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ECONOMÍA
OCDE: Recesión en Argentina y problemas en Chile y Perú
MINING PRESS/ ENERNEWS

Los tres países -aunque con diferencias- tienen serios problemas. Argentina hacia atrás. En Chile volvería el déficit fiscal y en Perú habría límites al consumo pero comenzó la recuperación

 

07/06/2023

ANAHÍ ABELEDO

La economía argentina sufriría la contracción del PBI de al menos el 1,6% este año mientras que en 2024 podría experimentar un crecimiento de solo el 1,1% en tanto la recesión que viene también traería una caída del empleo, según las Perspectivas económicas de la OCDE de junio. Con diferencias, en Chile también cae el crecimiento en 2023 y podrían volver los déficits fiscales. En Perú, la inestabilidad política derivada en inflación y las altas tasas de interés limitan el consumo. Las reformas que se aconsejan.

La suerte económica de los tres países del Cono Sur tiene lugar en el contexto global de un incipiente giro para salir de la crisis que aún tiene un largo camino por delante hasta alcanzar un crecimiento sólido y sostenible. A lo largo de 2022, el crecimiento del PIB mundial se ralentizó de manera significativa, no  obstante,  varios  de  los  factores  que  pesaban  negativamente  sobre  la  economía  están remitiendo.

Así, el descenso de los precios de la energía y de la inflación general, la disminución de los cuellos  de  botella  en  las cadenas de  suministros y  la  reapertura  de  la  economía  china,  sumados  a  la solidez  del  empleo  y unas  finanzas  de  los  hogares  resilientes,  contribuyen  a  las  previsiones  de una recuperación. 

No obstante, la recuperación será débil en comparación con estándares del pasado. Según nuestras proyecciones, el crecimiento será del 2,7% en 2023, con un modesto repunte hasta el 2,9% en 2024-ambos porcentajes muy inferiores a la tasa media de crecimiento registrada en la década anterior a la pandemia de COVID-19.

 

ARGENTINA: SE CONTRAE EL PBI Y NO SE RECUPERA EN 2024
Tras la desaceleración económica sufrida a finales de 2022, se prevé que el PIB se contraiga un 1,6% en 2023 y posteriormente se recupere un 1,1% en 2024. El mercado laboral ha mejorado, pero se espera que la  próxima  recesión  traiga  consigo  una  caída  del  empleo.  

La OCDE registra que las  exportaciones  padecen las consecuencias de la grave sequía y que la inflación superó el 100% y se mantendrá en niveles altos a corto plazo, a pesar de contar con una posición fiscal ligeramente menos expansiva. 

Los estrictos controles de capital y la incertidumbre política ante las elecciones de octubre de 2023 frenarán la inversión y el consumo en 2023.

Cabe esperar que el gasto público disminuya durante 2023, a medida que se reduzcan los subsidios a la energía  y  el  cumplimiento  de  los  objetivos  fiscales  exija  una  mayor  contención  del  gasto.  

La  reducción continuada de las transferencias del Banco Central al Tesoro debería reducir las presiones inflacionistas a medio  plazo,  estrechar  la  brecha  entre el  tipo de  cambio  oficial  y paralelo,  y  disminuir  el  riesgo  de devaluación repentina. 

La economía se contraerá un 1,6% en 2023 y posteriormente se recuperará poco a poco, creciendo un 1,1% en 2024. El aumento de la inflación, la moderación fiscal y la adopción de unos controles de capital más  estrictos  lastrarán  el  consumo  durante  2023,  al  tiempo  que  los  bajos  niveles  de  confianza  y  las restricciones  a  las  importaciones  seguirán  frenando  la  inversión.  

Para 2024 se prevé un repunte gradual a medida que se vayan reduciendo las vulnerabilidades macroeconómicas y se recuperen as  exportaciones.  

La  apertura  de  un  nuevo  gasoducto  desde  los  yacimientos  de  gas  del  sur  del  país reducirá   previsiblemente   la   dependencia   de   las   importaciones   de   gas   y   podría   aminorar   las vulnerabilidades externas. Los  riesgos sobre  las  perspectivas  económicas  están  orientados  a  la  baja.  

Las  escasas  reservas  de divisas,  las  estrictas  restricciones  monetarias  y  los  grandes  volúmenes  de  bonos  del  banco  central  en circulación en un contexto de inflación y tasas de interés al alza podrían provocar una devaluación de la moneda, una espiral inflacionista y la incapacidad de cumplir los objetivos fiscales actuales. 

Los tipos de cambio  preferenciales introducidos  recientemente  para  los  exportadores  agrícolas  han  conseguido anticipar la entrada de divisas y proporcionar un alivio temporal, al tiempo que han trasladado algunos de los  riesgos  subyacentes  a  un  futuro  próximo.  

