La expansión prevista del bloque BRICS, mediante la incorporación de nuevos miembros: Arabia Saudita, Irán, Emiratos Árabes Unidos (EAU), Egipto, Etiopía y Argentina, transformará al grupo en un líder mundial en energías renovables en las próximas décadas, según Rystad Energy.
A medida que se acelera la transición hacia una tecnología más limpia, se prevé que la alianza obtenga más del 80% de su energía de fuentes renovables para 2050. con una capacidad total que alcanza los 11 teravatios (TW), más del doble de los 4,5 TW combinados esperados en los países del Grupo de los Siete (G7): Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, el Reino Unido y Estados Unidos.
La energía renovable está ganando protagonismo rápidamente a medida que disminuyen los costos, lo que la convierte en una perspectiva cada vez más atractiva para los inversores en los países BRICS+.
Este atractivo se ve reforzado por los abundantes recursos naturales y la mano de obra asequible en la mayoría de los países miembros. Esto crea una oportunidad para un crecimiento significativo del producto interno bruto (PIB) per cápita, mientras que el crecimiento demográfico sigue siendo relativamente conservador en comparación, lo que subraya la fortaleza económica de algunos de los miembros entrantes.
A pesar del rápido crecimiento económico, los países BRICS+ enfrentan el desafío de reducir las emisiones debido a su gran dependencia de los combustibles fósiles. En las naciones del G7, la adopción temprana de tecnologías y políticas verdes ha hecho que sus emisiones disminuyan. Ambos grupos están estableciendo objetivos climáticos ambiciosos, lo que subraya el papel fundamental que desempeñará la energía sostenible en la transición energética global.
"La alianza BRICS+ está remodelando fundamentalmente el panorama energético global, desafiando los paradigmas establecidos y comprometiéndose con ambiciosos objetivos de sostenibilidad. A medida que las economías de esta superpotencia emergente se expandan y las demandas de energía sigan evolucionando, garantizar un suministro energético estable y seguro será primordial", dijo Lars Nitter Havro, analista senior, Rystad Energy.
"Esto brinda la oportunidad de pasar directamente a una infraestructura energética sostenible avanzada en lugar de depender de marcos obsoletos", agregó Havro.
Los países BRICS+, encabezados por China, son actores fundamentales en la cadena de suministro de tecnologías limpias, especialmente para baterías y paneles solares, que son esenciales para la transición hacia una energía más limpia.
Un ejemplo notable de esta tendencia se puede ver en los Emiratos Árabes Unidos, donde Masdar, una filial de la empresa estatal Mubadala Investment Company, consiguió recientemente un contrato innovador para ampliar el parque solar Mohammed bin Rashid Al Maktoum añadiendo 1,8 gigavatios (GW) de energía solar. por la tarifa altamente competitiva de 1,6215 centavos de dólar estadounidense por kilovatio-hora (kWh), el precio comercializado de energía más bajo en los EAU.
LA ADOPCIÓN DE VEHÍCULOS ELÉCTRICOS ESTÁ AUMENTANDO
Un indicador importante del ritmo de la transición energética es la adopción de vehículos eléctricos (EV). China, miembro de BRICS+, actualmente lidera el mundo en ventas de vehículos eléctricos de batería pura (BEV), superando a los países del G7.
Este sólido crecimiento en la adopción de vehículos eléctricos se atribuye a los avances en la tecnología de baterías, el desarrollo de infraestructura y las políticas gubernamentales de apoyo.
La notable expansión de la capacidad solar de China, que se prevé alcance 1 TW para 2026, desempeña un papel importante en la transición hacia fuentes de energía más limpias, al reducir la huella de carbono de su sector del transporte.
Este enfoque integrado subraya el compromiso de China de transformar su panorama energético y reducir la dependencia de los combustibles fósiles, una tendencia que se correlaciona con el enfoque adoptado por las naciones BRICS+. Nuestras estimaciones sugieren que los vehículos eléctricos representarán más del 60% de todas las ventas de automóviles nuevos en el bloque ampliado para 2035.
Además, a medida que el bloque continúa invirtiendo en infraestructura de carga de vehículos eléctricos y mantiene su liderazgo en tecnologías de baterías y procesamiento de materias primas, se prevé que la participación de los vehículos eléctricos en las ventas totales de vehículos en los países BRICS+ alcance el 86% para 2040 con un calentamiento global de 1,6 grados.
