El Kremlin está redactando un decreto presidencial con el que prohibirá a empresas rusas y comerciantes que le compren petróleo a cualquier país que aplique el límite de precios
INMA BENEDITO
Rusia planea prohibir que aquellos países que estén limitando los precios energéticos puedan vender petróleo en territorio ruso. Eso deja a la Unión Europea en el centro de la diana.
El Kremlin está redactando un decreto presidencial con el que prohibirá a empresas rusas y comerciantes que le compren petróleo a cualquier país que tenga activado el límite de precios, según adelantó Bloomberg.
Precisamente los países miembros de la Unión Europea están inmersos en una intensa negociación dentro del G7 para definir un tope de precios comunitario, por lo que esta prohibición podría complicar las cosas todavía más.
Esta norma vetará el comercio con empresas y países adheridas al mecanismo de limitación de precios, prohibiendo cualquier referencia a dicho tope en los contratos de petróleo o productos rusos. Tampoco se permitirán los cargamentos destinados a cualquier país que tenga estas restricciones. Lo que no está claro es de qué forma se definirá la participación en ese mecanismo.
El líder ruso, Vladímir Putin, ha repetido en numerosas ocasiones que Rusia no suministrará energía a quienes se sumen a un tope de precios. En su lugar, el país orientará su oro negro a "socios orientados al mercado" o reducirá la producción.
En los últimos días, los negociadores están teniendo serias dificultades para pactar un tope de precios. Ese mecanismo, en teoría, debería estar listo para el 5 de diciembre, el mismo día que la UE prohibirá las importaciones marítimas de crudo ruso. Pero el debate, por el momento, está encallado.
Se suspendieron las conversaciones por los grandes desacuerdos existentes. Encima de la mesa, la propuesta es un límite de US$ 65 por barril, un precio que está muy por encima del precio actual del petróleo que exporta Rusia.
Se espera que el precio máximo ronde los US$ 65 - 70 por barril. Hubo algunas conversaciones para fijarlo cerca del precio de producción del crudo ruso (unos US$ 20 por barril), pero perdieron fuerza, ya que eso probablemente desencadenaría recortes unilaterales de producción por parte de Moscú que harían subir los precios.
Se establecerá a un precio fijo, no a una tasa flotante vinculada a los puntos de referencia existentes, por encima de los costes de producción de Rusia para mantener el flujo de petróleo, pero lo suficientemente por debajo del precio de mercado para atraer a China e India.
Esto sitúa las expectativas en cerca de US$ 60 por barril. La pregunta es si, por mucho que esté por encima del precio de Rusia, el decreto ruso podría vetar a esos países igualmente por tener un tope.
Con esta estrategia, el grupo pretende reducir los ingresos del Kremlin —que en los primeros 8 meses de 2022 ganó 7,3 billones de rublos (más de 117.000 millones de euros) por las ventas de petróleo y gas— sin afectar a la cantidad de crudo que sale al mercado.
Los expertos, sin embargo, afirman que la limitación europea de los precios del crudo ruso apenas tendrá un impacto moderado en Moscú. En cambio, servirá para beneficiar a China e India, dos de sus mayores compradores.
De hecho, el único incentivo que tienen los compradores asiáticos para seguir el tope es mantener el acceso a los servicios europeos de transporte y seguros. La ronda de sanciones de la UE del próximo mes prohibirá esos servicios para los cargamentos de petróleo ruso, incluso para los compradores de fuera de Europa, a menos que se comprometan a respetar el tope de precios.
El G7 sabe que el éxito de la iniciativa dependerá de cuántos países se sumen a comprar en el tope o por debajo de este. India, Turquía y otros grandes compradores, por ejemplo, no han suscrito el tope. En este momento, parece que no tendrán problemas para seguir comprando petróleo ruso, ya que la última propuesta sitúa el tope muy por encima de los precios actuales del mercado.