La transición energética que quiere poner en marcha el gobierno colombiano no se dará en el corto plazo porque implica no solo cuestiones ambientales y de energías limpias sino también fiscales, advirtieron expertos en la conferencia "Inside LatAm Colombia 2023", organizada por Moody's Investors Service para debatir diferentes aspectos de la coyuntura económica nacional e internacional.
"El tema de la transición energética es de largo plazo, no es un tema de un Gobierno, y hay que dar señales de estabilidad jurídica para poder promocionar la inversión en energías renovables", manifestó la directora de Solarpack Colombia, Juliana Tascón.
En ese sentido, según informó EFE, Tascón señaló que aunque desde 2014 Colombia trabaja "en una política para incluir energías renovables y promover la inversión" en ese campo, "se ha llegado a un punto en el que las señales que da la política del gobierno no son las mejores".
CAMBIO DE FUENTES DE ENERGÍA
El presidente colombiano, Gustavo Petro, tiene entre las prioridades de su gobierno una transición energética que deje atrás la exploración, producción y consumo de hidrocarburos, y su sustitución por energías limpias, para poder enfrentar la crisis climática mundial.
Según Tascón, hablar de transición energética "no es solamente pensar en la energía eólica y la solar como matriz de generación" y alternativa a los combustibles fósiles, sino que "se tiene que ir más allá".
"Colombia tiene un crecimiento de la demanda que hace necesario que siga habiendo inversión en energía y fortalecer la generación de energías renovables", dijo Tascón, quien sin embargo señaló que "no se puede pensar en una transición energética si los tiempos de los proyectos son inciertos".
Los expertos destacaron además que "los marcos regulatorios no se cambian de la noche a la mañana" y por eso es necesario que el Gobierno trabaje de la mano con las diferentes empresas y asociaciones del sector para poder impulsar las energías renovables.
"Necesitamos que haya una fuerte relación entre lo que queremos hacer y lo que estamos haciendo", manifestó por su parte Tomás González, director del Centro Regional de Estudios de Energía (CREE).
LA CUESTIÓN FISCAL
González, que fue ministro de Minas y Energía de Colombia, dijo que para hacer una transición energética también hay que tener en cuenta el impacto fiscal de la sustitución de los combustibles fósiles ya que ese es un sector que genera un ingreso tributario considerable, equivalente al 3,6 % del PIB o "casi dos veces el recaudo anual de la reforma tributaria" aprobada el año pasado.
"El país tiene unas necesidades y grandes brechas sociales. Cuatro de cada diez colombianos están en condiciones de pobreza y uno de cada seis en pobreza extrema, reducir eso requiere un esfuerzo fiscal", advirtió.
Según González, el gobierno quiere "marchitar los combustibles fósiles lo más rápido posible" pero no ha dicho con qué se puede reemplazar su aporte a la parte fiscal.
El ex ministro explicó, a manera de ejemplo, que la industria genera solo una tercera parte de la tributación que hacen los hidrocarburos, y en la agricultura esa proporción es aún mayor pues se necesitan "25 unidades para reemplazar una unidad del sector de hidrocarburos".
"No tenemos un plan concreto, creíble, para hacer la transición energética, no tenemos cómo sustituir esos ingresos y mientras eso no sea posible no será posible hacer la transición energética", indicó González.
EL ANÁLISIS DE FRANCISCO LLOREDA TRAS SU SALIDA DE LA ACP
El abogado Francisco Lloreda anunció que dejará la presidencia ejecutiva de la Asociación Colombiana del Petróleo (ACP), tras completar casi nueve años al frente de esta agremiación de hidrocarburos.
El caleño, quien también fue ministro de Educación, confirmó su dimisión por motivos personales, y habló con Semana sobre su salida, asegurando que el Gobierno nacional no puede dejar a un lado el sector de hidrocarburos, a pesar de su intención de avanzar en la transición energética.
Lloreda aseguró que su salida fue totalmente voluntaria. No hubo presión por parte del gobierno, a pesar de que él ha sido un crítico de la actual administración y, en ocasiones, ha tenido encontrones con el presidente Gustavo Petro. Según el saliente dirigente gremial, se dedicará a atender compromisos personales y a volver al mundo académico. Incluso, no descarta tener una mayor presencia en el periodismo nacional.