Este es un escenario cada vez más probable basado en las recientes tasas de crecimiento de las ventas de vehículos eléctricos, las políticas de apoyo, las tasas de aprendizaje tecnológico y los patrones cambiantes de la demanda.
COMBUSTIBLE PARA EL PENSAMIENTO: LOS NUEVOS MIEMBROS AUMENTAN EL ALCANCE ENERGÉTICO DE BRICS+
El bloque BRICS+ está preparado para desempeñar un papel fundamental en la producción mundial de petróleo, y sus miembros están preparados para satisfacer colectivamente dos tercios de la demanda mundial de petróleo crudo.
Estas naciones tienen un historial comprobado de ayudar a lograr el equilibrio en la oferta y la demanda mundial de petróleo, lo que a su vez ayuda a estabilizar los precios del petróleo crudo. Este compromiso se ve subrayado por el planeado nuevo miembro de los BRICS, Arabia Saudita, que recientemente extendió su recorte voluntario de producción de 1 millón de barriles por día por tres meses más hasta finales de 2023.
En un panorama en evolución, los miembros del BRICS, como Rusia y la recién llegada Arabia Saudita, están preparados para desempeñar papeles vitales. Las sanciones occidentales impuestas a Rusia después de su invasión de Ucrania han llevado a Rusia a comenzar a ofrecer petróleo con descuento a los compradores.
Esto ha resultado ventajoso para la India, el tercer mayor importador de petróleo del mundo, que está diversificando activamente sus fuentes de suministro de petróleo crudo para satisfacer la creciente demanda. Como resultado, India ha aumentado significativamente las importaciones de petróleo de Rusia, que han aumentado del 1% antes del conflicto al 34%, totalizando 1,64 millones de barriles por día en marzo de este año.
En términos de producción de gas natural, el grupo BRICS+ representará el 37% de la producción de líquidos y el 33% de la de gas a nivel mundial. Esto subraya el enfoque de producción de energía de los nuevos miembros y posiciona a BRICS+ como líder global, incluso en comparación con la producción de líquidos del G7, que representa el 27% del total global en medio del aumento de la producción estadounidense.
COMPRADOR CONVERTIDO EN PROVEEDOR: LAS EXPORTACIONES DE ENERGÍA SE CONVIERTEN EN EL CENTRO DE ATENCIÓN
Si bien tradicionalmente se lo reconoce como un importante consumidor de energía, esta transformación posiciona a BRICS+ como un exportador neto de energía primaria. Este desarrollo es particularmente notable debido a la prominencia económica de China, que ha impulsado una mayor demanda de energía dentro del bloque.
A medida que BRICS+ siga madurando, se espera que el bloque produzca un excedente de energía, superando los niveles de consumo de sus miembros más grandes, gracias a la condición de exportadores de energía de varios miembros recién agregados, sobre todo Arabia Saudita.
En marcado contraste, la dinámica energética de las naciones del G7 presenta una narrativa diferente. A pesar de los avances encomiables en materia de eficiencia y producción energética, el G7 sigue siendo un importador neto de energía primaria. Históricamente, la dependencia del grupo de las importaciones de energía, frecuentemente de Oriente Medio y Rusia, ha provocado tensiones geopolíticas y vulnerabilidades económicas.
Estados Unidos, en transición hacia un exportador neto de energía primaria, ha lidiado con preocupaciones de seguridad energética, lo que ha resultado en medidas estratégicas como el establecimiento de la Reserva Estratégica de Petróleo en respuesta a acontecimientos como el embargo petrolero de 1973 liderado por Arabia Saudita.
Los miembros europeos del G7, por otra parte, siguen muy expuestos a la pérdida de gas ruso, lo que hace que sus políticas energéticas y su gasto energético sean más susceptibles a la influencia geopolítica, como lo demuestran las recientes crisis energéticas.
La búsqueda de la autosuficiencia energética por parte del G7 se extiende más allá de la economía; también se trata de salvaguardar la soberanía. El G7 enfrenta desafíos multifacéticos en materia de soberanía energética, incluido el control de las cadenas de suministro de tecnologías limpias, el liderazgo tecnológico, la creación de empleo, la reducción de la dependencia de regiones volátiles y el mantenimiento de la competitividad económica.
