MARCELO BONELLI
Cristina Kirchner, Sergio Massa y Alberto Fernández evalúan un paquete de medidas económicas y la cuestión ya abrió un duro debate interno en el Frente de Todos. Se trata de un recorte fiscal comprometido con el FMI que debería involucrar la friolera de unos U$S 6.000 millones de dólares.
Las fuertes decisiones en estudio incluirían eliminar subsidios a las clases altas, congelar fondos a gobernadores, recortes en la obra pública, un mayor torniquete monetario y medidas cambiarias.
No se trabaja en un salto devaluatorio, pero sí en la instrumentación de un dólar exportador sectorial. Una de extensión del “dólar soja” a otros sectores. El paquete no está definido, porque la discusión política no está zanjada. El kirchnerismo duro volvió a proponer un impuesto a los ricos.
Massa quiere cumplir con Washington. Dice que es único camino para evitar el precipicio y llegar a octubre sin que explote una bomba.
El martes hubo una reunión caliente en la Casa Rosada. Massa estaba enfurecido y encaró a los asesores presidenciales: “Sigan boludeando con la politiquería, que un día los voy a mandar a laburar a todos en público”.
Se generó un torbellino de palabras y el ministro concluyó: “Yo me rompo el ojete para que no se hunda el barco y ustedes juegan a las boludeces y pendejadas vanidosas”.
Alberto duda. Cristina conoce la gravedad de la situación actual, pero la receta del FMI hace añicos su vetusto relato. Siempre le dio prioridad a la narrativa. Máximo fogonea romper con el FMI y Axel Kicillof delira y pretende reflotar históricos fracasos por la inflación como los controles y la persecución.
El pésimo dato de la inflación de febrero desató una caza de brujas. Cristina insiste con pedir la cabeza de Matías Tombolini y -otra vez-esté enfurecida contra Miguel Pesce.
La Vice descalificada a Tombo: “Es blando y tibio con los formadores de precios”. Lo tiene cruzado desde que asumió y le pasa factura cada vez que puede. Tombolini utilizó un particular argumento para pactar precios con las multi. “Arreglen conmigo, porque lo que viene es peor”, les dijo. El cuco al que se refiere es la dupla Cristina-Kicillof.
Los problemas económicos reavivaron viejas historias. Cristina también quiere la cabeza de Pesce. Sin eufemismo dice desde el Senado que "maneja como un pelotudo el Banco Central”. La cuestión reavivó un clásico: la pelea entre Economía y el BCRA . Massa esta alineado con la Vice contra Pesce.
Ambos le critican el manejo de la política cambiaria y el drenaje continuo de divisas . Un memo acusa a Pesce de haber despilfarrado las reservas. El texto es concluyente: “Se tiene que ir”. Y después argumenta: “Pagamos 25 mil palos verdes de deuda de privados y se esfumaron 43 mil millones de saldo comercial y Pesce solo está preocupado por aumentar la tasa”. Este jueves el BCRA aumentó 3 puntos el costo del dinero. La cuestión provocó cruces entre Pesce y Massa. Por eso el BCRA elevó las tasas, pero menos de lo previsto.
Del otro lado, Alberto banca a Pesce. En Olivos insiste con que “le pegan a Miguel, pero el ataque es contra mi”. El debate interno por las medidas ocurre en medio de un cuadro complicado, que se enrareció dramáticamente en la última semana.
LA TORMENTA PERFECTA
La Casa Rosada enfrenta una tormenta perfecta: marcada ausencia de dólares -U$S 20.000 millones- y una inflación en alza desde hace cuatro meses. Encima ahora aparece una crisis financiera internacional que afecta a la Argentina.
Kristalina Georgieva interrogó sobre todo esto a Massa. La jefa del FMI apoya al ministro, porque no quiere provocar una turbulencia mayor en la Argentina.
