OMAR GERARDO AHUMADA ROJAS
La noticia de que Colombia tiene comprometida toda su producción de carbón térmico en este momento de altos precios, originado por la fuerte demanda de este mineral, que viene desde mediados del 2021, pero que se acentuó mucho más tras el inicio de la guerra en Ucrania, podría estar generando beneficios mucho mayores provenientes de esa renta minera.
Pero la producción está coja por dos factores claves como la suspensión de producción de las minas en el Cesar que tenía Prodeco, las cuales saldrán este mes a oferta para nuevos inversionistas, al igual que por la imposibilidad de explotar el tajo La Puente tras el desvío del arroyo Bruno, por parte de Cerrejón, situación que hace que el país pierda la oportunidad de vender miles de millones de pesos a diario, y que se traducen en más impuestos y regalías mineras, principalmente.
Y es que solo en el primer trimestre, cuando los precios de exportación del carbón colombiano triplicaron el valor mostrado en igual período del año pasado, el país dejó pasar la generación de al menos 5,7 billones de pesos en ventas de carbón porque no produce al mismo nivel que tenía en 2018, unos de los mejores años recientes para esta industria en materia de producción.
En efecto, de acuerdo con cifras del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), durante el primer trimestre de 2022 se exportaron 13,2 millones de toneladas de carbón por un valor de 1.960 millones de dólares, cifra inferior en casi 10 millones de toneladas a las 23,2 millones de toneladas que vendidas al extranjero entre enero y marzo del 2018.
En otras palabras, si el país tuviera hoy en día el nivel de exportación del 2018, en el primer trimestre no habría vendido 1.960 millones de dólares gracias a la bonanza, sino 3.436 millones de dólares. La diferencia, es decir 1.476 millones de dólares, son los 5,76 billones de pesos mencionados, tomando como referencia un dólar promedio de 3.908 pesos en el primer trimestre, según datos de la Superintendencia Financiera.
Incluso, si las ventas de carbón al exterior en el primer trimestre de 2022 hubieran tenido el mismo nivel del mismo lapso del 2021 (14,6 millones de toneladas), el valor comercializado hubiera sido superior en 199 millones de dólares, es decir más de 777.000 millones de pesos.
“Tenemos el mejor local de Unicentro, desocupado y sin arrendarlo”, asegura Juan Camilo Nariño, presidente de la Asociación Colombiana de Minería (ACM), al referirse a las minas de carbón que eran de Prodeco, de la multinacional suiza Glencore, que desde el 2020 dejó de producir ante la descolgada de los precios de hace varios años y de utilizar un botadero para depositar de forma temporal el material estéril que se remueve antes de extraer el carbón.
Hoy, tras el pulso jurídico del 2021 entre Prodeco y la Agencia Nacional de Minería (ANM) por el proceso de renuncia y devolución de esas áreas, la autoridad minera lanzó en abril una ronda minera de carbón exclusiva para ofrecerlas, y cuyos últimos datos de producción datan del segundo trimestre del 2020, cuando produjo más de 4 millones de toneladas, por las que hoy el país podría estar exportando más de 2,3 billones de pesos a los precios actuales.
De acuerdo con el proceso establecido la ANM, la apertura de recepción de ofertas será el 25 de mayo, espacio que estará activo durante 10 días hábiles para recibir la primera oferta 10 días hábiles, o hasta el momento en que llegue el primer interesado.
Una vez esto ocurra, la ANM tomará 3 días para hacer la evaluación y dará 10 días más para recibir contraofertas, luego de lo cual tomará 10 adicionales para evaluar contraofertas y dando un tiempo de 5 días más para que el primer oferente mejore la contraoferta.
Si hay mejora de esa oferta, el proceso contempla cinco días más para el análisis de la misma y un día más para la adjudicación.
Es decir que solo entrado el segundo semestre se podría comenzar a reactivar esta producción, una vez se haga un proceso de empalme y entrega entre Prodeco y el nuevo concesionario de estas minas de carbón y, mientras tanto, el país seguirá sin aprovechar un carbón que está listo para sacar.
Para Nariño, se requiere una definición clara, por parte de Glencore, de avanzar rápido en la devolución definitiva de la mina para que quede en poder del Estado, para poderla entregar a la nueva firma que llegue, ya que se trata de una riqueza de todos los colombianos que se tiene que aprovechar, sobre todo en este entorno de altos precios del carbón.
El año pasado, cuando los precios del mineral comenzaron a subir desde el segundo semestre por la crisis energética en Europa, previa al conflicto de Rusia con Ucrania, Colombia exportó 11 millones de toneladas menos que en 2020, dejando de vender por lo menos 4 billones de pesos, según cálculos con base en los datos del Dane.
CON EUROPA, SOLO RELACIÓN DE LARGO PLAZO
Aunque, luego de la suspensión de compra de carbón ruso por parte de Europa, los países del Viejo Continente han tocado las puertas del sector minero colombiano para que los provea de esta materia prima, las compañías que operan en Colombia quieren relaciones de largo plazo y sostenidas en el tiempo.
“Si Europa lo puede ofrecer, estamos listos a ofrecérselo, pero toca revisar si quiere tener relaciones sostenidas con el carbón colombiano y con las empresas colombianas, porque si es para resolver un problema puntual, uno no va a dejar clientes con los cuales sí tiene ese relacionamiento largo y sostenido”, asegura Juan Camilo Nariño, presidente de la Asociación Colombiana de Minería (ACM).
Y es que se trata de que los consumidores de ese país y Europa como tal tengan ese interés por hacerlo, ya que en los últimos años adoptaron una política para desincentivar la compra de carbón en Colombia y su proveedor pasó a ser Rusia, pero ahora con el conflicto todo les cambió.
Después de llegar a producir 90 millones de toneladas en 2017, el nivel de extracción de carbón en Colombia cayó a 40 millones de toneladas en 2020, más que por la pandemia debido a la huelga en Cerrejón, y en 2021 se pasó a 49 millones de toneladas, cifra que subió en 2021 a 60 millones de tonelada, y la proyección del sector es alcanzar los 75 millones de toneladas en 2022, un nivel mejor que, en todo caso, se quedará corto en el aprovechamiento pleno de la bonanza carbonera.