El precio y suministro de litio y niquel, esenciales para la fabricación de baterías, preocupa a la industria automotriz
FRANCISCO RUIZ LEÓN
La creciente industria de vehículos eléctricos podría estar frente a su primera gran crisis. El alza en los precios de los materiales cruciales para las baterías y factores geopolíticos amenazan con detener el avance de uno de los pilares de la lucha contra el cambio climático.
El litio, que se ha convertido en un mineral estratégico, registra una escalada en su precio que genera dolores de cabeza para el propio Elon Musk, fundador de Tesla. También hay problemas con el níquel y el cobalto.
Aunque las reservas de litio se consideran suficientes, el precio y la dependencia de la producción de pocos países motiva la búsqueda de nuevas tecnologías para las baterías y una carrera por su reciclaje, en un contexto de alta presión para responder a la demanda ascendente de movilidad eléctrica, especialmente en Europa y China.
CARRERA POR EL LITIO
Está presente en computadoras, cámaras fotográficas y en baterías de vehículos eléctricos. El litio, llamado el “oro blanco”, se ha convertido en un material codiciado.
Desde el año 2020, el precio del carbonato de litio utilizado para producir baterías ha aumentado cerca de un 400%. Las causas son variadas, pero el crecimiento de la demanda y las dificultades de China para exportarlo se perfilan entre las principales.
“La principal razón es que la producción está monopolizada por China. No solo del litio, sino de todos los minerales para la energía limpia”, apuntó Roberto Urcuyo, investigador y subdirector del Centro de Electroquímica y Energía Química (Celeq) de la Universidad de Costa Rica.
Según Bloomberg, algunos analistas advierten de un “déficit perpetuo”, mientras Citigroup duplicó su proyección del precio del litio para este año.
De acuerdo con el sitio World of Statistics, citado por el fundador de Tesla, la tonelada del material pasó de $4.450 en el 2012 a poco más de $78.000 para inicios de este año.
La situación preocupa al propio Elon Musk y a su empresa que con la venta de 936.000 unidades en el 2021, según la Agencia Internacional de Energía (AIE), es el principal actor en ese mercado a nivel mundial.
“¡El precio del litio ha llegado a niveles de locura! Tesla podría tener que ingresar directamente a la minería y la refinación”, publicó Musk en su cuenta de Twitter.
Aunque por el momento Tesla no ha hecho un anuncio oficial, en 2021 patentó un nuevo sistema de extracción del mineral. Mientras tanto, llegó a un acuerdo por tres años con la china Ganfeng Lithium, el mayor proveedor mundial del insumo, para garantizar el suministro.
Volkswagen también se está moviendo dentro del mercado, con un acuerdo con Vulcan Energy. Además, instalará una planta en Valencia, España, para fabricar baterías para sus unidades eléctricas.
General Motors y BMW están invirtiendo en la extracción del “oro blanco” en California y en Argentina.
El litio enfrentará una fuerte demanda en los años venideros y la industria de vehículos eléctricos es la principal responsable. Según BloombergNEF, dos millones de toneladas del mineral serán necesarias para el 2030, el 82% dedicado a los autos.
Por lo pronto, el litio presente en el mundo parece todavía suficiente. En el peor de los escenarios, aún sin reciclar, la cantidad identificada permitiría fabricar 200 vehículos eléctricos para cada persona a lo largo de su vida, indicó Sergio Morales, coordinador del Laboratorio de Investigación en Vehículos Eléctricos (LIVE) del Tecnológico de Costa Rica.
La AIE estima que hay 16 millones de vehículos eléctricos en las calles del mundo y las ventas el año anterior fueron más de tres veces que la cantidad registrada los dos años previos.
Aunque no es el material predominante en las baterías, el litio juega un rol crítico en estas y su escasez es un problema, pero no es el único. El cobalto y el níquel también preocupan a la industria automotriz.
OTROS MATERIALES
No existe una tecnología estandarizada para las baterías de litio. Su composición varía dependiendo del fabricante y la característica que se quiera reforzar.
“La parte de la química de la celda va a depender de si se quiere que dure más o que permita una mayor cantidad de ciclos de carga y descarga o que sea más barata”, explicó Morales.
