BP registró sus ganancias trimestrales más altas en más de una década. Los consumidores enfrentan grandes subas en sus facturas
En Gran Bretaña, sectores de la oposición al gobierno están impulsando que las empresas productoras de petróleo y gas, que se vieron beneficiadas por la suba de los precios de los hidrocarburos, paguen un ‘impuesto extraordinario’ para compensar los mayores costos que tienen que afrontar los consumidores.
La compañía petrolera BP, según un artículo publicado por el diario especializado Financial Times, registró sus ganancias trimestrales más altas en más de una década gracias a los altos precios de los hidrocarburos. Estos ingresos excepcionales generaron pedidos de impuestos más altos para las compañías del sector para poder compensar los crecientes costos de energía para los consumidores.
Las utilidades de la empresa (sobre la base del costo de reposición) aumentaron a US$ 6.200 millones en los primeros tres meses del año, la más alta desde 2008 y más del doble de los US$ 2.630 millones registrados un año antes. La cifra extraordinaria, a pesar de una pérdida de ganancias de Rusia, se produjo gracias a la mayor ganancia anual de BP en ocho años.
Keir Starmer, líder del Partido Laborista del Reino Unido, consideró que las ganancias de BP son un argumento a favor para un impuesto extraordinario sobre las ganancias del petróleo y el gas en el Mar del Norte.
Por su parte, el presidente de BP, Bernard Looney, dijo al Financial Times que comprendía la situación de muchos hogares, que estaban “luchando” frente a los aumentos en los precios, pero que el papel de la empresa era devolver efectivo a los accionistas, entre ellos millones de jubilados del Reino Unido, pagar sus impuestos e invertir en el sistema energético.
Con todo, el primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, rechazó esta semana los pedidos de un impuesto sobre las “ganancias inesperadas”. Y argumentó que un nuevo gravamen disuadiría a las empresas que quieren invertir en el Mar del Norte. Aunque unos días atrás el canciller Rishi Sunak consideró que seguía siendo una opción.
Según Looney, la redirección de los flujos energéticos mundiales tras la invasión de Rusia a Ucrania generó el período más volátil en la historia de los mercados energéticos. “Nuestra prioridad es asegurarnos que conectamos al proveedor con la demanda y en este trimestre ese rol nunca fue más necesario”, dijo.
A fines de abril, los partidos de oposición —laboristas y demócratas liberales— intensificaron sus pedidos para que el gobierno imponga un impuesto sobre las ganancias inesperadas a las principales empresas de energía, antes de que BP y Shell revelaron los grandes aumentos que registraron en sus ganancias. El motivo es aliviar a las familias que desde el salto de los precios internacionales deben lidiar con altas subas en sus facturas de energía.
El líder liberal demócrata, Ed Davey, por ejemplo, dijo que era “asombroso” que el gobierno no impusiera gravámenes más altos a la industria energética dado que las familias se enfrentaban a mayores impuestos y facturas en aumento.
“Boris Johnson necesita actuar ahora para generar un impuesto sobre las ganancias inesperadas y luego usar el dinero recaudado para ayudar a los jubilados y familias vulnerables. Es asombroso que los ministros conservadores aumenten los impuestos de las familias comunes y se nieguen a gravar las superganancias de los jefes de las compañías de petróleo y gas”, aseguró.