Los ajustes comenzarán el mes que viene. Habrá actualizaciones al ritmo de la inflación, tanto para residenciales como para comerciantes
FMI perdona pero a cambio las tarifas suben. La condición número uno para aprobar la renegociación de la deuda fue la reducción de los subsidios, en especial en los servicios. La segmentación fue una medida que tardó en llegar y se aplica en fases y con "apuradas" de por medio.
El último acuerdo entre el gobierno y el FMI contempla un aumento de tarifas de luz y gas de entre 85% y 90% para los usuarios residenciales de "altos ingresos" a partir de mayo. A partir de junio habrá sucesivas subas para compensar los incrementos de los costos de las empresas, con excepción de los meses de mayor nivel de consumo.
Cuando salió la segementación el Gobierno indicó que solo el 10% más rico de la población se quedaría sin subsidios a la electricidad, de acuerdo con datos de padrón brindado por distribuidoras y entes regulatorios a febrero 2023 la cantidad de usuarios de energía eléctrica son 15.916.321 de los cuales 5.385.520 corresponden al segmento N1 (34%); 7.713.3034 al N2 (48%) y 2.817.497 al N3 (18%).
Para el gas natural distribuido por redes la cantidad de usuarios es de 9.359.071 de los cuales 3.578.754 (38%) corresponden al segmento N1; 3.478.149 corresponden al segmento N2 (37%) y 2.302.071 al N3 (25%).
En su último informe, el FMI detalla que "Se prevé que los precios mayoristas promedio de electricidad, luego de permanecer constantes en 2022, aumenten entre un 25% y un 35% en términos reales durante 2023. Los usuarios comerciales subsidiados y residenciales de altos ingresos observarán un aumento real de 55% a 70%, mientras otros usuarios subsidiados observarán una disminución real de entre 15% y 25%”.
Otros de los pedidos del nuevo documento fue Lograr el objetivo de déficit fiscal primario del 1,9% del PIB para 2023 sigue siendo esencial para apoyar la desinflación y la acumulación de reservas, aliviar las presiones financieras y fortalecer la sostenibilidad de la deuda.
Según puntualizó Infobae, las tasas de interés reales deberían seguir siendo suficientemente positivas para hacer frente a la alta inflación y apoyar la demanda de activos en pesos. Es posible que se justifiquen aumentos adicionales en caso de que se produzcan nuevos shocks inflacionarios o intensificación de las presiones cambiarias.
El tipo de cambio debe sostener la competitividad. Las Intervenciones en el mercado cambiario paralelo utilizando reservas o instrumentos de deuda externa a corto plazo deben evitarse.
Deuda en pesos: En el frente de la financiación interna, se necesitarán esfuerzos prudentes para mitigar la renovación a corto plazo riesgos y movilizar la financiación neta, limitando al mismo tiempo la acumulación de vulnerabilidades y protegiendo la deuda sostenibilidad.
Es posible que se requiera un endurecimiento de la política macroeconómica y modificaciones adicionales a las políticas cambiarias para salvaguardar la estabilidad macroeconómica. El apoyo político a las políticas programáticas sigue siendo crítico en el período por delante.”