La sustitución de materiales puede tener otras implicaciones. En algunas se está reemplazando el litio por hierro, pero se sacrifica la vida útil, pues duran menos.
Existen combinaciones con níquel, cobalto, aluminio y manganeso, principalmente. Pero algunos de estos componentes acarrean otras problemáticas.
El precio del níquel ha crecido también y preocupa su suministro debido a que uno de sus principales productores es Rusia.
“Es uno de los materiales que, junto con el petróleo, más se ha mantenido en negociación durante el conflicto ruso-ucraniano. Un día en la bolsa de Londres tuvieron que dejar de negociarlo porque en pocos minutos había dado un salto increíble en su precio”, contó Urcuyo.
NIQUEL TAMBIÉN PRESIONA
El precio del níquel se ubica en casi $28.000 por tonelada, un 35% más de su precio inicial del año. A inicios de marzo superó los $48.000.
Según el sitio Tradingecomonics, una startup que monitorea indicadores de 196 países en el mundo, el precio del níquel viene en alza desde el arranque del año y tuvo un pico en los primeros días de marzo, coincidiendo con el inicio de la invasión rusa a Ucrania.
El cobalto no se queda atrás. Ya es el componente más caro de las baterías, pero a eso se suma que su extracción está envuelta en problemas sociales y ambientales pues proviene principalmente de la República Democrática del Congo.
Un inconveniente adicional del litio es su concentración en pocas manos, lo que lo hace vulnerable. La mayor parte de la producción de este material depende de solo algunos países. Además, las principales reservas también están en casi los mismos territorios.
Todo esto, sin embargo, no se ha reflejado en el precio de las baterías –al menos no todavía–. La AIE ofrece tres razones para explicarlo. En primer lugar, los progresos tecnológicos ayudan a compensar el costo de los materiales más caros.
Además, hay un espacio de tiempo entre el incremento de los insumos y la subida de las baterías, pues ese costo extra toma tiempo en transitar por la cadena de valor. Finalmente, ha aumentado el uso de compuestos químicos de ferrofosfato de litio (LFP) en las baterías, lo que ha reducido el impacto.
No obstante, las proyecciones ya anuncian un probable golpe al consumidor final. Los precios actuales del litio podrían sumar hasta $1.000 al costo de un vehículo nuevo, pronosticó la firma Benchmark Mineral Intelligence.
DEMANDA AL ALZA
La electrificación del transporte es una de las piezas del rompecabezas en la lucha contra el cambio climático, pues este sector es uno de los principales contaminantes. Esto ha hecho que crezca el apetito por el litio y los otros componentes.
Europa y China llevan la delantera en la carrera por electrificar su flotilla, y destacan en especial los países nórdicos. En Noruega, el 86% de los autos vendidos en el 2021 fueron eléctricos. En China fue un 16%, pero esa cifra significa un salto con respecto al 0,9% del 2015.
Si bien todo deja ver que el litio, el níquel y el cobalto seguirán su tendencia alcista, su futuro difícil predecir pues las empresas buscan nuevas combinaciones y sustituciones.
Además, hay interés de México por explotar su litio, mientras en Chile la propuesta de nueva Constitución podría traer cambios para la forma de extracción. Es decir, hay diversos frentes abiertos que elevan la volatilidad.
¿Detendrá esto la masificación de vehículos eléctricos? Para Urcuyo otros elementos como el precio de los combustibles y los incentivos fiscales sostienen el ímpetu de la electrificación.
También el reciclaje toma más relevancia. Ya existen varios métodos para el tratamiento y reutilización las baterías de litio.
“El futuro de la industria depende de una combinación de minería responsable con reciclaje responsable”, aseguró Guillermo Pereira, director general de Fortech, una empresa cartaginesa que ofrece el tratamiento final a baterías de litio.
Los compuestos que produce el proceso de Fortech, que es una especie de granulado de metales, sirve de base para generar nuevas baterías, en un ciclo sin fin.
Quedan muchas dudas abiertas para la industria de la movilidad eléctrica, pero su futuro dependerá de cómo logren sortear esta escalada de commodities.