Hasta el 18 de noviembre Egipto es sede la cumbre del clima, mientras salen a la luz más informes que auguran futuros inciertos o catastróficos para el mundo, en caso de no tomar medidas urgentes para frenar el cambio climático.
Uno de esos informes salió en la antesala al meeting de líderes en Egipto. Una coalición internacional liderada por investigadores de la Universidad Estatal de Oregón (OSU), advierten que los signos vitales de la Tierra han alcanzado el “código rojo” y que “la humanidad se enfrenta inequívocamente a una emergencia climática”
Los autores del artículo, publicado en la revista de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, PNAS por sus siglas en inglés, señalan que si no se toman medidas adecuadas, un calentamiento extremo podría ser una realidad. Sin embargo, este escenario es poco estudiado. En 2019, un grupo de más de 11.000 científicos de todo el mundo declaró la emergencia climática y estableció un conjunto de signos vitales para la Tierra a fin de medir la acción climática efectiva.
Los autores del nuevo estudio argumentan que es hora de investigar más extensamente la posibilidad de lo que denominan "la jugada final del cambio climático".
También instan al Panel Internacional de Cambio Climático de Naciones Unidas, IPCC por sus siglas en inglés, a publicar un informe específicamente sobre el riesgo de cambios catastróficos.
Los informes del IPCC se han enfocado en los impactos de un calentamiento de 1,5 °C o 2 °C por encima de las temperaturas observadas en 1850, antes del inicio de la industrialización global. Esas temperaturas han sido el foco principal de los esfuerzos internacionales por combatir el cambio climático.
En el acuerdo de París de 2015, casi todas las naciones del planeta se comprometieron a mantener el aumento de las temperaturas globales "muy por debajo" de 2 °C este siglo y hacer esfuerzos para mantenerlo por debajo de 1,5 °C.
Mantener esos límites este siglo supondrá una pesada carga para las economías mundiales, pero los estudios del IPCC no mencionan consecuencias catastróficas como la extinción de la humanidad, informó BBC.
EL ROL DE LA MINERÍA
Según una evaluación de Wood Mackenzie la transición energética en su trayectoria actual prevé un calentamiento global promedio de entre 2,2 °C y 2,4 °C* para mediados de siglo. Bajo un escenario de transición energética acelerada (AET-1.5), el mundo se descarbonizará durante ese período para lograr cero emisiones netas globales y limitar el aumento de la temperatura a 1.5 °C.
Para lograr las estrategias de reducción de CO2 se impulsa el uso de energías renovables que en su mayoría dependen del cobre para el desarrollo de infraestructura, por lo tanto de minería.
Según las cifras del Wood Mackenzie, para cumplir con los objetivos de cero emisiones de carbono, la industria minera tendría que entregar nuevos proyectos con una frecuencia y un nivel constante de financiamiento nunca antes logrado. Esta vía daría como resultado:
La necesidad de 9,7 Mt de suministro minero durante la próxima década de proyectos que aún no han sido sancionados. Hasta la fecha, nunca se ha superado un déficit de esta magnitud en una década. Esta brecha de suministro contrasta con 6,5 Mt en nuestra trayectoria climática de caso base.
Más de US$23 mil millones de inversión al año en nuevos proyectos, 64% superior al gasto promedio anual de los últimos 30 años. Déficit de mercado creciente, exacerbado por el fuerte incremento en el crecimiento de la demanda de refinados. Esto sustentará un repunte del precio del cobre a más de US$11.000/t (alrededor de US$5,00/lb) dentro de cinco años, en contraste con los US$7.010/t (US$3,18/lb) durante el mismo período en nuestro caso base.
SIGNOS VITALES
Los científicos se basaron en el análisis de un grupo de "signos vitales" del clima para construir su pronótico:
+El área total quemada en los Estados Unidos aumentó en 2020, alcanzando los 4,1 millones de hectáreas, la segunda mayor cantidad jamás registrada.
-Las tasas anuales de pérdida de bosques en la Amazonía brasileña aumentaron tanto en 2019 como en 2020, alcanzando un máximo de 12 años de 1,11 millones de hectáreas deforestadas en 2020.
-Las capas de hielo en Groenlandia y la Antártida han continuado con su precipitada pérdida de masa, mientras que la extensión del hielo marino del Ártico continúa disminuyendo a casi mínimos históricos cada verano.
-La acidificación del océano está cerca de un récord histórico. Junto con el estrés térmico, amenaza los arrecifes de coral de los que dependen más de 500 millones de personas para obtener alimentos, dólares del turismo y protección contra marejadas ciclónicas.
William Ripple, un distinguido profesor de la Facultad de Silvicultura de OSU, y el investigador postdoctoral Christopher Wolf son los autores principales del informe, y otros 10 científicos de varios países son coautores. “Mire todas estas olas de calor, incendios, inundaciones y tormentas masivas”, dijo Ripple. “El espectro del cambio climático está a la puerta y golpea con fuerza”.
El informe sigue cinco años después de la “Advertencia de los científicos mundiales para la humanidad: un segundo aviso” publicado por Ripple y sus colegas en BioScience y firmado conjuntamente por más de 15.000 científicos en 184 países. “Como podemos ver por los aumentos repentinos anuales en los desastres climáticos, ahora estamos en medio de una gran crisis climática, y lo peor está por venir si seguimos haciendo las cosas como las hemos estado haciendo”, aseguró Wolf.
“El cambio climático no es un problema independiente. Para evitar más sufrimiento humano incalculable, debemos proteger la naturaleza, eliminar la mayoría de las emisiones de combustibles fósiles y apoyar adaptaciones climáticas socialmente justas con un enfoque en las áreas de bajos ingresos que son más vulnerables”, precisó el coautor Saleemul Huq, de la Universidad Independiente de Bangladesh, publicó Infobae.
Los investigadores señalaron que estudiar seriamente los peores escenarios es vital, aunque podría asustar a la gente.
Investigar escenarios catastróficos permitiría a los científicos considerar opciones de emergencia como las soluciones de ingeniería , incluyendo el bombeo de refrigerantes a la atmósfera, agregan.
Centrarse en los peores escenarios también podría ayudar a informar mejor al público y hacer incluso que esos cambios catastróficos sean menos probables.
"Comprender estos escenarios plausibles pero sombríos es algo que podría galvanizar tanto a la opinión política como a la civil", afirmó Kemp.
"Vimos esto cuando se identificó la idea de un posible invierno nuclear. Eso ayudó a impulsar esfuerzos públicos y el movimiento de desarme durante las décadas de 1970 y 1980".
"Espero que si podemos encontrar mecanismos claros y concretos similares cuando se trata de pensar sobre el cambio climático, esto tenga un efecto similar".