El gobierno japonés manifestó hoy descontento por la amenaza de Rusia de expropiar el proyecto energético Sakhalin-2, de donde procede la mayoría de sus importaciones rusas de gas natural licuado, y dijo que la está "analizando minuciosamente".
Japón declaró que sus intereses energéticos no deben verse "socavados", después de que un nuevo decreto del Kremlin prevea la transferencia a una sociedad rusa de los derechos de un proyecto gasístico con empresas japonesas implicadas.
Los dos proyectos, Sakhalin-I y Sakhalin-II, atrajeron a empresas energéticas de Estados Unidos, Gran Bretaña e India, así como de Japón y Rusia. Sin embargo, poco después de que los tanques de Vladimir Putin entraran en Ucrania, ExxonMobil se comprometió a deshacerse de su participación del 30 % en Sakhalin-I y Shell dijo que se desharía de su participación del 27,5 % en Sakhalin-II.
apón depende de las importaciones para gran parte de su energía, entre las que casi el 90 % de su petróleo y aproximadamente el 20 % de su gas proceden de Oriente Medio. Por ello, las importaciones de crudo y gas natural licuado (GNL) de Rusia han sido una parte importante de su política de seguridad energética.
Según las estadísticas comerciales de 2021, Japón importó de Rusia el 3,6 % de su petróleo crudo y el 8,7 % de su GNL. Sakhalin 1 y 2 representan aproximadamente la mitad de las importaciones de crudo de Rusia, mientras que Sakhalin 2 cubre casi todas sus importaciones de GNL. Debido a la corta distancia, la ruta marítima de envío solo necesita tres días, lo que también es ventajoso en términos de costes de transporte. Las empresas de electricidad y gas se abastecen mediante contratos a largo plazo.
Mitsui & Co y Mitsubishi poseen entre los dos 22,5% del proyecto Sakhalin-2, situado en el lejano oriente ruso, y cuyo gas natural licuado (GNL) es entregado en gran parte a Japón.
Según informó EFE el decreto firmado el jueves por el presidente ruso, Vladimir Putin, prevé transferir todas las partes de Sakhalin-2 a una nueva empresa rusa creada por el Estado.
El gigante ruso Gazprom debe conservar su parte actual de 50%. Los socios extranjeros tienen un mes para pronunciarse sobre si quieren tomar partes en la nueva empresa, en cuyo caso deberán obtener la luz ver de Moscú, según el texto.
Japón "examina con mucha atención" la decisión del Kremlin y su impacto en las importaciones de GNL de Rusia, declaró el viernes el secretario general adjunto del gobierno japonés, Seiji Kihara.
"Globalmente, pensamos que nuestros intereses en los recursos [energéticos] no deben verse socavados", añadió Kihara, sin precisar cómo Japón iba a reaccionar.
Tokio, aunque se ha sumado a las sanciones contra Moscú, quiere seguir en este proyecto estratégico, ya que el país es muy dependiente de sus importaciones de energías fósiles. Alrededor de 8% del GNL importado por el archipiélago proviene de Rusia.
Sakhalin 1 y 2
El 30 % de Sakhalin 1 pertenece a Sakhalin Oil and Gas Development (SODECO), una empresa en la que participan el Gobierno japonés, el Grupo Itochu, Marubeni Corporation y otras corporaciones japonesas.
ExxonMobil anunció su retirada en marzo.
El Sakhalin 2, la estatal rusa Gazprom posee el 50 % más una acción, la británica Shell el 27,5 % menos una acción, Mitsui el 12,5 % y Mitsubishi Corporation el 10 %. Aproximadamente el 60 % del GNL producido se suministra a Japón.
Shell anunció su retirada en febrero.
Las grandes empresas internacionales han anunciado su retirada anticipada de Sajalín 1 y 2. Hay informes que señalan a China como el probable receptor de sus concesiones. El primer ministro Kishida dijo sobre Sakhalin 1 y 2: “Contribuyen al suministro de energía a largo plazo, de bajo coste y estable. No hay ningún cambio en nuestra política de mantener nuestros intereses” y se muestra negativo ante un monopolio chino-ruso en la explotación de recursos en el Extremo Oriente.
Sin embargo, si el G7 y otros países occidentales se “desrusianizan”, es inevitable una nueva subida de los precios de la energía, que podría dificultar la recuperación económica.