Se registró nula producción fiscalizada en el Lote 67 de Perenco, pero, además, hubo un descenso en la explotación en otros ocho de los 15 lotes petrolíferos que están operativos
ELÍAS GARCÍA OLANO
En el 2021 Perupetro se fijó como objetivo que para el 2023 el país empezara a recuperar su producción petrolera nacional y alcanzara los 66,000 barriles de crudo, en promedio diario. Hoy, sin embargo, la extracción petrolera se ha contraído a la mitad de lo esperado.
Según cifras de esa agencia estatal, en febrero último la producción de crudo fue de sólo 33,033 barriles, en promedio diario (bpd), lo que significó una caída de -6.75% frente a los 35,422 barriles de enero de este año.
¿CUÁNTO HA CAÍDO LA PRODUCCIÓN PETROLERA EN UN AÑO?
Si se compara con los 49,200 bpd extraídos en febrero del 2022, la explotación del pasado mes se contrajo 32.85%, es decir, en casi un tercio que hace un año, y lejos de los 61,000 bpd que produjo el país en febrero del 2020, antes de la pandemia del Covid-19.
Además, en febrero último Perupetro no reportó ningún barril extraído del Lote 67, de Perenco, ubicado en la zona norte de Loreto, luego que tuviera una producción fiscalizada de 646 barriles en promedio diario en enero pasado.
Precisamente en el Lote 67, la agencia encargada de promover la inversión petrolera basaba sus proyecciones de crecimiento para alcanzar los 100,200 barriles en promedio diario al 2025.
¿CUÁL ES LA SITUACIÓN DEL LOTE 67?
Carlos Gonzáles, experto en hidrocarburos, explicó que el lote de Perenco es uno de los afectados por la paralización del Oleoducto Nor Peruano, lo que habría reducido su actividad en febrero. Además, ese yacimiento -remarcó- estaría a punto de devolverse al Estado.
El problema para esa empresa, explicó, es que un decreto del Ministerio de Cultura reconoció a comunidades en aislamiento voluntario en la misma zona donde se ubica el Lote 67, pero también en el Lote 39, situado en torno al anterior, y también de Perenco.
En vista de que tal reconocimiento es un paso previo para que se declare a esa área como zona de reserva nativa, Gonzáles indicó que está casi confirmado que la firma está hoy interesada en devolver esos dos lotes al Estado, y para ello incluso sus representantes ya se reunieron con Perupetro y Petroperú.
EXPLOTACIÓN CAYÓ EN 9 DE 15 LOTES
En general, el mes que pasó la explotación de crudo se contrajo en nueve de los 15 lotes en producción del país, y según Gonzáles, la que más ha caído es la producción del Lote 95, de Petrotal.
En efecto, ese lote, en el segundo mes del 2023, produjo sólo 7,290 barriles en promedio diario (pbd), de acuerdo con estadísticas de Perupetro, cuando su producción promedio del 2022 había sido de 12,075 bpd.
“Petrotal tiene una capacidad de producción de 25,000 barriles, fácilmente podría llegar a eso pero no lo dejan producir. Desgraciadamente, la coerción que hay por parte de las comunidades de zonas alejadas de ese lote es su única forma que tienen de presionar al gobierno”, anotó.
NINGÚN POZO EXPLORATORIO SE PERFORÓ EL ÚLTIMO AÑO
Por su parte, el ex presidente de Petroperú, César Gutiérrez, indicó que, al cierre del 2022, el país apenas contaba con seis contratos exploratorios, pero ese año no se perforó ningún pozo para exploración.
Además, explicó que ese año en el sector petrolero en general se invirtieron US$ 276 millones, cuando el 2011 se había invertido US$ 1,842 millones sólo en exploración y se habían perforado seis pozos para buscar crudo, y se contaba con 62 contratos prospectivos (para explorar).
En lo inmediato, advirtió que entre octubre y noviembre de este año vencen los contratos de 4 lotes: V, VI, VII y Z-2B, y hasta el momento no hay una definición (por parte de Perupetro) sobre su futuro.
“La Contraloría ya ha dado la voz de alerta por la inacción (en Perupetro). Estamos entre tres posibilidades, la primera: convocar a un concurso, pues el tiempo se agota”, anotó.
La segunda alternativa, añadió, es renovar los contratos de esos lotes, que, afirmó, es lo que quieren los operadores actuales; y la tercera, es otorgárselos a Petroperú, que es el deseo gubernamental, pero que, subrayó, no tiene evaluación alguna.