JUAN CARLOS GUAJARDO *
Recientemente, se llevó a cabo la Semana de la Bolsa de Metales de Londres, un evento anual clave que proporciona una visión crucial sobre el estado de los mercados de metales en todo el mundo. A pesar de las expectativas optimistas impulsadas por la transición energética y el aumento en la demanda de metales, el consenso que emergió de este evento fue sorprendentemente pesimista. Sin embargo, esta sombra de incertidumbre parece ser, en su mayoría, transitoria y puede durar uno o dos años.
Es sabido que el mundo experimenta una transición hacia energía más limpia y sostenible. La creciente demanda de vehículos eléctricos y la necesidad de tecnologías de energía renovable impulsarán la demanda de metales como el litio, el cobre y el níquel. No obstante, tres factores cruciales moderaron las expectativas para los dos siguientes años.
En primer lugar, la salud de la economía china, que es un punto central de preocupación, aunque los indicadores económicos de China sugieren que la economía se mantiene en buena forma. No obstante, el principal problema radica en el mercado inmobiliario chino, que afecta la confianza de los consumidores y plantea incertidumbre sobre el gasto y la inversión en el país.
En segundo lugar, el riesgo geopolítico es el “elefante en la habitación”. La escalada de conflictos en Oriente Medio y la continua guerra en Ucrania son preocupaciones crecientes que amenazan con generar mayores riesgos en los mercados globales. La incertidumbre geopolítica puede influir en las decisiones de inversión y el flujo de capitales hacia los activos considerados más seguros, como el oro y el dólar.
La incertidumbre geopolítica también tiene un impacto directo en los precios del petróleo, ya que cualquier interrupción en su suministro puede llevar a un aumento en los precios del crudo. Esto, a su vez, podría prolongar la presión inflacionaria, lo que a su vez podría afectar a la economía global durante más tiempo del que muchos anticipan.
El tercer elemento es que al menos en el caso del cobre, la entrada en operación de grandes proyectos en estos años aumentará temporalmente la oferta del metal con lo que se esperan superávits que moderarán su precio.
A pesar de esta nube de incertidumbre, es importante destacar que la mayoría de los expertos en la Semana de la Bolsa de Metales de Londres concuerdan en que este pesimismo es probablemente transitorio. Se espera que la demanda de vehículos eléctricos aumente significativamente en los próximos años, y a medida que esta transición se consolide y la falta de proyectos mineros se haga más evidente después de 2025, es probable que los mercados de metales vuelvan a brillar.
En resumen, aunque la Semana de la Bolsa de Metales de Londres generó un consenso pesimista, es importante considerar que las perspectivas a largo plazo para los metales siguen siendo positivas debido a la transición hacia una economía más verde.
Sin embargo, se debe estar atentos a la salud de la economía china y a los riesgos geopolíticos, que actualmente arrojan sombras de incertidumbre sobre el panorama de los metales. En última instancia, la paciencia y la cautela son virtudes clave para los inversionistas en este panorama incierto.
* Director ejecutivo de Plusmining