De acuerdo al Banco Central, el crecimiento de 3,7% del Imacec de junio es el más bajo desde principios de 2021
CARLOS ALONSO
En junio, la actividad económica mostró señales más claras de desaceleración. El crecimiento de 3,7% que informó el Banco Central es el más bajo desde principios de 2021. Así, el segundo trimestre registró un crecimiento de 5,7%, por debajo del primero que tuvo un alza de 7,2%.
El aumento del Imacec estuvo incidido principalmente por las actividades de servicios. En tanto, el comercio y la producción de bienes cayeron. La serie desestacionalizada cayó 0,2% respecto del mes precedente y aumentó 3,8% en doce meses. El mes registró la misma cantidad de días hábiles que junio de 2021.
La minería salvó a la economía de registrar una “recesión técnica”, es decir, dos trimestres consecutivos de caídas respecto al trimestre anterior desestacionalizado. Al revisar el PIB no minero (sin el componente de la minería en el cálculo) el primer trimestre cayó 0,1%, mientras que este segundo trimestre se contrajo 0,2%. La última vez que el PIB no minero cayó dos trimestres consecutivos fue para el estallido social. En esa época el crecimiento del tercer trimestre se contrajo 0,1% y el del cuarto 4,1%.
Como una “recesión técnica en la actividad no minera” lo califican en Scotiabank. “Tal como lo vimos posterior al Estallido Social el 2019 la economía en sus actividades no mineras vuelve a presentar una recesión técnica, aunque de menor magnitud que la observada a fines del 2019″, dicen en su informe. Sin embargo, el PIB minero del segundo trimestre subió 3,7% y con ello, el PIB total logró un avance de 0,3%.
El ministro de Hacienda, Mario Marcel, comentó la cifra señalando que “la economía tiene que ir haciendo un ajuste en el transcurso de este año. La cifra de Imacec de junio es un ajuste bastante moderado en términos de la variación desestacionalizada respecto del mes anterior, prácticamente está en el mismo nivel, así que seguimos en una trayectoria de ajuste gradual”.
Pese a esta desaceleración, el primer semestre terminó con una expansión acumulada de 6,4% por arriba de las expectativas que tenían los expertos a comienzos de año, lo que da cuenta de que la actividad ha mantenido un mayor dinamismo al esperado.
“Es un hecho que la desaceleración de la actividad ha sido mucho más lenta de lo esperado. Prueba de ello, son las sucesivas correcciones al alza para las expectativas de crecimiento de este año, tanto de autoridades como de analistas”, sostiene el economista de Euroamerica, Felipe Alarcón.
Complementa ese análisis el economista jefe de Bci, Sergio Lehmann, quien añade que “la aún alta liquidez presente en la economía, producto de los retiros de fondos, ha llevado a una mayor inercia del consumo. No obstante, en la medida que esa liquidez se va agotando, junto con una acción más restrictiva de la política monetaria, veremos hacia la segunda parte del año un ajuste más marcado en la actividad”.
En Scotiabank comentan que el crecimiento del segundo trimestre sorprendió incluso al alza las expectativas “plasmadas en el IPoM de junio del Banco Central de 4,9%”. Y destacan en su análisis que comercio evidencia una resiliencia superior a la esperada por el Banco Central al mostrar una expansión de 0,1%”.
El rendimiento de este primer semestre pone en jaque las proyecciones del Banco Central, de Hacienda y del consenso del mercado. Todas ellas tienen una proyección de crecimiento de entre 1,7% y 1,8%, sin embargo, ahora ya hay voces que comienzan a anticipar que la economía puede crecer sobre 2% este año.
Si bien se espera una fuerte caída del PIB en el cuarto trimestre el avance que tuvo la actividad en la primera parte del año permitirá alcanzar este nuevo piso que va tomando fuerza para el Producto Interno Bruto.
“El crecimiento del PIB 2022, gracias a un primer semestre con una expansión de 6,4% a/a, justifica nuestra proyección de crecimiento de 2,1%, sobre consenso y superior al escenario base del BC”, dice el informe del departamento de Estudios de Scotiabank, equipo que lidera el economista Jorge Selaive.
Más optimista está el cálculo de Alarcón quien desglosa su escenario base: “Esperamos que se acentúe la menor actividad en los meses venideros, con indicadores de actividad en franco terreno negativo a partir del Imacec de agosto. En detalle, esperamos un cero crecimiento en tercer trimestre y de -2,6% en el cuarto trimestre, lo que dejaría al segundo semestre con una contracción de 1,3%. Si se da este escenario, el año finalizaría con un crecimiento PIB en torno a 2,5%”.
En esta misma postura se sitúa el gerente Intelligence en Corpa, Pavel Castillo, quien en su análisis enfatiza que la actividad los en los próximos dos trimestres estará en torno a 0%. “Creemos que este año tendremos un crecimiento de 2,4%, algo por sobre el mercado, pero vemos que la recesión del próximo año será más acentuada con un decrecimiento de -1%”.
Lehmann, por su parte, prevé una caída anual de 0,5% en el tercer trimestre y de 3,7% en el cuarto. “Esperamos que se manifieste una recesión técnica en la segunda parte del año. Vemos casi inevitable ese escenario. La política monetaria está siendo altamente contractiva, a lo que se suma el efecto de la incertidumbre política y un escenario externo más complejo. Para el año prevemos un crecimiento de 1,9%”, puntualiza.
Soledad Monge, investigadora de Lyd, argumenta que “se espera que el crecimiento sea negativo en el segundo semestre. De hecho, de cumplirse la proyección en torno a 2% para este año, tendríamos que el promedio del segundo semestre debería ser de -2,1% aproximadamente. Los peores resultados se deberían ver en el último trimestre, ya que tendrán una base de comparación más normalizada, dado que desde septiembre del año pasado no hay cuarentenas en el país”.