Con fuertes críticas al incumplimiento de los planes de transición, el Vaticano lanzó el "Laudate Deum" que completa la encíclica lanzada en 2015 con fuertes críticas al manejo medioambiental del mundo.
La nueva exhortación apostólica del Papa Francisco, publicada el 4 de octubre, es un texto en continuidad con la encíclica más amplia de 2015 Laudato si'. En 6 capítulos y 73 parágrafos, lanza una voz de alarma y una llamada a la corresponsabilidad ante la emergencia del cambio climático, antes de que sea demasiado tarde.
La culpa no es de los pobres. Francisco cuestiona la postura de quienes afirman que los esfuerzos para mitigar el cambio climático reduciendo el uso de combustibles fósiles "provocará una reducción de los puestos de trabajo". Lo que está ocurriendo en realidad "es que millones de personas pierden su empleo debido a las diversas consecuencias del cambio climático: tanto el aumento del nivel del mar como las sequías y muchos otros fenómenos que afectan al planeta, han dejado a mucha gente a la deriva".
Sosteniendo la importacia de la transición energética afirma que el camino hacia energía renovables, con una buena gestión, es capaz de abrir juego a muchos puestos de trabajo pero para ellos se neceista que "los políticos y empresarios estén ahora mismo ocupándose de ello".
Los signos del cambio climático están ahí. Dedicado a la crisis ambiental, en el primer capítulo advierte que "si el aumento de la temperatura supera los 2 grados se derretirían totalmente las capas de hielo de Groenlandia y de buena parte de la Antártida, con enormes y gravísimas consecuencias para todos".
La negación del cambio climático no es la solución ya que las muestras son evidentes. "En los últimos años hemos sido testigos de fenómenos extremos, períodos frecuentes de calor inusual, sequía y otros quejidos de la tierra, una enfermedad silenciosa que nos afecta a todos", remarcó el Papa.
Marketing y fake news. Los progresos tecnológicos también tienen sus limitaciones, Francisco advierte que se utilizan estos mecanismos para sacar mayor beneficio a partir de promesas falsas crecimiento con proyectos que "estos mecanismos convencen a los habitantes de las zonas donde se van a implantar proyectos contaminantes, engañándoles con que se generarán oportunidades económicas y de empleo, pero no se les dice con claridad que detrás de ese emprendimiento» quedará «una tierra arrasada".
Política internacional débil
El Papa exhorta a desarrollar "organizaciones mundiales más eficaces, dotadas de autoridad para asegurar el bien común mundial, la erradicación del hambre y la miseria, y la defensa cierta de los derechos humanos elementales. Que deben estar dotadas de autoridad real de manera que se pueda “asegurar” el cumplimiento de algunos objetivos irrenunciables"
Francisco deplora que "las crisis mundiales sean desaprovechadas cuando serían la ocasión para provocar cambios saludables. Es lo que ocurrió en la crisis financiera de 2007-2008 y ha vuelto a ocurrir en la crisis del covid-19, que han traído más individualismo, a más desintegración, a más libertad para los verdaderos poderosos que siempre encuentran la manera de salir indemnes".
Y afirma que "más que salvar el viejo multilateralismo, parece que el desafío actual está en reconfigurarlo y recrearlo teniendo en cuenta la nueva situación mundial".
Sin intención reemplazar a la política Francisco propone un multilateralismo “desde abajo” "Precisamente el hecho de que las respuestas a los problemas puedan venir de cualquier país, aunque sea pequeño, termina presentando al multilateralismo como un camino inevitable. Por lo tanto, es necesario un marco diferente de cooperación efectiva. No basta pensar en los equilibrios de poder sino también en la necesidad de dar respuesta a los nuevos desafíos y de reaccionar con mecanismos globales".
Reglas eficientes. "Todo esto supone generar un nuevo procedimiento de toma de decisiones; necesitamos espacios de conversación, de consulta, de arbitraje, de resolución de conflictos y de supervisión, y en definitiva una suerte de mayor “democratización” en el ámbito global para que se expresen e incorporen las variadas situaciones. Ya no nos servirá sostener instituciones para preservar los derechos de los más fuertes sin cuidar los de todos"
Con la confianza puesta en la COP28, que se realizará el Dubai, el Papa Francisco remarcó la decepción por las promesas en las cumbres anteriores. El encuentro de Glasgow relanzó los objetivos de París, con muchas "exhortaciones", pero "las propuestas tendientes a asegurar una transición rápida y efectiva hacia formas alternativas de energía menos contaminantes no pudieron avanzar".
La COP27 en Egipto del 2022 "fue un ejemplo más de la dificultad de las negociaciones" y aunque produjo "al menos un avance en la consolidación del sistema de financiación por “las pérdidas y los daños” en los países más afectados por los desastres climáticos" también en esto muchos puntos siguieron siendo "imprecisos". Negociaciones internacionales "no pueden avanzar significativamente por las posiciones de los países que privilegian sus intereses nacionales sobre el bien común global. Quienes sufrirán las consecuencias que nosotros intentamos disimular recordarán esta falta de conciencia y de responsabilidad"
"No podemos dejar de soñar que esta COP28 de lugar a una marcada aceleración de la transición energética, con compromisos efectivos y susceptibles de un monitoreo permanente. Esta Convención puede ser un punto de inflexión". El Papa señala que "la transición que se necesita, hacia energías limpias… abandonando los combustibles fósiles, no tiene la velocidad necesaria. Por consiguiente, lo que se está haciendo corre el riesgo de interpretarse sólo como un juego para distraer".
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