ESTEBAN RAFELE

Pocos días antes de viajar a Toronto a la conferencia de la Asociación de Prospectores y Desarrolladores de Canadá (PDAC), la secretaria de Minería, Fernanda Ávila brindó una interesante entrevista en un alto de la reunión de la Iniciativa de Transparencia de la Industria Extractiva (EITI), en Buenos Aires, con participación de gobiernos y empresas del mundo.

En Toronto, Ávila participó de reuniones de ministros y de encuentros con inversores, acompañada por su par de Energía Flavia Royon, el subsecretario de Programación Económica, Germán Plessen, y funcionarios de las provincias mineras.

En año electoral, los gobernadores no viajaron. "Argentina tiene que marcar la voluntad política de desarrollar la minería y eso requiere de consensos. Son inversiones de muy largo plazo y hace falta mucha seguridad jurídica y política", dice.

- En 2022 se registró el pico de exportaciones más alto desde 2012, pero se percibe que la minería es un sector con mucho potencial que no termina de despegar. ¿Qué falta para esa escala?

- En términos comparativos con la región, Argentina claramente está subdesarrollado. Al compararnos con Chile o Perú, con quienes compartimos la cordillera y el potencial geológico, estamos 15 o 17 veces por debajo de sus números, en términos de exportaciones y producción minera. Sabemos que hay un gran futuro por delante, que la riqueza geológica está ahí y que falta poder desarrollarla, sustentable y responsablemente.

El lado positivo es que esto nos permite, como país, asegurarnos que el desarrollo de la minería de acá en adelante se haga a tono con los estándares internacionales que se vienen marcando en la industria. Y sabemos que un proyecto minero toma muchos años para desarrollarse, desde la exploración inicial hasta el desarrollo final.

Es una inversión de muy largo plazo, hace falta mucha seguridad jurídica y política para tomar la decisión de inversión. En eso creemos que es importante que Argentina marque desde el nivel nacional como de cada una de las provincias, la voluntad política de desarrollar la minería. Para eso se requieren consensos y creo que nosotros vamos por ese camino.

- Mencionó la necesidad de seguridad jurídica y política. ¿Es un tópico en las reuniones en los foros y reuniones internacionales en los que participa?

- Algo no menor es que, a pesar de las dificultades económicas en Argentina, en los últimos dos años tuvimos más de US$ 10.000 millones de anuncios de inversión. Una cifra bastante significativa para el país. Y hay muchas de esas inversiones que ya se están concretando. Hoy tenemos seis proyectos de litio en construcción, dos proyectos de litio en expansión, un proyecto de cobre en construcción y uno de plata en construcción. Argentina sigue generando inversiones que generan trabajo, traccionan el empleo en proveedores, en el desarrollo de esta mano especializada.

Más allá de ciertas dificultades y de incertidumbres que son propias de nuestro país, hay un compromiso y el sector inversor está mirando hacia Argentina. Eso tiene que ver también, por supuesto que hay hoy estos minerales que el país tiene que son centrales en esta transición hacia energías limpias, como el litio y el cobre, pero estamos muy bien ubicados a nivel internacional y estamos recibiendo mucho interés por parte del inversor extranjero.

- ¿Cómo impactan las restricciones para importar y otras dificultades económicas en la materialización de esas inversiones?

- En el momento en que se hizo el cambio de sistema (SIRA), tuvimos reuniones con las empresas, mano a mano, y también con CAEM, la Cámara de Empresarios Mineros, para poder detectar las necesidades que ellos tenían y ordenarnos, y creo que es parte de todo el esquema que está haciendo el gobierno nacional, para generar este orden que permita tener previsibilidad y poder trabajar de un modo que no impida que las inversiones sigan llegando al país en el marco, por supuesto, de las posibilidades que tenemos hoy en la macroeconomía. Nuestro compromiso el año pasado fue garantizar que las exportaciones no decayeran por problemas con importaciones, y lo pudimos garantizar. De hecho, aumentamos las exportaciones, un poco traccionado por el precio, pero también hubo un leve aumento de las cantidades exportadas.

