El oro pasó los US$ 2.000 y no volvió a bajar. Una vez más confirma su poder como activo refugio frente a la crisis, este caso el anuncio del cambio en la política económica de la Reserva Federal.
Los precios del oro alcanzaron el miércoles su nivel más alto desde marzo de 2022, extendiendo una remontada después de que unos datos económicos más débiles de Estados Unidos reforzaron las apuestas a que la Reserva Federal subirá las tasas de interés más lentamente.
El oro al contado cotizó estable en 2.020,30 dólares la onza a las 1746 GMT, después de haber alcanzado su nivel más alto desde marzo de 2022, a 2.031,89 dólares.
MIRADA ANALISTA
Thomas Bollinger, estratega de inversión senior en J. Safra Sarasin Sustainable AM, señala que el oro ha tenido un mes muy bueno, ha subido más de un 8%, impulsado por las turbulencias del sistema bancario y la debilidad del dólar. Por ello, consideran que dentro de las inversiones alternativas, favorecen los bonos catástrofe y el oro, según informó el Independiente.
Por su parte, Carsten Menke, director de Next Generation Research de Julius Baer, asegura que es “improbable” que se produzca una rápida inversión de la política monetaria estadounidense, por ello, añade que “los precios del oro se han movido demasiado rápido y demasiado lejos”. Según Menke todavía se puede evitar una contracción económica, a pesar de los “decepcionantes” datos económicos que han alimentado el temor a una recesión e impulsado los precios del oro. “La resistencia de la economía frente al agresivo endurecimiento monetario ha sido muy notable. Tampoco vemos que las turbulencias bancarias estadounidenses se extiendan al sistema financiero en general y desencadenen otra crisis financiera”, apuntan. De esta manera,
Los inversores también se refugian en el oro cuando el dólar baja. Chris Beauchamp, analista jefe de mercado de IG, explica que “el oro continúa aprovechando cualquier oportunidad para un repunte, y el giro a la baja del dólar ha resultado en un máximo de doce meses para la materia prima”. El tema de 2022 de un dólar en alza golpeó con más fuerza al oro, pero “ahora que el dólar sale y la inflación disminuye, parece que finalmente ha llegado el momento de que el metal brille», destaca Chris Beauchamp.
Benjamin Dubois, responsable de overlay en Edmond de Rothschild AM, señala que el entorno sigue siendo “especialmente favorable” para el metal precioso y, en particular, para el oro físico, a pesar de que las turbulencias financieras se han calmado. Dubois explica que el escenario sigue siendo bueno porque el oro es una “protección contra el riesgo sistémico, que a corto plazo no ha desaparecido por completo”. Según el responsable de Edmond de Rothschild: “Las consecuencias de la crisis bancaria se dejarán sentir sin duda durante muchos meses”.
Con todo ello, una ralentización o incluso el fin del endurecimiento de las políticas monetarias por parte de los bancos centrales a ambos lados del Atlántico abre nuevas perspectivas para el metal amarillo. La crisis bancaria y el mayor riesgo de recesión podrían animar a los banqueros centrales a aplicar políticas monetarias más acomodaticias y reducir el ritmo de subidas de tipos. “En un contexto en el que la inflación se mantiene en niveles elevados, el oro debería beneficiarse de este cambio de tendencia”, puntualiza Dubois.
Por último Nitesh Shah, director de materias primas y análisis macroeconómico de WisdomTree, explica que el principal riesgo a corto plazo para el oro en estos momentos no es que la confianza del mercado se recupere rápidamente, sino que se produzca un colapso general del mercado que podría impulsar la venta de oro para obtener liquidez con la que hacer frente a otras obligaciones. “En ese caso, es probable que el oro se recupere con el tiempo, ya que otros inversores comprarán el metal para reforzar sus coberturas defensiva”, apunta Shah.