Argentina cuenta con el 22% de los recursos de litio a nivel global, el plan de industrializarlo hará que pueda aprovechar el potencial de manera más eficiente y colocarse como un protagonista clave y necesario para la transición -y tal vez pueda replicarlo para crecer más en el cobre-.
En el conversatorio "La Transición Energética y el Desarrollo Industrial", la secretaria de Asuntos Estratégicos, Mercedes Marco del Pont enfatizó que "los desafíos que plantea la transición energética no los resuelve el mercado. Tenemos que generar las reglas de juego que, entre otros aspectos, garanticen la disponibilidad de una cuota de litio para su industrialización en el país".
Remarcó que "nuestro objetivo es reducir brechas territoriales a través de la localización de inversiones productivas en las provincias litíferas. Lo que está en riesgo si no actuamos es la desindustrialización y la pérdida de capacidades en sectores relevantes como es el sector automotriz. El camino hacia la electromovilidad ya está en marcha".
Según la CEPAL, el litio es un insumo hasta ahora insustituible para la producción de las baterías de iones de litio, una tecnología clave para la descarbonización del transporte y el almacenamiento de energía generada a partir de fuentes renovables. Por tanto, tiene posibilidades de contribuir al desarrollo económico de los países mediante un impacto positivo a partir de una mayor creación de valor, es decir, del aumento del producto, de las exportaciones, del empleo y de la recaudación fiscal.
En la región el recurso es considerado estratégico en Argentina, Bolivia, Chile y México, por el potencial que tiene para promover el desarrollo socioeconómico, la agregación de valor y los encadenamientos productivos que contribuyan a un proceso de cambio estructural de las economías.
El informe indica que los recursos identificados de litio en América Latina y el Caribe se concentran en el denominado triángulo del litio (56% de los recursos de litio mundiales). Además, es posible encontrar litio en menores cantidades en Brasil, México y Perú, elevando los recursos de litio encontrados en la región a casi 60% de los recursos mundiales. Asimismo, la región concentra el 52% de las reservas mundiales de litio, localizadas principalmente en Chile (41%) y Argentina (10%).
Según explicó en un informe FundAr, una característica del régimen de gobernanza de la minería en la Argentina es su carácter federal. El régimen se configura como un sistema multinivel. Ciertas competencias son potestad exclusiva de las provincias en virtud del dominio que tienen sobre los recursos naturales. Estas provisiones convierten a las provincias en las “dueñas” del litio.
Sin embargo, esto no significa que las provincias cuenten con absoluta autonomía para administrar los recursos. Su normativa y las decisiones también dependen de definiciones del Gobierno Nacional que condicionan aquello que las provincias pueden hacer. Un punto clave que emerge de esta discusión es que el diseño de políticas de desarrollo productivo y tecnológico requiere un alto nivel de coordinación entre jurisdicciones.
El sistema normativo minero a nivel federal se ordena en función de tres pilares: la Constitución Nacional, el Código Minero y la Ley de Inversiones Mineras. Esta normativa se complementa con regulaciones ambientales e impositivas de carácter general que interactúan con el nivel provincial. Las normas que rigen el sistema normativo minero a nivel federal configuran un régimen de carácter liberal y de “libre entrada” a las inversiones, que resulta determinante para el funcionamiento de la gobernanza multinivel del litio.
La actividad minera en la Argentina está regida por la Constitución Nacional. En su artículo 124, la Constitución de 1994 reafirmó el dominio originario de las provincias sobre los recursos naturales que existen en sus territorios. En esa reforma constitucional, las provincias delegaron al Congreso de la Nación la facultad de dictar los códigos de fondo, como el Código de Minería de la Nación. De lo estipulado por la Constitución Nacional y el Código de Minería resulta que las administraciones provinciales son las autoridades competentes para otorgar concesiones mineras.
Complementariamente al Código, el principal instrumento de promoción de la actividad minera es la Ley de Inversiones Mineras. Esta Ley busca promover la inversión reduciendo el riesgo empresarial en sus primeras etapas y garantizando la estabilidad tributaria por 30 años.
La secretaria de Asuntos Estratégicos advirtió que se debe estimular, a través del litio, un aumento en la cantidad de empleo. "El litio es un mineral estratégico que, en muy poco tiempo, va a estar sobredemando. Nosotros necesitamos tomar una decisión política clara para promover el agregado de valor y la creación de puestos de trabajo porque sino corremos el riesgo de consolidar un modelo extractivista", señaló.
Del Pont subrayó que se debe progresar en la fabricación de autos con motores eléctricos. Argentina necesita garantizar las políticas y las reglas de juego para vincular la posibilidad de tener, de disponer de la materia prima, de avanzar en la cadena de industrialización de recursos, pero también avanzar en lo que es la producción de autos eléctricos en nuestro país
En el esquema federal de Argentina, las provincias cuentan con el dominio de los recursos naturales. Sin embargo, no controlan instrumentos de políticas que podrían ser clave para su desarrollo, como la política de ciencia y tecnología, que está en manos del Gobierno federal. Las provincias tampoco poseen recursos para implementar políticas de desarrollo productivo y tecnológico.
En nuestro país, más de las tres cuartas partes de la recaudación asociada a proyectos de litio se explica por gravámenes nacionales. Como consecuencia de esta estructura impositiva, el monto recaudado por las provincias se ubica en torno al 15% de la recaudación total, explica el informe de FundAr.
"La transición energética tiene que ir de la mano de la política industrial y ser palanca para el desarrollo, tenemos la decisión política de acompañar a este sector y a toda su cadena de valor para insertarnos en las nuevas tendencias productivas. No queremos ser inquilinos de nuestras materias primas, queremos participar en el desarrollo de tecnologías propias al más alto nivel", manifestó el secretario de Industria y Desarrollo Productivo, José Ignacio de Mendiguren
El documento de CEPAL remarca que el crecimiento de la demanda explica en gran medida el aumento exponencial de los precios del litio y otros minerales utilizados en estas tecnologías en los últimos años. Los precios del litio se multiplicaron casi nueve veces entre 2021 y 2022, señala el documento. Actores como China, Estados Unidos y la Unión Europea lideran la electromovilidad y cuentan con una serie de políticas que buscan asegurar el suministro de minerales considerados críticos para la transición energética.
Solo tres países explotan litio a gran escala comercial en la región. En 2021, Argentina representó el 9,8% de la producción mundial, Brasil el 0,4% y Chile el 41%. Ese mismo año, los cuatro mayores productores de litio a nivel mundial (en orden de importancia, Australia, Chile, China y Argentina) concentraron más del 96% de la producción global, lo que ha motivado a los países productores de baterías de ion-litio a incluir el mineral en su listado de minerales críticos.
Si bien el contexto de transición energética y la expansión de la electromovilidad presentan oportunidades, también ponen desafíos a los países de la región ricos en recursos de litio. La región tiene una participación importante en la primera etapa de la cadena de valor de las baterías de litio (extracción / procesamiento). Pero en las etapas de producción de precursores, cátodos/ánodos, celdas y baterías, son China, Japón, República de Corea, Estados Unidos y Europa quienes las lideran.