El mes pasado se enviaron 6,34 MMm3/d cuando en 2022, en similar periodo, lo comercializado fue de 13,58 MMm3/d
JUAN CARLOS SALINAS CORTEZ
El frío ya arrecia en Argentina y como es habitual necesita de más gas natural. Bolivia, su principal proveedor tiene apuros para cumplir con los cupos programados. Así nuestro país, en mayo de 2023, le vendió un 47% menos de gas natural con relación al mismo mes del año pasado.
Es el Centro Departamental de Monitoreo y Fiscalización de Hidrocarburos de la Gobernación de Santa Cruz, con datos del Ministerios de Hidrocarburos y Energía, se detalla que el mes pasado el mercado argentino recibió solo 6,34 millones de metros cúbicos día (MMm3/d), cuando en mayo de 2022 el volumen comercializado fue de 13,58 MMm3/d.
Desde la institución precisaron que el aumento de la demanda del energético boliviano se da durante el periodo mayo-septiembre. Es cuando Argentina, por las bajas temperaturas, necesita mayores volúmenes, situación que ya fue acordada previamente con Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB).
“En verano el promedio fue de 11,8 MMm3/d”, explicaron desde la entidad de la Gobernación cruceña.
En lo referido al desempeño en junio, el Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas) de Argentina, informó que YPFB envía un promedio de 9 MMm3/d de gas natural en los últimos seis días.
Esto cuando los precios internacionales de gas natural se encuentran en su nivel más elevado debido al conflicto bélico que enfrentan Rusia y Ucrania. Esta situación incluso fue aprovechada por Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos en 2022 cuando negocó mejores precios para el gas exportado durante el invierno, compensando así la caída de los volúmenes.
Raúl Velásquez, analista de hidrocarburos y energía de la Fundación Jubileo, puntualizó que esta merma en la venta de gas natural a Argentina es el reflejo del fracaso en los programas de exploración y explotación de hidrocarburos en Bolivia, “que se viene arrastrando desde 2015”.
El experto remarcó que en 2006 se acordó con Argentina el envío de 23 MMm3/d, pero ante los problemas de producción, en 2010 se firmó una adenda donde se acordó envíos promedios de 13 MMm3d, durante la temporada de invierno.
“Luego se disminuyó ese cupo debido a la baja producción de gas natural. En la actualidad esta situación obliga al país a hacer malabares para responder a los mercados de Brasil, Argentina y el interno. Para cumplir con Argentina se saca algo a Brasil y ahora se recurre al gas de la planta de amoníaco y urea con el argumento de que se la va a paralizar unos 45 días por fallas mecánicas”, observó Velásquez.
A su vez, José Padilla, ex secretario de Hidrocarburos de la Gobernación cruceña, señaló que paralizar la Planta de Amoniaco y Urea (PAU), y vender el gas que no se use es una muestra de las dificultades que tiene YPFB para cumplir con Argentina, como así también hay una desesperación de Yacimientos por contar con divisas.
“Lo que llama la atención es que el Gobierno habla de industrialización y justo paraliza una planta que genera valor agregado, para seguir exportando materia prima. Eso muestra una gran contradicción entre lo que se dice y lo que se hace”, sostuvo Padilla.
Al respecto, el presidente de la estatal YPFB, Armin Dorgathen, en declaraciones a Página Siete, admitió que la PAU se encuentra paralizada y que el gas que no se está utilizando en la factoría se exportará al mercado argentino a un precio mejor.
En marzo Argentina reveló que paga entre US$ 10 y 18 por la importación de gas natural desde Bolivia como parte del acuerdo en la séptima adenda del contrato de compraventa vigente, según la secretaría de Energía de ese país, Flavia Royon.