En un mundo que avanza hacia la transición, el cobre debe tener un rol fundamental y Chile sigue liderando el podio de países con mayores reservas del metal.
Cochilco estima un alza del 17%, en comparación con el 2021, en la proyección para la producción de cobre entre 2022-2033, alertando que la subida no es suficiente. Esto responde a que muchos de los proyectos importantes en la próxima década, no han avanzado en sus ingenierías ni en la preparación de líneas bases medioambientales durante los años de pandemia.
De todas formas, se espera que Chile alcance una producción de cobre de 6,58 millones de toneladas al año 2033, a una tasa de crecimiento promedio de 1,3%, con un peak productivo en el año 2030 (dos años después de lo estimado en el informe anterior) de 7,14 millones de toneladas. Asimismo, se espera que superemos la barrera de las 6 millones de toneladas hacia el año 2025 (6,39 millones de toneladas esperadas de producción cuprífera).
Días atrás, el presidente de la minera estatal Codelco, Máximo Pacheco, remarcó la necesidad de potenciar la puesta en amrcha de los proyectos de cobre en el país que corre riesgo de estancarse y perder el liderazgo global. "Lo que estamos haciendo hoy no es ni más ni menos que construir el Codelco de los próximos 50 años. Porque el Codelco de los últimos 50 años ya se agotó, se agotó el modelo y se agotaron los recursos, porque son no renovables”, decretó Pacheco.
El informe de Cochilco reconoce que "existe una extensión importante de la vida útil de algunas faenas de óxidos, sin embargo esto no es suficiente para subsanar la problemática relacionada al cambio de matriz productiva, esto es la inexistencia de iniciativas públicas o privadas que busquen una forma de utilizar la capacidad instalada de alrededor de 2,2 millones de toneladas de cobre fino en plantas hidrometalúrgicas".
La producción hidrometalúrgica en la próxima década pasaría de una participación de 25,1% de la producción total en 2021 (1,41 millones de toneladas), a un 6,3% de participación hacia 2033, lo que equivales a poco más de 416 mil toneladas, es decir una caída de 70,6%. Esto viene de la mano del cierre de casi 14 operaciones hidrometalúrgicas, quedando hacia fines del periodo de análisis 20 operativas, 9 pertenecientes a la gran minería estatal y privada, más las 6 operaciones de Enami y 5 operaciones de mediana minería.
"El foco actual inversional es expandir o extender la vida operacional de faenas de minerales sulfurados o incluso crear nuevas operaciones mineras en la línea de concentrados, lo que impactaría positivamente la producción de concentrados en nuestro país, la cual crecería un 46,4% entre los años 2021 y 2033, pasando de 4,21 millones de toneladas a 6,17 millones de toneladas, todo esto sin aumentos sustanciales en el consumo interno de concentrados en procesos FURE", afirma el informe de Cochilco
Cabe destacar que, actualmente, existen 32 operaciones activas a 2021, mientras que para 2033 se espera que de estas solo 19 estén operativas, de las cuales 8 tendrán proyectos de expansión, mientras que el resto serán reemplazadas por 3 proyectos de reposición y 17 nuevas iniciativas, totalizando 39 operaciones de producción de concentrados.
Finalmente es importante destacar que, para alcanzar las metas productivas esperadas en el modelamiento de la proyección cuprífera nacional, es necesario que se materialicen todas aquellas iniciativas nuevas de la cartera de inversiones nacional, las que aportarían un 17% más de producción hacia el 2033, ya que las iniciativas que buscan mantener operativas faenas actuales (reposición) o aquellos proyectos que buscan aumentar la capacidad productiva de operaciones activas (expansión), no logran revertir la caída natural de las operaciones actuales.
El objetivo principal de esta versión del informe es proyectar la producción de cobre mina de nuestro país en el periodo 2022 – 2033, dos años más que el periodo de análisis del informe Inversión en la minería chilena - Cartera de proyectos 2021 -2031. Esta proyección se basa en una simulación de Montecarlo utilizando los datos de la última cartera de inversiones, donde se identifica la capacidad máxima de producción de cobre mina para los próximos 12 años.
VARIACIONES PRODUCTIVAS
2022 – 2026: Se espera una producción de 5,35 millones de toneladas para 2022, una caída de 5% respecto a la producción real 2021. Esto debería cerrar el ciclo de pérdidas productivas asociadas a la pandemia, por lo cual se espera que 2023 sea un año de recuperación productiva para el país, alcanzando las 5,65 millones de toneladas, levemente superior a la producción real 2021, pero un 5,6% más de producción que la esperada para 2022.
El crecimiento de la producción esperada para el periodo completo será a una tasa anual de 5,9%, alcanzando hacia el 2026 las 6,73 millones de toneladas de cobre mina, un aumento de 25,9% con respecto a lo esperado para 2022.
Si bien, la proyección del año pasado indicaba al año 2023 en el cual se sobrepasarían los 6 millones de toneladas, en esta versión se desplaza dos años dicha estimación, dejando para 2025 una producción esperada de 6,39 millones de toneladas.
2027 – 2031: Hacia 2027 se observa una producción esperada de 6,96 millones de toneladas de cobre fino. Este periodo será en el que se rompa la barrera de las 7 millones de toneladas, lo cual sería momentáneo solamente (entre los años 2028 y 2030), lo que se refleja en una tasa de decrecimiento productivo para el periodo de 0,3%, cerrando el periodo de análisis con 6,87 millones de toneladas, 1,2% menos que 2027. Por otra parte, en este periodo se alcanzaría el máximo productivo de 7,14 millones de toneladas durante el año 2030.
2032 – 2033: Este periodo destaca por una caída productiva de 0,9%, pasando de una producción de 6,64 millones de toneladas el 2032 a 6,58 millones de toneladas el 2033. Esto se debe a alrededor de 36 operaciones, tanto de sulfuros como de óxidos, particularmente estas últimas que caen 70,6% respecto de la producción real 2021, que cerrarán durante el periodo analizado, sin expectativas de proyectos de reposición que les permitan su continuidad.
"Si bien existe una extensión importante de la vida útil de algunas faenas de óxidos, sin embargo esto no es suficiente para subsanar la problemática relacionada al cambio de matriz productiva, esto es la inexistencia de iniciativas públicas o privadas que busquen una forma de utilizar la capacidad instalada de alrededor de 2,2 millones de toneladas de cobre fino en plantas hidrometalúrgicas", concluye el informe