La delegación uruguaya en la Comisión Mixta del Frente Marítimo afirma que recibió “información insuficiente” sobre las actividades en la costa de Buenos Aires
SEBASTIÁN CABRERA
La delegación uruguaya en la Comisión Técnica Mixta del Frente Marítimo consideró que recibió “información insuficiente” de la Argentina sobre el daño ecológico que se está produciendo en la región por las exploraciones petroleras en la costa de Buenos Aires.
El presidente uruguayo de la comisión, Zapicán Bonino, dijo que habían reclamado a sus contrapartes argentinos más detalles sobre en qué consiste la adjudicación de bloques de exploración y si podría haber efectos en la flora y fauna marina en la zona común.
Ese pedido fue realizado hace unas tres semanas y la respuesta argentina incluyó “información insuficiente”, dijo Bonino. Por lo cual, anticipó que en el próximo plenario de la comisión, que seguramente será la próxima semana, la delegación uruguaya volverá a pedir información a Argentina.
La exploración petrolera en el mar argentino y también en el uruguayo es objeto de preocupación desde hace varios años para la Cámara de Armadores Pesqueros del Uruguay y la Cámara de Industrias Pesqueras del Uruguay, que nuclean a unas 30 empresas del sector, y tienen desde 2016 una demanda millonaria contra la empresa petrolera uruguaya Ancap.
Ambas cámaras reclaman un resarcimiento económico ya que, argumentan que los trabajos de prospección sísmica en busca de petróleo y gas, realizados por diversas empresas multinacionales en el mar uruguayo, habrían bajado la captura de peces cerca de un 40% en aquel momento. Aunque luego se recuperaron los niveles anteriores, la preocupación resurgió por las nuevas exploraciones en marcha tanto en Uruguay como en la Argentina.
El presidente de la Cámara de Industrias Pesqueras del Uruguay, Juan Riva-Zucchelli explicó de manera gráfica el trabajo de las empresas petroleras en el mar: “Tiran como unos bombazos de aire comprimido desde los barcos. Esas ondas van bajando, llegan al fondo del mar, siguen bajando, después rebotan y, en función de eso, suben y unos sensores leen las emisiones. Con eso hacen dibujos del lecho marino, es decir qué hay adentro de la tierra” para ver si es viable perforar.
El actual jefe de Exploración y Producción de Ancap, Pablo Gristo, admitió que el método genera ruido “que está en un rango de frecuencia que escuchan los peces, los mamíferos marinos” y puede tener “impacto significativo”, pero dijo que hay medidas para minimizar esos impactos.
Sin embargo, según Riva-Zucchelli, en la década pasada “las prospecciones sísmicas se hicieron sin ningún tipo de control, no había que pedir autorización ambiental. No hubo diálogo con las cámaras ni tampoco con la Dirección Nacional de Recursos Acuáticos (Dinara)”.
Lo que las empresas pesqueras afirman es que los cardúmenes fueron ahuyentados por las fuertes explosiones sísmicas, cuyas ondas afectan a cientos de kilómetros a la redonda. Para entender el fenómeno: incluso aparecieron inusualmente corvinas en las lagunas del sur de Brasil.
Riva-Zucchelli usó otra imagen para explicar el efecto de una prospección sísmica: “Imaginate un árbol lleno de pajaritos y vos tirás un tiro. Es poco probable que justo mates a uno, pero seguro van a volar y no sabés hacia dónde”.
Acá pasa lo mismo pero en el fondo del mar.
“Nosotros hicimos un juicio a Ancap porque entendimos que no se habían tomado las precauciones necesarias”, explicó.
En un país de procesos lentos, siete años después aquel juicio todavía sigue en pie, aunque las empresas pesqueras dicen que han recuperado los niveles de captura anteriores a 2013. El año pasado Uruguay exportó más de 60.000 toneladas de pesca y este año esperan una cifra similar o mayor.
Pero el tema adquiere gran relevancia hoy porque están en marcha otra vez exploraciones en busca de petróleo y gas tanto en mar argentino como uruguayo, en la zona común de pesca en el Atlántico. Algunas adjudicaciones de lo que se conoce como bloques offshore (o sea, en el mar) se limitan por ahora a trabajo de escritorio pero otras incluyen prospecciones sísmicas, esto es trabajo en el mar con explosiones sonoras, y perforaciones de pozos.
EXPLORACIONES EN LA ARGENTINA
Los ambientalistas de ambas orillas del Río de la Plata alertan por los fuertes impactos de estas exploraciones en la fauna y flora marina.
Hace unos días se confirmó que, a pesar de recursos judiciales presentados por organizaciones ambientales, sobre fines de año se iniciará la exploración (y posterior perforación) en el bloque CAN 100. Se trata del pozo exploratorio Argerich, a unos 300 kilómetros de Mar del Plata, a cargo de la empresa noruega Equinor asociada a YPF y Shell.
Ese pozo, de tener buenos resultados, “puede abrir las perspectivas para Uruguay”, dice Gristo.
Pero no es el único: hay otros bloques offshore adjudicados en la llamada Cuenca Argentina Norte (CAN) y, según publicó el mes pasado La Nación, la Secretaría de Energía está preparando el lanzamiento de una nueva licitación, la segunda en los últimos cuatro años.
De los ya adjudicados, el bloque más cercano a la costa uruguaya (de hecho está en el límite de la zona económica exclusiva de Uruguay) es el CAN 102, por ahora de prospección sísmica, a unos 270 kilómetros de Punta Médanos en la provincia de Buenos Aires, a cargo de YPF y Equinor.
Un documento interno de Greenpeace, al que accedió El País, dice que el método sísmico a emplear allí consiste en la “emisión de aire a alta presión que ingresa rápidamente al agua, produciendo burbujas que al implosionar generan un fuerte sonido”.
Al estar el bloque dentro de la zona común de pesca argentino-uruguaya y como el área de influencia “incluso excede el lateral argentino de la Comisión Técnica Mixta del Frente Marítimo”, tanto esta comisión como el gobierno uruguayo deben autorizar la realización de la actividad prospectiva, según afirma la ONG ambientalista internacional.
Esto no es compartido por la Cancillería uruguaya. Según supo El País, en el Ministerio de Relaciones Exteriores entienden que no hay necesidad de que Argentina pida autorización al gobierno uruguayo dado que los trabajos se harán estrictamente en la jurisdicción de ese país sobre el lecho y el subsuelo marino, aunque sea una zona común de pesca.
Eso sí, en Cancillería admiten que la Comisión Técnica Mixta del Frente Marítimo -integrada por representantes de los dos países- debe actuar si en alguna exploración se afecta en forma negativa la pesca y la riqueza marina.
Por eso el reclamo de la delegación uruguaya en la Comisión.
Hernán Pérez-Orsi, activista de Greenpeace, lamenta que lo que sucede en Argentina “tenga poco eco en Uruguay”, a pesar de que sabe que algunas organizaciones ambientalistas locales han hecho averiguaciones.
“Y se han encontrado con un total desconocimiento de las autoridades sobre los avances de estos procesos de exploración. Nos llama la atención, el bloque CAN 102 es lindero a Uruguay”, dice el activista. “Hoy en día ya podrían estar haciendo bombardeo acústico submarino en esa zona, no lo hacen por una cuestión operativa”.