En la cuenta regresiva para la inauguración del Gasoducto Néstor Kirchner, el Embajador de Argentina en Bolivia, Ariel Basteiro, informó el país llegará a autoabastecerse de gas en la gestión 2024 y dejará de comprar gas boliviano.
El 9 de julio se cortará la cinta del gasoducto que permitirá reducir la dependencia energética del exteior, reducir la balanza negativa e impulsar la transición energética. Si bien Bolivia perderá a uno de sus principales clientes, Basteiro insisté en que no será un problema para el país porque aún depende de las compras de Brasil.
Según enfatizó meses atrás Flavia Royón, secretaria de Energía, "esta red de gasoducto va a permitir no importar más de de Bolivia, no necesitar más importaciones de GNL, y sustituir esto con producción argentina y esto significa, también, puestos de trabajo directos e indirectos, desarrollo de una industria, donde el país ya tiene un know how muy importante, con un mercado doméstico ya garantizado a 2028, permitirá pensar en las exportaciones a países vecinos, en el proyecto de Ley de GNL implica exportar nuestro gas al mundo".
"Yo supongo que Argentina llega al autoabastecimiento a partir del año que viene (2024). No entiendo que eso sea un problema para Bolivia porque hay demanda de gas de Brasil, no es que el gas no va a tener donde poder colocarlo, sino que cambiaran los clientes", dijo Basteiro a los medios de prensa.
Cuando el invierno arrecia, YPFB, la empresa estatal boliviana, y ante el descenso dramático de la producción de gas, ha ordenado que deje de operar la planta de urea por dos meses para poder incluir el gas que consume al gasoducto que va a la Argentina, según dijo el presidente de la empresa, Armin Dorgathen.
“Argentina no nos da un golpe; Nos dimos el golpe”, dice Álvaro Ríos, consultor energético en El Deber y alude al deterioro de la industria gasífera boliviana por falta de inversión y, en consecuencia, de nuevos descubrimientos.
“En 2014 exportamos 48 millones de metros cúbicos de gas por día: hoy solo podemos exportar 22 millones”, graficó. “Deberíamos estar vendiendo 23 millones de metros cúbicos a Argentina, pero solo le estamos dando de cuatro a ocho millones de metros cúbicos por día; Por eso el contrato ya no durará hasta 2027, como estaba previsto, sino que terminará el próximo año”, explica Ríos.
Un informe de Milenio titulado el cuadro crítico de la producción y reservas de gas natural muestra que en 2015 el país alcanzó una producción de 60,58 millones de metros cúbicos día y a abril de 2023 la cifra bajó a 38 MMmcd.
A ese panorama incierto se suma la falta del estudio de las reservas certificadas, que Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) posterga desde hace unos años atrás y recientemente anunció que lo hará en 2024.
Como se recordará, el consorcio canadiense Sproule International Limited desveló que Bolivia tiene 10,7 trillones de pies cúbicos (TCF) de reservas probadas de gas, 12,5 TCF de reservas probadas y probables, y 14,7 TCF más las reservas posibles. El Gobierno resalta que con estas cifras se garantiza el mercado externo, y el interno estará cubierto hasta el 2035. Expertos en el tema ven una disminución del 19% con relación al último informe de 2013 y observan la poca actividad exploratoria.
El GNK, que es sólo una parte del plan TransportAr, va a permitir aumentar la capacidad de transporte en un 30%, "sólo la primera etapa, que va a estar operativa el 20 de junio, permitirá un ahorro del US$ 2.000.000.000, todo el sistema del año que viene, que va a estar el impacto en todo el año de casi US$ 4.200.000.000 y va a conducir a Argentina hacia el 2024/2025 niveles de autoabastecimiento de más del 95%",
En entrevista con UNITEL, Armin Dorgathen, presidente de YPFB, ponderó que se aprovechó el momento del descenso del precio internacional del petróleo, y que se hizo cambios en la logística de importación lo que permitió que disminuya el costo de la subvención.
Al respecto, Ríos enfatizó en que la logística no es el fondo del asunto, sino que se debe tomar en cuenta “que cada vez producimos menos” hidrocarburos y para citar un ejemplo colocó un porcentaje de que ahora se tiene una importación del 71% de la gasolina, el 51% del diésel y comenzamos a importar GLP, “el próximo año esto podría subir” y que, sino se hace “la tarea de exploración” para 2030 se tendrá una producción cero que obligue a importar el total de combustibles.
“Mi preocupación es que si miramos a largo plazo estaríamos importando todos los hidrocarburos es decir, gasolina, diésel, GLP, esto sin duda, con un precio internacional del petróleo (lo que) económicamente nos mandará a la lona y es lo preocupante”, agregó el experto.
Además, agregó que como Estado “no hemos hecho nuestra tarea exploratoria y estamos cruzando las manos de los dedos y los pies para no tener precios internacionales elevados porque eso erosiona economía, nuestros dólares”.
