prometedora se vislumbra en la forma de un contrato en el cual el Estado, que detenta la mayoría de los derechos sobre el litio, podría transferirlos a través de alguna forma de asociación. En este enfoque, la propiedad se mantiene en manos estatales, pero la explotación del recurso se delega a expertos en el ámbito de los negocios mineros.
La caída de precios y los nuevos descubrimientos de litio en otras regiones plantean desafíos significativos para América Latina en su búsqueda de consolidarse como un actor dentro del podio en la carrera de la industria del litio.