- Ese leve aumento en las cantidades exportadas, en un contexto de avidez internacional y precios altos, ¿no pudo haber sido mayor?

- No, porque no tuvimos nuevos proyectos que entren en producción. Los que existen están produciendo al tope de sus capacidades, según los permisos ambientales que tengan en cada provincia. Este año veremos un salto, sobre todo en litio, porque hay proyectos que están próximos a iniciar su etapa productiva.

LITIO, REGALÍAS Y RETENCIONES
- Los gobernadores de la Mesa del Litio reclaman que las empresas dejen más recursos en las provincias, quizás con mayores regalías. ¿Cómo lo ve la Nación?

- El tema regalías es de las provincias. La Nación va a acompañar en lo que sea necesario. Hay que sumar en el diálogo a las empresas para entender el modelo de negocios que tienen y ver cómo hacer para que más beneficios queden en las provincias.

Aumentar los recursos de las provincias es indiscutible para que las comunidades cercanas a los proyectos sean las que más se beneficien, y cada provincia tiene un esquema diferente, hay que decidir cuál es el mejor modelo.

- Hace algunas semanas quitaron un reintegro de exportaciones al litio. ¿Analizan subirle las retenciones?

- No se ha conversado ninguna modificación. Ese reintegro se quitó porque fue una norma que se introdujo para potenciar el desarrollo del litio y hoy había perdido sentido. Incluso las empresas lo vieron con lógica.

- En las reuniones con inversores, por el mundo, ¿hace ruido la decisión de La Rioja de declarar al litio como recurso estratégico y avanzar en quite de concesiones?

- Cualquier cambio que se haga en la legislación de una provincia o de las naciones siempre genera miedo, ruido e incertidumbre en los inversores. Nosotros, en la Nación, respetamos mucho la independencia de las provincias y el rol protagónico que tienen como dueñas de los recursos. Ahí ya corre por cuenta de la provincia poder explicar el modelo y nosotros acompañaremos en la medida en que sea necesario o requerido.

EL DESAFÍO DEL COBRE
- Argentina dejó de producir cobre hace unos años y en la actualidad hay solo un proyecto en el mapa. ¿Cuesta atraer inversiones en otro mineral estratégico para la electromovilidad?

- Hay una diferencia entre el cobre y el litio muy importante que explica por qué el litio se desarrolla exponencialmente y al cobre le cuesta más: la inversión y el riesgo que viene asociado a uno y otro. En minería la volatilidad de los precios hace que las inversiones sean riesgosas. Son a muy largo plazo. 

Y, en el caso del cobre, las inversiones son muy grandes, hablamos de US$ 4.000 millones para poner en marcha un proyecto (N. de la R.: diez veces más que un proyecto de litio) y una construcción que lleva entre 3 y 5 años. Tomar esa decisión lleva tiempo. Hoy ya tenemos un proyecto en etapa de construcción, Josemaría, en San Juan. Creemos que detrás de este vendrán otros. Dependerá de las provincias que tienen que otorgar los permisos ambientales necesarios.

- Desarrollar la electromovilidad requiere de cobre que, si no se produce, habrá que importar.

- Exactamente. Además se requiere para las estaciones de carga. Es un elemento central para la transición energética. En la medida que este proyecto comience a desarrollarse, vamos a poder abrir la puerta a que el resto avance.

EL OJO DE LA AFIP
- Días atrás, AFIP dijo que sospecha que hay procesos de subfacturación en minería. ¿Les pidieron información?

- No hemos tenido una comunicación con AFIP por este tema, pero nos parece muy bien que se hagan todos los controles necesarios. En la Secretaría de Minería apoyamos el desarrollo de las inversiones siempre que se hagan en un marco de respeto a la normativa.