El 8 de junio, el Gobierno peruano decretó el estado de emergencia por 60 días en 855 distritos y 139 provincias de 18 regiones del Perú, debido al peligro inminente frente a la probabilidad de intensas precipitaciones pluviales y un posible Fenómeno El Niño, un evento climático caracterizado por el calentamiento del Océano Pacífico que afecta a varias regiones del mundo, incluyendo América del Sur.
Durante el Fenómeno El Niño, las condiciones climáticas se ven alteradas, lo que puede resultar en lluvias intensas o sequías, dependiendo de la región. En el caso de las lluvias, se producen con mayor intensidad en la costa norte y central del Perú. Estas regiones incluyen departamentos como Piura, Lambayeque, La Libertad, Áncash y Lima.
Ante estas condiciones climáticas extremas, no solo la población que vive en zonas vulnerables está expuesta, sino que las empresas mineras y energéticas también podrían enfrentar desafíos, como inundaciones, dificultades en el transporte debido a carreteras bloqueadas y problemas en la provisión de servicios básicos, como energía eléctrica y agua, entre otros.
De acuerdo con el Estudio Nacional del Fenómeno El Niño (ENFEN), para el verano del 2024, hay un 67% de probabilidades de que el Perú vuelva a ser afectado por El Niño global. Sin embargo, no hay soluciones rápidas desde el Poder Ejecutivo. Ante ello, algunas empresas del sector minero energético están desplegando estrategias para proteger sus instalaciones y también a las comunidades de sus zonas de influencia.
PREVENCIÓN MINERA
“Es una realidad. Las precipitaciones y eventos del Fenómeno del Niño afectan a las operaciones de Minera Poderosa y su área de influencia. Por ello, contamos con un Plan de Contingencia para precipitaciones, el cual se actualiza todos los años antes de la temporada de lluvias, que ocurre entre los meses de noviembre a abril”, afirmó Yvonne Lomparte, superintendente de Gestión Ambiental de Minera Poderosa.
Minera Poderosa, con operaciones en el distrito y provincia de Pataz, en La Libertad, explica que la topografía de su área de influencia es montañosa y en las laderas superiores hay presencia de rocas volcánicas, lo que ocasiona que las precipitaciones produzcan deslizamientos de tierra y huaicos por la activación de quebradas. Otros riesgos comunes son el incremento de caudal del río Marañón, el bloqueo de las captaciones de agua, el cierre de carreteras, puentes y de otros accesos.
Ante esta emergencia, Poderosa ha previsto activar nuevamente su Comité de Emergencia, espacio donde los líderes de la empresa se reúnen para revisar la ejecución de las acciones preventivas y correctivas de su Plan de Contingencia. Este plan establece los lugares que podrían verse más afectados ante las lluvias; define además los controles y la vigilancia a realizar; y describe cómo se repondrá la energía, el agua y la logística de materiales, insumos y alimentos para que la operación continúe con normalidad.
La población aledaña a las operaciones también es afectada por los huaicos, apuntan. “En el distrito de Pataz tenemos el factor externo de la minería ilegal, que arroja su desmonte en los cerros sin ningún cuidado y, en época de lluvias, es arrastrado a las quebradas y viviendas de pobladores de la parte baja”, afirman en Poderosa.
Por ello, la empresa coordina acciones con las autoridades de los gobiernos locales y comunales para realizar labores de prevención: simulacros ante huaicos, así como el apoyo con maquinaria o combustibles para la limpieza de las quebradas y otras labores relacionadas a la prevención de accidentes.
CUIDADO ELÉCTRICO
“Desde el inicio de la emergencia, nuestro equipo ha visitado constantemente la infraestructura afectada por las lluvias, lo que nos ha permitido liderar un trabajo riguroso para mantener la confiabilidad de la red de transmisión y recuperar las instalaciones que fallaron por los efectos de la condición climática en el menor tiempo posible”, señaló Huber Berrio, subgerente de Transmisión Norte de ISA REP.
La empresa de transmisión eléctrica desplegó labores de protección, defensa y reparación de las instalaciones afectadas en las líneas de alta tensión Chimbote – Trujillo, Huallanca – Chimbote, la Subestación Laguna La Niña, entre otras, a lo largo de la Macrorregión Norte, para mitigar los efectos de los fenómenos naturales sobre la infraestructura de transmisión de energía eléctrica en concesión.
También pusieron en marcha un plan de contingencia para asegurar la continuidad de sus operaciones. En las subestaciones se realizó el mantenimiento de los sistemas de drenajes, así como la impermeabilización de techos de las salas de control. Para las líneas de transmisión, se aumentó la frecuencia de las inspecciones a las torres identificadas en riesgo y la protección de estructuras en quebradas, según una evaluación técnica de campo.
Para apoyar a las comunidades vecinas afectadas por los huaicos, lluvias e inundaciones, ISA REP desplegó una serie de acciones solidarias a través de su campaña “Conectados con el Norte”. De esta manera, la compañía organizó la entrega masiva de bidones de agua, donación de víveres y alimentos para seis ollas comunes, así como la entrega de donativos a través de la ONG Juguete Pendiente.
HIDROCARBUROS EN ACCIÓN
Las empresas del sector hidrocarburos también despliegan diversas medidas para enfrentar el Fenómeno El Niño y minimizar su impacto en sus operaciones. Una de sus principales acciones es el monitoreo meteorológico y oceanográfico para detectar cambios en las condiciones climáticas, emitir alertas tempranas y tomar medidas preventivas según sus planes de contingencia. Estos planes, tal como en los demás sectores, incluyen el reforzamiento de infraestructuras críticas, como instalaciones de producción, refinerías y oleoductos, para hacerlas más resistentes a eventos climáticos extremos.
Así, establecen programas de vigilancia y monitoreo para controlar erosiones y posibles deslizamientos; el refuerzo de los cauces de ríos; y la revisión de canaletas en las que derivan las aguas de lluvia para evitar que rebasen.
“El Fenómeno El Niño genera acumulación de agua, que se empoza en ciertas zonas de las plantas y que tenemos que identificar y eliminar. Y más aún con la problemática del dengue, es necesario aumentar la periodicidad de la fumigación y el uso de los repelentes”, explica Carlos Ponce de León, presidente del Subcomité de Seguridad y Salud del Sector Hidrocarburos de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE).
Ponce de León agrega que cada empresa cuenta con sus propias estrategias y planes específicos adaptados a sus operaciones y áreas de influencia.
De esta manera, las empresas del sector minero energético se preparan frente a posibles contingencias y también para ayudar a las comunidades con las que conviven.