Codelco está luchando por aumentar la producción en medio del impulso mundial hacia la electrificación
JAMES ATWOOD Y VALENTINA FUENTES
André Sougarret ganó reconocimiento mundial en 2010 como el ingeniero jefe en el rescate de 33 mineros chilenos que habían pasado más de dos meses atrapados a 2.300 pies bajo tierra. Ahora, como presidente ejecutivo de Codelco, debe intentar otra hazaña difícil: sacar al mayor productor de cobre del mundo del hoyo donde se encuentra hoy.
La producción del gigante estatal está en su nivel más bajo en un cuarto de siglo, los costos han aumentado y las ganancias se han desplomado, todo en un momento en que el gobierno necesita más dinero para combatir las complejas desigualdades y el mundo necesita más cobre para baterías y redes eléctricas a medida que se aleja de los combustibles fósiles.
La producción de Codelco se ha reducido en aproximadamente una quinta parte con respecto a hace solo seis años. Después de una caída porcentual de dos dígitos en 2022, se espera que caiga hasta 7% este año, a 1,35 millones de toneladas métricas.
La calidad del mineral se está deteriorando en todo el mundo a medida que los actuales depósitos se agotan y los nuevos son más difíciles y costosos de desarrollar. “No queda minería fácil, ni en Chile ni en el resto del mundo”, dijo Sougarret en una junta de accionistas el 2 de mayo.
Debido a que Codelco es el mayor proveedor de cobre del mundo, las oscilaciones en su producción tienen un mayor impacto en un mercado donde los inventarios de los almacenes están cerca de sus niveles más bajos en 18 años.
Las tribulaciones de la empresa también tienen un tremendo impacto en la economía de Chile: el cobre representa más de la mitad de las exportaciones del país y una parte importante de los ingresos del gobierno.
La administración del presidente Gabriel Boric presupuesta una caída de 40% en los ingresos tributarios de Codelco para 2023 en un momento en que intenta impulsar el gasto social.
ORÍGENES DE LA CRISIS
Al menos parte de la situación de Codelco es histórica. Las minas de propiedad estadounidense nacionalizadas por el presidente chileno Salvador Allende en 1971 no fueron devueltas a sus dueños después de que fuera derrocado dos años después en un golpe militar. En cambio, el general Augusto Pinochet los usó para crear Codelco, en 1976.
Los gobiernos democráticamente electos desde entonces han exprimido a la empresa estatal para obtener efectivo, lo que en ocasiones ha limitado su capacidad de invertir en proyectos para aprovechar las vetas más ricas de sus enormes depósitos.
Codelco está invirtiendo alrededor de US$ 3.500 millones al año y deberá acelerar eso durante la próxima década para revertir la caída de la producción. Gran parte del dinero se destina a la renovación de minas centenarias que se están quedando sin mineral rentable.
En Chuquicamata, la mina de cobre a cielo abierto más grande del mundo, la empresa está invirtiendo alrededor de US$ 7.000 millones para profundizar bajo tierra, utilizando una técnica relativamente nueva llamada hundimiento de bloques. En El Teniente, se presupuestó US$ 8.000 millones para extender las 2.800 millas de túneles construidos desde que comenzó la operación subterránea en 1905.
Codelco está haciendo malabarismos con cuatro grandes proyectos de mejora a un costo de hasta US$ 19.000 millones, según una presentación del 2 de mayo. Esa es una tarea abrumadora para cualquier empresa, especialmente una en una economía pequeña y en una industria que continúa lidiando con interrupciones en la cadena de suministro, inflación y cuellos de botella en ingeniería y construcción.
DÉFICIT DE GESTIÓN
Los retrasos en los proyectos son una de las principales razones por las que la caída de la producción de Codelco se ha acelerado.
Otro factor ha sido los accidentes en algunas de sus minas, que incluyen un desprendimiento de rocas, fallas en el equipo y una congelación en una presa que restringió el suministro de agua. Sougarret y el presidente Máximo Pacheco están tratando de volver a encarrilar los proyectos simplificando la toma de decisiones, distribuyendo la carga en toda la empresa y trabajando con consultores en áreas donde tiene déficit de habilidades.
La administración de Boric, el presidente más izquierdista de Chile desde Allende, busca reforzar las finanzas de Codelco. Aunque los gobiernos anteriores asignaron fondos de acuerdo con otras prioridades presupuestarias, Boric acordó permitir que la empresa reinvirtiera 30% de sus ganancias, reduciendo así las necesidades de endeudamiento.
Pero “la restricción clave no son los fondos, es la ejecución”, dijo Pacheco en una entrevista con Bloomberg News en abril. En un evento reciente en la Universidad de Chile en Santiago, dijo: “Si mañana el ministro de Hacienda nos envía otros US$ 6.000 millones para hacer proyectos, los devolvemos”.
LA MOCHILA DEL LITIO
Además de la carga de Codelco, el gobierno le ha encomendado la gestión de asociaciones público-privadas para explotar las grandes reservas de litio del país, un metal que tiene mucha demanda porque es un componente clave en las baterías que alimentan los vehículos eléctricos y una amplia variedad de electrónica.
El nuevo rol de la empresa en la producción de litio corre el riesgo de convertirse en una distracción, dice Rafael Prohens, legislador del partido opositor Renovación Nacional que forma parte del Comité de Minería del Senado.
“La producción de Codelco está cayendo fuertemente y sigue lejos de su potencial”, dice. “Si además de eso agregamos responsabilidades como el litio, fácilmente podemos perder más participación de mercado en el cobre y ser desplazados como una potencia mundial del cobre”.
La gerencia de Codelco dice que no desviará recursos de otras áreas al litio y tiene el respaldo financiero, la reputación internacional y la experiencia minera para desempeñar ambas funciones.
RESPONSABILIDAD DEL LÍDER
Pacheco dijo en la entrevista que la empresa transita por “un valle” pero que saldrá fortalecida. “Espero, está en nuestro plan, que antes del final de esta década, volvamos a producir” en el rango de 1,7 millones de toneladas métricas, dijo, un nivel alcanzado por última vez en 2018.
Regresar a ese nivel y más allá será clave si el mundo quiere evitar una escasez de cobre. En la reunión de accionistas a principios de este mes, Sougarret mostró una diapositiva que revelaba un déficit de 8 millones de toneladas métricas en la próxima década, a medida que el crecimiento de la demanda, impulsado por la transición energética, supera la oferta.
“Estamos comprometidos a seguir siendo los líderes de esta industria”, dice Pacheco. “Entonces, cuando eres un líder, tienes muchas responsabilidades, y sentimos eso sobre nuestros hombros”.