NICOLÁS SIDICARO *
Actualmente, la extracción de litio emplea a 3.376 personas de forma directa, es decir contratadas por las propias empresas que realizan las actividades mineras, mientras que hace una década empleaba apenas a 613. El 21,5% son mujeres, un porcentaje que fue creciendo con los años, aunque sigue siendo una industria sumamente masculinizada. De todas maneras, esta tasa de participación femenina es mucho mayor que la de la minería en su conjunto, que en octubre pasado fue del 11,78%.
El salario bruto promedio en septiembre de 2022 fue de 541 mil pesos para las tareas de exploración y financiación y de 514 mil para la producción. Un 56% y 48% más que la media salarial de todas las actividades mineras, así como también es más del doble que el salario promedio nacional de 182 mil pesos -de los trabajadores registrados del sector privado-.
LITIO… ¿PARA QUÉ?
Es válido que nos preguntemos para qué queremos explotar el litio y lo primero que tenemos que saber es de qué estamos hablando. Se trata de uno de los metales más abundantes de la Tierra, pero no se lo encuentra solo, sino que viene en combo con otros minerales. Aunque muchas veces no tiene la concentración de mineral necesaria como para explotarlo de forma viable con la tecnología actual.
Tiene la gracia de ser el metal más liviano y un buen conductor de electricidad y calor, pero ¿para qué se usa? Si bien se puso de moda hace algunos años para las baterías de litio, se utiliza también en otras industrias. Por ejemplo, hay fármacos que contienen litio -como forma de estabilizar el ánimo en algunos tratamientos-, también se usa en el vidrio, la cerámica y en lubricantes industriales.
Ahora bien, el boom del litio que estamos viendo está asociado a las baterías -vamos a hablar específicamente de esto en otra entrega-. Por ejemplo, los celulares y las notebooks suelen tener baterías de litio para que sean objetos livianos y podamos llevarlos a todas partes. Sin embargo, hace bastante usamos los smartphones y las computadoras y solo recientemente el precio del litio se fue a las nubes. ¿Por qué?
La principal razón se llama cambio climático. Por un lado, la energía producida por fuentes renovables -sobre todo la solar y la eólica- es intermitente, es decir que no se genera todo el tiempo, pese a que nuestro consumo sí es constante. Esto hace que sea necesario almacenar esa energía para utilizarla cuando se requiera. Por otro lado está la renovación del parque automotor hacia la electromovilidad como modalidad de transporte menos contaminante.
Se estima que en 2030 la demanda de autos eléctricos será de alrededor de 25 millones de unidades y probablemente aumente más, ya que se están aplicando algunas medidas con ese fin. El tema es que los autos usan un poco más de litio en sus baterías que los celulares. Cuánto más depende de los modelos, pero se estima que, en lo referente al uso de litio, un auto equivale a diez mil celulares.
Este exceso de demanda impulsó hacia arriba los precios en los últimos años y es probable que se mantenga o aumente incluso más. De todas maneras, el tema de los precios está influido por otros factores también. En resumen, es más complejo.
LITIO EN ARGENTINA
La semana pasada, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, firmó un decreto de nacionalización del litio que, más allá de su utilidad real, generó debate al interior del Frente de Todos. Unas semanas antes, el senador Oscar Parrilli publicó una nota en Página 12 cuestionando el manejo actual del recurso. Esto lleva a pensar que algo se está moviendo -o al menos así lo veo yo- y tiene que ver con el elevado potencial que tiene el país en lo que refiere al litio. Pero, ¿cuánto más puede crecer la actividad en Argentina?
Actualmente hay dos proyectos operativos: uno en el Salar de Olaroz de Jujuy y otro en el Salar del Hombre Muerto en Catamarca. El primero lo maneja un consorcio de empresas entre las que está JEMSE, la compañía estatal jujeña. El segundo proyecto es el más viejo y lo controla la empresa Livent. Además, hay seis en construcción. El más cercano a la etapa de producción es el que se ubica en territorio jujeño, de la minera Exar. En total se producen 37.500 toneladas de litio, pero se estima que en los próximos años se pase a 122.500 -entre planes de expansión de las actuales explotaciones y el de Exar-.
