En 2024 Japón comenzará a extraer materiales de tierras raras para vehículos eléctricos e híbridos del lodo del fondo del mar en un área frente a la isla Minami-Torishima, un atolón de coral en el Océano Pacífico a unos 1.900 kilómetros al sureste de Tokio. 

En un artículo de acceso abierto de 2018 publicado en Scientific Reports, un equipo de investigadores japoneses notó que el lodo de aguas profundas que contenía más de 5.000 ppm de elementos de tierras raras en total e itrio (contenido de REY se descubrió en el Océano Pacífico Norte occidental cerca de Minami-Torishima en 2013).

Este lodo rico en REY tiene un gran potencial como recurso de metales de tierras raras debido a la enorme cantidad disponible y sus características mineralógicas ventajosas.

El trabajo para desarrollar tecnologías para extraer los recursos de profundidades de 5.000 a 6.000 metros comenzará el próximo año, según el informe. La corriente de Japón, una de las corrientes marinas más rápidas del mundo, pasa por el área objetivo, que también se encuentra en la ruta de los tifones.

Los depósitos de petróleo y gas natural en aguas profundas están bajo una fuerte presión, lo que empuja los recursos hacia afuera una vez que un agujero perforado desde la superficie los alcanza. 

Sin embargo, el lodo que contiene metales de tierras raras no tiene esta ventaja, por lo que requerirá algún medio para llevarlo a la superficie, por ejemplo, bombeándolo.

El gobierno japonés aprobó una asignación de ¥ 6.000 millones (US$ 44 millones) para el proyecto en el segundo presupuesto complementario para el año fiscal 2022 aprobado recientemente en una sesión extraordinaria.

El dinero se gastará en el desarrollo de bombas y en la fabricación de tuberías de hasta 6.000 metros de longitud para utilizarlas en la extracción de prueba. Los investigadores lograron bombear depósitos de un lecho marino de 2.470 metros de profundidad en un período de agosto a septiembre.

Japón actualmente depende de las importaciones para casi todas sus necesidades de metales raros, incluido el 60% de China. La nueva Estrategia de Seguridad Nacional de Japón establece que "frenará la dependencia excesiva de países específicos, llevará adelante el desarrollo de semiconductores de próxima generación y las bases de fabricación, y asegurará un suministro estable de bienes críticos, incluidas las tierras raras".