Los líderes de Canadá y Alemania firmaron un acuerdo de hidrógeno verde este martes, abriendo el camino para una cadena de suministro trasatlántica cuando Europa busca disminuir su dependencia de la energía rusa.
"Es un voto de confianza para Canadá como líder en energías limpias", dijo el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, durante una conferencia de prensa conjunta con el canciller alemán, Olaf Scholz.
"El mundo no puede seguir dependiendo de países autoritarios que convierten en arma la política energética, como Rusia, que no se preocupa por las consecuencias ambientales o los derechos laborales, ni siquiera por los derechos humanos", añadió Trudeau.
Moscú ha cortado la exportación de energía hacia Europa en respuesta a las sanciones de Occidente tras la invasión rusa de Ucrania, una maniobra que ha forzado a los países a buscar alternativas.
Scholz dijo que era necesario discutir sobre "las restricciones en el corto plazo y el gas natural licuado, pero en el largo plazo el potencial real reside en el hidrógeno verde proveniente de las provincias ricas en vientos y poco pobladas del Atlántico".
Canadá apunta a convertirse en el mayor productor y exportador de hidrógeno y otras tecnologías limpias, para reemplazar combustibles fósiles que influyen en el cambio climático, con Alemania proyectado como su primer cliente.
En una declaración conjunta, Trudeau y Scholz subrayaron los planes para "dar inicio a la economía del hidrógeno y para crearle una cadena de suministro trasatlántica".
El plan es hacer los primeros envíos de hidrógeno canadiense a Alemania a más tardar en 2025, según la declaración. Canadá anticipó que además exportaría hidrógeno a un mercado europeo más amplio.