Hay otros 35 proyectos más en distinto estadío repartidos entre Salta, Catamarca, Jujuy y San Juan. Si bien no todos van a ver la luz, se prevé una producción de 300 mil toneladas para 2030, ya que son proyectos que tardan varios años en madurar.
Una de las cuestiones que aparecen en el debate público con más frecuencia es el origen de los capitales de estos proyectos. Por el momento, las empresas provinciales de propiedad estatal son las únicas argentinas involucradas en estos emprendimientos mineros, pero recientemente una división de YPF comenzó tareas de exploración en Catamarca, por lo que podría avanzar en esta línea.
Sobre este tema hablé con Nadav Rajzman, ex director Nacional de Promoción Minera. Me planteó que encuentra dos complicaciones principales para las iniciativas mineras nacionales. Por un lado, este tipo de proyectos requieren de un capital superior a los 500 millones de dólares para la construcción, junto a otros millones de exploración y desarrollo de capacidades, y son pocas las firmas con esa capacidad -y que tengan experiencias similares en otros rubros-. Asimismo, las petroleras que podrían diversificarse hacia el litio encuentran una situación en la cual las explotaciones de gas y petróleo tendrían una mayor rentabilidad, por lo que es más probable que se mantengan en su sector.
Por otro lado, la tradición minera en Argentina está vinculada a proyectos de menor tamaño y otros tipos de minerales, por lo que a los desafíos económicos de la actividad también se suma la necesidad de adquirir los conocimientos sobre las complejidades del litio en salmuera -que suele ser más riesgoso y está menos estandarizado que los otros tipos de minería-.
¿Y ESTO PARA QUÉ ME SIRVE?
Resulta interesante discutir el desarrollo de los sectores productivos solo si se traduce en una mejora del nivel de vida de nuestra sociedad. En caso contrario es mejor quedarse como uno está. Entonces, ¿cómo se traduce lo que dije antes en una mejora?
Poniendo en perspectiva la nota del senador Parrilli, la explotación de litio en el país podría generar diversos efectos positivos. En primer lugar, desde noviembre de 2020 hasta ahora se anunciaron inversiones por un total de 5 mil millones de dólares en actividades relacionadas con la extracción de litio para los próximos años. Aunque algunos de los proyectos podrían no concretarse, esto demuestra el potencial que tiene el sector para atraer inversiones. No por nada esta entrega se llama Lluvia de Inversiones.
Hay quienes dicen que de esas inversiones poco queda en el país, sin embargo, según un informe del CEP XXI, al analizar la actividad minera se encuentra que el 80% de las ganancias por ventas queda en el país, ya sea en gastos para llevar adelante las actividades -en otra entrega vamos a hablar exclusivamente de los proveedores locales-, como en salarios e impuestos. Te dejo este gráfico que detalla bien los gastos de estas empresas.
Además, el sector tiene la posibilidad de triplicar su producción en los próximos años, lo que se traduce en un mayor ingreso de divisas al país, sumamente importante para el estado actual de nuestra economía.
En este sentido, el sector del litio exportó U$S 696 millones en 2022, el 78% provenientes de Jujuy, el 17% de Catamarca y el resto de Salta. Esto representa un crecimiento del 234% respecto a 2021, que se explica principalmente por el aumento de los precios ya que la cantidad de toneladas fue similar a 2021. ¿Cuánto representa esto en el total de las exportaciones de bienes argentinas? Tan solo el 0,8%. Sin embargo, siguiendo las proyecciones de la Secretaría de Minería la producción de litio podría alcanzar en 2030 los U$S 8.000 millones, el equivalente al 9% del total de bienes exportados el año pasado.