Un  gasto  social  más  eficaz  podría  contribuir  a  reducir  las  desigualdades  y  la  pobreza,  la cual  ha aumentado hasta el 39%, al tiempo que más del 50% de los niños viven por debajo del umbral de pobreza. 

Los intentos actuales de mejorar la focalización de las subvenciones a los servicios públicos van en la dirección  de  mejorar  la  eficacia  del  gasto  público.  

Aún  están  pendientes  de  aplicar  otras reformas de subvenciones y esta cuestión sigue siendo todo un reto político. La reducción de las barreras a la competencia y al comercio, una mayor participaciónde la mujer en elmercado laboral —incluido a través de un mejor  acceso a  la educación de la primera  infancia—y  un aumento de  la inversión en  la calidad de la educación primaria y secundaria impulsarían la productividad y mejorarían la equidad. 

CHILE: POLÍTICA MONETARIA RESTRICTIVA Y REGRESO DEL DÉFICIT FISCAL
La actividad económica caerá un 0,1% en 2023 y aumentará un 1,9% en 2024. El endurecimiento de las condiciones financieras y la retirada de las ayudas relacionadas con la pandemia reducirán el consumo de los hogares durante el primer semestre de este año. 

PIB creció 0.8% en el primer trimestre de 2023, pero la actividad económica disminuyó en marzo según el Índice Mensual de Actividad Económica (IMACEC), y las débiles ventas minoristas y de automóviles sugieren un ajuste a la baja en elconsumo tras la retirada de las ayudas para hacer frente a la pandemia. 

A pesar dela moderación en la demandala inflación ha sido persistente, con los indicadores parainflación general  ysubyacente disminuyendo  levemente  y  manteniéndose  alrededor  del  10%.

La subida de las tasas de interés y la incertidumbre también afectarán negativamente a la inversión durante 2023. 

El déficit del Gobierno central se situará en el 2,0% del PIB en 2023 y en el 2,1% en 2024, sin que suponga una amenaza para la sostenibilidad de la deuda. 

El banco central continuó  endureciendo  su  política  para  frenar  la  inflación  y  controlar  las  expectativas  inflacionistas, llevando la tasa de interés oficial al 11,25% y comprometiéndose a mantenerla en dicho nivel hasta que se consolide la convergencia hacia el objetivo. 

La  política  monetaria  seguirá  siendo  restrictiva, y el  saldo  presupuestario del  gobierno volverá  a  ser deficitario.  El aumento  de  la  inversión  en  programas  sociales  e  infraestructuras  para  satisfacer  las demandas sociales e impulsar la productividad requiere un sistema tributario más progresivo que permita la obtención de ingresos adicionales. 

Los salarios reales empezaron a recuperarse en los primeros meses del 2023.

El  endurecimiento  de  la  política  monetaria  de  los  socios  comerciales  frenó  el  crecimiento  de  las exportaciones en 2022, si bien la reapertura de China debería aumentar la demanda de insumos para la industria  tecnológica,  entre  los  que  se  incluyen  minerales  exportados  por  Chile.  

El  Gobierno  mitigó  el impacto del encarecimiento de la energía provocado por la guerra de agresión de Rusia en Ucrania aumentando los salarios mínimos, concediendo subsidios a la población vulnerable, congelando las tarifas del transporte público y aplicando medidas para estabilizar los precios de los combustibles fósiles y de la electricidad. 

La suspensión del aumento de tarifas en el transporte se prorrogó hasta junio y, en algunos casos,  hasta  diciembre  de  2023,  y  en  enero  de  2023  se  introdujo  una  bonificación  de  los  impuestos pagados por el gasóleo consumido en el transporte terrestre de mercancías, que expira en diciembre.

El gasto público crecerá ligeramente en términos reales, centrándose en el gasto social y en la inversión en medio de una brecha de producción negativa, mientras que los ingresos se moderarán durante 2023 con la ralentización de la actividad. 

La proyección asume descensos moderados en la tasa de interés de políticaen la segunda mitad de 2024.

El aumento de la demanda exterior, sobre todo procedente de China, debería sostener el crecimiento de las exportaciones. Los  riesgos  están  orientados  a  la  baja.  

La  guerra  de  Rusia  en  Ucrania  podría  provocar  nuevas presiones  sobre  los  precios  de  la  energía,  retrasando  la  relajación  de  la  política monetaria.  

Si no se aprobara una nueva Constitución  y no se aportara mayor claridad sobre el futuro de la reforma tributaria se podría incrementar la incertidumbre sobre las políticas, menoscabando  la  confianza  de  las  empresas  y  los  consumidores,  y haciendo  que el  consumo  y  la inversióncrezcan débilmente.

La mejora de los programas sociales y de las infraestructuras exigiría aumentar los ingresos —desde sus bajos  niveles,  en  comparación  con  la  OCDE—a  través  de  un  sistema  tributario  más  progresivo.  

La productividad  puede  impulsarse  reforzando  la  competencia  mediante  la  reducción  de  las  barreras  al emprendimiento.

