El aumento de las ganancias dio a las petroleras margen para aumentar el gasto en proyectos de petróleo y gas, y a algunas la oportunidad de replantearse estrategias de transición energética
Las grandes petroleras duplicaron con creces sus ganancias en 2022, a US$ 219,000 millones, pulverizando récords anteriores en un año de volatilidad de los precios de la energía en el que la invasión rusa de Ucrania reconfiguró los mercados y, en algunos casos, las ambiciones climáticas del sector.
El aumento de las ganancias dio a las petroleras margen para aumentar el gasto en proyectos de petróleo y gas, y a algunas la oportunidad de replantearse estrategias de transición energética para satisfacer las nuevas demandas de seguridad de abastecimiento.
Los beneficios combinados de US$ 219,000 millones permitieron a BP, Chevron, Equinor, Exxon Mobil, Shell y TotalEnergies repartir mucho dinero a sus accionistas.
En 2022, las principales petroleras occidentales pagaron a sus inversores la cifra récord de US$ 110,000 millones en dividendos y recompra de acciones, lo que ha provocado indignados llamamientos a los Gobiernos para que impongan impuestos extraordinarios a la industria con el fin de ayudar a los consumidores a enfrentar los costos de la energía.
La noruega Equinor anunció que duplicará su resultados operativos ajustados en 2022, a US$ 74,900 millones, gracias a la subida de los precios del gas natural en Europa y a que se ha convertido en el mayor proveedor de gas del continente, después de que la rusa Gazprom recortó sus entregas en medio del apoyo de Occidente a Ucrania.
El año pasado, las petroleras también se retiraron de Rusia, uno de los principales productores de energía, lo que provocó enormes pérdidas, como la salida de BP de su participación del 19.75% en Rosneft, el gigante petrolero controlado por el Kremlin, por valor de US$ 24,000 millones.
BAJA DEUDA
La fuerte subida de los precios del petróleo y el gas, el descenso de los niveles de deuda y la abrupta caída de los suministros rusos a Europa también impulsaron a los directorios a aumentar el gasto en producción de combustibles fósiles, cuando gobiernos priorizan la seguridad del suministro.
El presidente ejecutivo de TotalEnergies, Patrick Pouyanne, declaró después de que la compañía francesa presentó el miércoles unas ganancias récord de US$ 36,200 millones, que el contexto mundial seguía siendo muy favorable para las empresas energéticas, con la relajación de las medidas COVID-19 en China impulsando la demanda en 2023.
“No nos sorprendería que el petróleo volviera a alcanzar los US$ 100 por barril”, afirmó Pouyanne. Los precios de referencia del petróleo se acercan actualmente a los US$ 85 por barril.
Las empresas europeas, que han esbozado planes para reducir o ralentizar las inversiones en petróleo y gas y construir grandes negocios de energías renovables y de bajas emisiones de carbono para recortar las emisiones de gases de efecto invernadero, ajustaron sus estrategias.
Ninguna fue más tajante que la decisión de Bernard Looney, presidente ejecutivo de BP, de dar marcha atrás en sus planes de reducir la producción de petróleo y gas y las emisiones de carbono de la empresa británica para 2030.
“Necesitamos una energía con menos emisiones de carbono, pero también una energía segura y asequible. Y eso es lo que piden los gobiernos y la sociedad de todo el mundo”, declaró Looney.