“Me ha correspondido ser testigo del auge de distintas fuentes de energía renovable, la eólica y la solar, que hace nueve años era apenas una quimera, y lo que estamos viendo en este momento es que los esfuerzos que se han realizado en el pasado, para que ingresen algunas de estas fuentes, no han corrido con tan buena suerte como quisiéramos. Necesitamos seguir trabajando con las distintas fuentes de energía, necesitamos seguir trabajando con gas natural, con combustibles líquidos y por supuesto con los parques eólicos”.
En los últimos meses, Francisco Lloreda ha sido muy crítico con el proceso de la transición energética, bandera del gobierno de Gustavo Petro, que, entre otras cosas, pretende que Colombia deje de usar hidrocarburos, o que su uso sea muy reducido. Si bien el sector petrolero está de acuerdo, la forma en la que se ha planteado el cambio no es la ideal, además de que, según considera el abogado, no está bien sustentada, según informó Semana.
La clave de la transición estaría en la canasta exportadora. En diálogo con Semana, el dirigente asegura que el gobierno no ha sido claro sobre cómo transformará el aparato productivo de Colombia, lo que no hace viable la transición: “la razón por la cual ha sido factible (las reservas de hidrocarburos) durante más de 30 años que esas reservas probadas, aunque precarias, se mantengan es porque a través de exploración se ha ido sustituyendo lo que vamos consumiendo de petróleo y gas. El anterior ministro de hacienda señaló con claridad hace unos meses, de la mano de la ministra de Minas y Energía y el ministro de Comercio, que la transición energética dependía (y estaba condicionada) de una transición exportadora, es decir, una diversificación de la canasta exportadora, que implica transformar el aparato productivo de Colombia. Eso no se hace en la noche a la mañana”.
Otro de los factores en los que no se podrán hacer modificaciones tan rápidas es en la sostenibilidad del marco fiscal. Sumado a que Colombia no podrá dejar de consumir hidrocarburos de un día para otro, el primer reto que hay enfrentar, según Francisco Lloreda, es en la renovación del parque automotor.
Sobre esto, el dirigente dijo desconocer el fundamento con el que Ricardo Bonilla, ministro de hacienda, aseguró que Colombia no debería permitir que se matriculen carros impulsados por gasolina, a partir del año 2040, teniendo en cuenta que para el 2050, la mayoría de los vehículos dependerán de combustibles líquidos.
“Los estudios que yo conozco son los de la Upme, que es la Unidad de Planeación de Energética, entre ellos el Plan Energético Nacional, y este señala que incluso para el año 2050 más del 70% parque automotor de Colombia va a depender de los combustibles líquidos; y esto haciendo el mayor esfuerzo en materia de electrificación de vehicular, y el mayor esfuerzo también en transformar vehículos de carga al gas natural vehicular. Lo que esos estudios señalan es que, incluso al año 2050, va a ser necesaria la gasolina y va a ser necesario el diésel”.
Otro de los puntos que destacó Lloreda con Semana es que ha visto una buena voluntad, por parte del gobierno, al menos en las designaciones que ha hecho en entidades como Ecopetrol. De hecho, estos dirigentes se han sumado a que se cumplan los contratos de exploración y explotación de hidrocarburos.
En ese mismo sentido, asegura que no se puede parar con estas actividades, pues esto puede atentar contra la independencia energética y la canasta exportadora, dos de los factores clave para el buen funcionamiento de la economía.
Por esto, la transición energética no debería retirar la actividad petrolera de la canasta exportadora. La sugerencia sería que los demás sectores, como la industria o el turismo, deben potenciarse para que estos entren a ser actores principales, y así el país tendría más beneficios.
Por último, Lloreda reconoció los esfuerzos que hace el Gobierno con los diálogos de paz, teniendo en cuenta que este sector es uno de los más atacados por los grupos delincuenciales. En ese sentido, aseguró que el tiempo aportará toda la verdad que necesita el país: “no hemos hecho un análisis al interior del gremio para tomar una postura al respecto; por supuesto, como la mayoría de los colombianos, lo que más quisiésemos es que en Colombia los factores de violencia mermen o desaparezcan; y ojalá los esfuerzos que están haciendo lleguen a feliz término, pero, como dice un refrán: para la verdad, el tiempo”.