Para dimensionar un poco el potencial estimado de este sector para 2030, el año pasado las exportaciones de maíz fueron de U$S 9.269 millones, es decir que con el litio se podría alcanzar el 86% del maíz. Esto no solo es positivo por el aumento de las exportaciones en general, sino que también permite tener un horizonte más estable con respecto al ingreso de divisas ¿Por qué?
Fundamentalmente por dos motivos. En primer lugar, según el Índice de Precios de las Materias Primas (IPMP) que elabora el Banco Central, los precios de los metales variaron un 280% desde 2001, mientras que las commodities agropecuarias lo hicieron en un 192%. Además, en todo el período los metales mantuvieron un valor más estable, lo cual aporta más certidumbre a la economía. En segundo lugar, la producción minera está menos expuesta a eventualidades, como puede ser la sequía que está azotando al agro hoy en día y va a generar complicaciones económicas preocupantes.
Yendo más hacia lo social, el aumento en la producción tiene un impacto directo en la cantidad de puestos de trabajo del sector, que, como te comenté, creció mucho en la última década. En la actualidad, operan en el país 21 empresas vinculadas a la producción, exploración y financiamiento de litio y se emplean a las 3.376 personas que mencioné más arriba. De esos puestos de trabajo, 2.941 están ubicados en las provincias de Jujuy, Salta y Catamarca, es decir el 87%.
Según la Secretaría de Minería, cada planta productiva de litio emplea entre 200 y 300 personas directamente. Así que es de esperar que una vez que estas inversiones se concreten y alcancen su etapa productiva los puestos de trabajo sigan creciendo.
Algo que me parece clave también es que los establecimientos mineros se encuentran -por lo general- en zonas de menor desarrollo relativo, por lo que puede ser una forma de dinamizar el empleo en esos lugares. Según el Observatorio de Empleo y Dinámica Empresarial del Ministerio de Trabajo de la Nación (OEDE), entre el 35% y el 50% del empleo -dependiendo el mes que se vea- en los departamentos productores de litio -Susques en Jujuy y Los Andes en Salta- corresponde al trabajo minero.
Además, la minería de litio tiene un efecto fuerte en la generación de puestos de trabajo indirectos. Por cada puesto directo en minería se generan 2,4 empleos de forma indirecta -sobre esto vamos a charlar con más detalle en otra entrega-. A su vez, al haber más dinero para gastar en la zona se dinamizan otras actividades. Por ejemplo, según OEDE, desde que comenzó el boom del litio en Susques la cantidad de puestos de trabajo registrados en construcción pasó de 230 en 2015 a 876 en 2021.
MI VIEJO LITIO YA NO ES LO QUE ERA
El aumento de la demanda y del precio impulsa a la tecnología utilizada a renovarse y a encontrar nuevos métodos que posibiliten una mayor eficiencia y velocidad en los procesos, así como también a viabilizar nuevas reservas. En el caso de la extracción de litio por salmueras, se están desarrollando métodos para evitar el proceso de evaporación, cuyo tiempo de producción es muy largo. Además, son más amigables con el ambiente.
Más allá de la rapidez de los métodos, al evitar la evaporación no se alteran los ecosistemas circundantes y es posible recuperar el agua para reinyectar. Si bien en Argentina ninguno de los dos proyectos en producción lo utiliza, uno de los que está en construcción en Salta controlado por la empresa Eramet tiene planeado utilizar esta tecnología.
Al mismo tiempo, de mantenerse los precios altos se habilitan nuevas vías para adquirir litio, por ejemplo el reciclaje de las baterías existentes o métodos para la extracción del mineral desde agua de mar. A su vez, abre el paso a nuevos tipos de baterías -con otros minerales-, de forma tal de sustituir la demanda actual de litio. Estos desarrollos representan un peligro para la producción de litio local, por lo que hay que seguirlos de cerca.
* Economista