Kristalina y sus burócratas se juegan mucho. Si Argentina estalla, están en juego sus cargos y prebendas por ser permisivos con Alberto Fernández. Wall Street y el Tesoro de EE.UU. cuestiona que Georgieva porque nunca exigió reformas estructurales a la Argentina.
El FMI tiene una actitud benévola con Massa. Pero no ocurrió asi, cuando Luis Cubeddu negoció con Gabriel Rubinstein.
En la India -Massa y Georgieva- anunciaron el acuerdo el sábado 25 de febrero. Pero todo se demoró dos semanas por divergencias fiscales. La misión atrasó su regreso desde Washington. Después, la discusión obligó a 140 horas de Zoom y tres reuniones secretas de Massa con Gita Gopinath, la influyente Vice del FMI.
Hubo terrible calentura contra la moratoria previsional. Los técnicos de Washington la calificaron de disparate populista.
Los papers del FMI dicen que el déficit fiscal aumentara por la reforma y retenciones un total de 1,6%. Massa se comprometió a licuar ese déficit adicional. Encima cayó como una bomba el informe de Emanuel Álvarez Agis, quien dijo que había que evaluar romper el acuerdo con el FMI.
El documento pegó fuerte. Algunos lo acusan de snob y de promocionar su futura candidatura a ministro. Álvarez Agis seduce a empresarios que lo auspician como Marcelo Mindlin, Sebastián Eskenazi y José Luis Manzano. Esta distanciado de Axel Kicillof, pero lo cierto es que su propuesta se alineó con la de Máximo.
Máximo destrató a Kicillof. Le impidió cerrar el acto en Avellaneda y lo desautorizó frente a los militantes: “Usted se equivoca compañero gobernador”. La interna está que arde y ese embrollo calienta la economía.
Cristina envió a uno de sus chirolitas -Oscar Parrilli- a blanquear su quimérico plan. Exigió que la Justicia la exculpe de sus delitos de corrupción, porque sino el próximo comicio sería ilegal y por lo tanto -ya preparan el futuro- ilegítimo el futuro Presidente.
Además alientan una irresponsable pueblada contra la Corte -y el edificio de Tribunales- en la marcha del 24 de marzo.
La Cámpora promueve el peligroso slogan “el 24, de la Plaza a la Corte. Basta de Proscripción”. Dicen que los duros sueñan con tomar el edificio de Tribunales.
LOS DESEOS DE SCIOLI Y MACRI
El Frente de Todos está en problemas. Cristina no quiere ser candidata. A Alberto no le dan los números y la inflación complica Massa. Cristina habló en diciembre del tema con Daniel Scioli. El Pichichi le comunicó que irá por la presidencial.
Ahora el embajador también estuvo con Alberto. Scioli sería candidato y el Presidente prometió su apoyo al motonauta, en caso que fracase su intento de reelección. Scioli escucho de Cristina insultos contra Alberto. Y de Alberto reproches contra la Vice.
Mauricio Macri volverá a Buenos Aires. Su entorno íntimo dice que comunicará su decisión de no presentarse.
Parece más el deseo de algunos porque Mauricio podría tener otros planes. Está entusiasmado y le comunicó a varios dirigentes que “todos me piden que reconsidere la decisión y que sea candidato”. El líder del PRO guarda una bomba. Esta semana hará consultas con lideres internacionales y quiere revitalizar la alianza con Javier Milei.
Los cortes de luz en plena ola de calor alteraron el AMBA. La Casa Rosada decidió embestir contra Edesur. En fuentes diplomáticas insisten que la dureza contra la compañía parece “papel picado”. En muchos casos se reflotaron viejas sanciones y se hicieron denuncias para la tribuna. Por eso en Italia –donde está la casa matriz de ENEL- creen que la ofensiva obedece a otra cosa.
La presunción surge de un informe que elaboró Claudio Cunha, el country manager de Edesur .
En esos papers se dice que el “show” de los funcionarios apunta a bajarle el precio de venta a Edesur para que un grupo económico argentino la compre por “chaucha y palitos”.