El proyecto de ley contempla al hidrógeno verde, azul y rosa. La secretaria de Energía, Flavia Royon, anunció hoy que el proyecto de promoción de la producción de hidrógeno "completó su circuito administrativo"
A través de la secretaria de Energía, Flavia Royon, el gobierno confirmó el envío del Proyecto de Ley de Hidrógeno al Congreso Nacional, lo que permitiría generar el marco normativo habilitante para desempeñar la actividad energética en las provincias en donde se habían anunciado inversiones.
“Como parte de una mirada estructural sobre la matriz energética de nuestro país estamos comprometidos en impulsar el desarrollo del hidrógeno. Elaboramos un proyecto de ley que contempla al hidrógeno verde, al rosa y al azul. Ya hemos completado el circuito administrativo y lo enviaremos al Congreso Nacional”, aseguró la secretaria de Energía, Flavia Royon en el marco del Foro Global de Hidrógeno Verde 2023 en Bariloche.
En marzo sesionó la primera Mesa de Hidrógeno del país donde Royón afirmó que “Argentina tiene una gran potencialidad para la generación del hidrógeno verde, el hidrógeno rosa y el hidrógeno azul. El primero por su alta capacidad de energías renovables, como la solar, la eólica y la hidroeléctrica; el hidrógeno rosa por las capacidades adquiridas que ya tiene la Argentina en materia de una energía que no produce emisiones como la nuclear. Y en el azul por contar con el segundo reservorio de gas del mundo, con captura y almacenamiento de dióxido de carbono y medición de emisiones” detalló la secretaria.
Según la estrategia 2030, para impulsar la reconversión energética, los países vienen ejecutando diferentes estrategias, como poner un precio de referencia para el hidrógeno, fijar el precio del carbono, establecer metas y personificaciones por sectores, otorgar incentivos fiscales, apoyar proyectos pilotos y fortalecer las colaboraciones público-privadas que puedan impulsar el desarrollo. Al momento de pensar en una estrategia nacional en la materia hay cuatro pasos que deberían ser los prioritarios en todos los países de la región.
El primero es la reconversión de las industrias que emplean hidrógeno gris por otro menos contaminante.
El segundo, mejorar las condiciones de acceso al financiamiento necesario para la adquisición de tecnologías y la exploración de nuevas potencialidades del hidrógeno en sus diferentes variantes.
La investigación y el desarrollo son fundamentales para adaptar soluciones tecnológicas por lo que, como tercer paso, destacamos la coordinación entre el sector público, la investigación y el sector privado. Allí está el triángulo que permitirá establecer prioridades conjuntas, hacer estas investigaciones estratégicas y coordinar esfuerzos.
Por último, se necesitan medidas no solo para adaptar estándares internacionales a nivel nacional sino, también, para empezar a influir desde los países en los estándares internacionales.
La gobernador de Río Negro, Arabela Carreras, presentó a la secretaria antes de su disertación, a quien calificó como “una aliada excepcional para lograr los objetivos que estamos buscando en relación al hidrógeno”.
“La cuestión del hidrógeno adquirió un lugar en la agenda energética desde la asunción del ministro Massa, porque lo visibilizamos como una oportunidad de inversión y crecimiento, por eso asumimos al hidrógeno como un aspecto estructural en el cambio de la matriz energética de la Argentina”, dijo Royon.
“Buscamos llevar adelante una obra como el gasoducto Néstor Kirchner con el esfuerzo del Estado, también elaboramos un master plan de obras de transporte de energía eléctrica para incorporar más energías renovables al sistema, y buscamos reducir la presencia de los combustibles líquidos en la generación térmica”.
Royon sumó la problemática del hidrógeno al conjunto de la matriz energética nacional, y explicó: “Debatimos el proyecto en Trabajo, con las secretarías de Cambio Climático y de Asuntos Estratégicos, con Industria y Política Tributaria. Vamos a dar un marco para que el sector se pueda desarrollar como parte de un país y de una economía transversal, donde el hidrógeno se complemente con el Plan Gas, con el desarrollo del GNL y del sector minero”.
Entre los aspectos más relevantes del proyecto de Ley para el H2 “Contemplamos el hidrógeno azul, a partir del gas con captura de carbono, el verde con fuentes renovables y el rosa desde el know how ya adquirido por la Argentina en materia nuclear”.
Y agregó, “apuntamos a la certificación en origen, con la creación de instituciones que verifiquen el origen de la producción, para desarrollar las cadenas locales de valor; además se van a monitorear los estándares de emisiones, con beneficios fiscales y un régimen diferencial que premia al hidrógeno verde por sobre el azul”
“Entre los diversos beneficios fiscales que contempla el proyecto se destacan: estabilidad fiscal por 30 años, acceso al mercado libre de cambios, amortización acelerada del impuesto a las ganancias, beneficios financieros, derechos de exportación incrementales y diferenciados según cada tipo de proyecto”, manifestó la autoridad energética.
Finalmente, ratificó que en la iniciativa que quedará elevada ante el Poder Legislativo “se garantiza el acceso al mercado libre de cambios desde una mirada donde los dólares que generen estas exportaciones tienen que servir para promover el desarrollo de otros sectores de la macroeconomía argentina”.
En un horizonte de 15 o 20 años, el hidrógeno azul constituye para la Argentina una apuesta importante ya que utiliza el gas natural y el país posee producción y reservas, lo que es fundamental para desarrollar tecnología propia y contribuir a la formación de nuevos puestos de trabajo. El hidrógeno verde, por su parte, es el que se obtiene a partir de energías renovables. Este lo podemos dividir en dos. Un hidrógeno que se produce a partir de la electrólisis de agua empleando energías renovables como la eólica. Este proceso tiene dos ventajas: no es contaminante en sí mismo y además se obtiene hidrógeno puro, o sea, libre de óxidos de carbono.
Según explicó Norma Amadeo, Directora del Instituto de Tecnologías del Hidrógeno y Energía (CONICET/UBA), por ende, hablamos del más adecuado para usarlo en pilas de combustible, que van a transformar la energía química del hidrógeno en energía eléctrica. Sin embargo, la desventaja es que este proceso es muy demandante de energía y constituye un desafío a futuro, a largo plazo, con el objetivo de encontrar electro-catalizadores que disminuyan el consumo energético y aumenten la eficiencia de este proceso.
El segundo tipo de hidrógeno verde es el que se produce a partir de la biomasa. Un ejemplo es la obtención de bioetanol a partir de los residuos agroforestales y el posterior reformado de etanol para dar hidrógeno. Se trata del mismo proceso de obtención de hidrógeno a partir de gas natural, pero aquí la ventaja es que el proceso es neutro en carbono, ya que el CO2 producido es consumido mediante el proceso de fotosíntesis de la biomasa en crecimiento.
La ventaja de esta forma de producción es que el reformado es una tecnología madura, muy conocida en el país desde hace muchos años. En este punto, se abre la posibilidad de reemplazar a las refinerías tradicionales que usan petróleo en biorrefinerías que emplean biomasa. Como conclusión, para la Argentina, la transición hacia una economía del hidrógeno es viable a través de ambos tipos de hidrógeno, el azul y también el verde, a partir de biomasa. Este es el camino de transición hacia una economía del hidrógeno y hacia la implementación de celdas electrolíticas para producir hidrógeno libre de carbono mediante una tecnología mucho más eficiente que la actual.