Los países de la UE debatirán una nueva propuesta que reconoce la importancia de las fuentes de energía "no fósiles" en la descarbonización y que pretende contentar al bloque pronuclear que lidera Francia, que quiere que el hidrógeno de origen atómico compute en el cálculo de objetivos de renovables.
Los embajadores de los Veintisiete ante la UE deben decidir si respaldan la tentativa de compromiso presentada por la presidencia sueca del Consejo de la UE, lo que permitiría, a continuación, finalizar la negociación con el Parlamento Europeo de los nuevos objetivos de consumo primario de energía renovable en la UE.
"Los objetivos para las fuentes de energía renovables deben ir de la mano con la esfuerzos complementarios de descarbonización basados en otras fuentes no fósiles hacia alcanzar la neutralidad climática en 2050", señala la propuesta que ha obtenido EFE.
El bloque de países "atómicos" exigía una referencia a la energía nuclear en la revisión de la Directiva de Energías Renovables, extremo que rechaza el grupo de Estados donde se ubican Alemania, España, Austria o Luxemburgo, que sostiene que "sólo la renovable es renovable".
"Para lograr tal objetivo" de alcanzar la neutralidad climática en 2050, "el despliegue de las energías renovables en el marco de un mayor compromiso el objetivo general de la Unión debe integrarse en los esfuerzos complementarios de descarbonización, implicando el desarrollo de otras fuentes de combustibles no fósiles que los Estados miembros pueden decidir buscar", señala el texto.
La propuesta recoge que "los Estados miembros deben poder combinar el uso de fuentes de energía no fósiles y combustibles renovables de origen no biológico en el contexto de sus circunstancias nacionales específicas y combinación energética".
Se permitiría a los países "reducir el objetivo de uso de combustibles renovables de origen no biológico en el sector industrial, siempre que consuman una parte limitada de hidrógeno o sus derivados producidos a partir de combustibles fósiles sin disminuir y que alcancen su contribución nacional".
En concreto, un Estado miembro podrá reducir la contribución de esos combustibles en un 30 % en 2030 y en un 35 % en 2035 si respeta sus contribución vinculante y si "la proporción de hidrógeno, o sus derivados, a partir de combustibles fósiles puros que se consume en ese Estado miembro no supera el 30 %".
Más allá del trato que reciba el llamado "hidrógeno rosa", producido a partir de energía nuclear en vez de a base de renovables, como el "hidrógeno verde", la negociación sobre la revisión de los objetivos busca elevar la generación renovable de la UE, pasando del mínimo del 32 % fijado actualmente para 2030 al 40 o 45 % en esa misma fecha.
El debate se produce en un contexto en el que la Unión Europea intenta reducir su consumo de combustibles fósiles, y alejarse en particular de los hidrocarburos de Rusia, a cambio de generar más energía limpia de manera autónoma.