 

PERÚ: FACTORES QUE DESACELERAN EL CRECIMIENTO Y SIGNOS POSITIVOS
Se prevé que el PIB de Perú crezca un 1.7% este año y un 2.9% en 2024. La incertidumbre política, los fenómenos  meteorológicos  extremos,  las  elevadas  tasas  de  interés  y  la  inflación  limitarán  el  consumo privado  y  la  inversión.  

La  lenta  ejecución  presupuestaria  de  los  gobiernos  subnacionales  dificultará  la inversión pública, que se verá compensada en parte por la reciente adopción de un paquete de medidas para  impulsar  la  inversión.  

La  recuperación  del  turismo  y  de  la  producción  de  cobre  impulsará  las exportaciones. Se prevé que la inflación vaya disminuyendo y regrese a su objetivo a principios de 2024. 

El  Banco  Central  debería  mantener  una  posición  restrictiva  para  anclar  las  expectativas  de  inflación.  El mantenimiento de la senda de consolidación fiscal prevista garantizará la sostenibilidad de la deuda pública. 

La  implementación  de una  reforma  tributaria  para  incrementar  los  ingresos  públicos  y  mejorar  la progresividad  de  los  impuestoses  necesaria  paraabordar  las  acuciantes  necesidades  sociales  y  de infraestructuras. 

El  PIB  se  contrajo  un  0,4%  interanual  en  el  primer  trimestre  del  año, con sectores  como  la construcción,  la  agricultura  y  el  turismo particularmente afectados.  

Tras  la  fuerte  caída  registrada  a principios de año, la minería se está recuperando amedida que desaparecen las protestas sociales y los bloqueos  de  carreteras,  y  empieza  a  funcionar  a  pleno  una  mina que  ha  empezado  a  operar recientemente.  

Las  interrupciones  de  la  cadena  de  suministro  derivadas  del  ciclón  Yaku  en  marzo contribuyeron a la ralentización económica. 

La inversión privada se vio especialmente afectada, con un descenso del -12%interanual, y el consumo privado experimentó una notable desaceleración, provocando un  moderado  aumento  interanual  del  0,4%. 

Otros indicadores de corto  plazo,  como  la generación  de electricidad, sugieren que  la recuperación ya se ha iniciado.

La inflación anual medida por el IPC disminuyó hasta el 7,9% en mayo, tras alcanzar un máximo del 8,8% en junio de 2022. Si bien  la inflación de  los precios de la energía se  ha ralentizado, los precios de los alimentos incrementan la inflación.

La inflación subyacente ha disminuido ligeramente hasta el 5,1% en mayo,  desde  un  máximo  del  5,9%  en  marzo.  Además,  las  expectativas  de  inflación  a  12  meses  se redujeron aún más hasta el 4,2% en mayo. Los aumentos salariales se han contenido y los salarios reales se  sitúan  un  5%  por  debajo  de  su  nivel  en  2019.  

Los  riesgos  asociados  a  las  condiciones  financieras globales se ven mitigados por las grandes reservas de divisas y la baja deuda pública. El sector financiero sigue mostrando su resiliencia.

El Banco Central ha elevado la tasa de política rápidamente para combatir la inflación y recientemente ha pausado su ciclo de endurecimiento debido a la desaceleración de la actividad económica y expectativas de inflación a la baja. 

La aún alta inflación y condiciones financieras, así como la incertidumbre política lastrarán la confianza de las empresas y los consumidores. Hacia 2024, la inflación debería converger lentamente hacia el rango objetivo  del  1-3%,  lo  que  permitiría  una flexibilización  de  la  política  monetaria,  lo  que impulsará gradualmente la demanda doméstica. 

Las políticas para impulsar la inversión en infraestructuras públicas y las asociaciones público-privadas —como parte de la aplicación del plan de estímulo Con Punche Perú y las medidas para hacer frente a la emergencia climática—impulsarán la demanda interna, mientras que la recuperación del turismo y de la producción de cobre impulsarán las exportaciones. 

Los riesgos internos se derivan principalmente de la elevada incertidumbre política y de posibles nuevos brotes de protestas sociales.  

Se  prevé  que  El  Niño —un  fenómeno  natural  cada  vez  más  frecuente  debido  al  cambio climático—sea leve, si bien seguirá siendo un riesgo, ya que puede evolucionar rápidamente y provocar fuertes  lluvias  y  grandes  pérdidas  económicas,  poniendo  en  peligro  la  consolidación  fiscal  prevista. 

Asimismo, uncrecimiento  económico  de  China —principal  socio  comercial  de  Perú—más  lento  de  lo previsto, podría afectar negativamente los precios del cobre, las exportaciones, los ingresos fiscales y las perspectivas de inversión. 

Se necesitan reformas para reactivar el crecimiento y cerrar las brechas de género. 

 


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