GONZALO YUN *
En medio de la construcción de un nuevo Chile, con nuevos paradigmas y exigencias, la minería se enfrenta a un proceso de transformación que la encamine a ser una industria verde y de valor agregado, capaz de liderar la transición energética a nivel mundial, a la vez que genera empleabilidad local, se vincula con sus comunidades y su entorno, y genera impacto económico en las zonas donde se desarrollan.
Gran parte de la industria ya ha internalizado este desafío y se han visto avances en los últimos años, ahora una de las grandes metas es entender cómo la penetración de esta mirada social, ambiental y económica, vendrá de la mano de las Mining Tech’s. Los emprendedores han sabido escuchar y proyectar este nuevo paradigma entregando soluciones de triple impacto a través del desarrollo de modelos de economía circular, generando una mayor trazabilidad de sus productos y creando empleos de calidad.
Durante los últimos años, hemos visto florecer una serie de Mining Tech’s nacionales asociadas al desarrollo de softwares de optimización, automatización, mantenimiento predictivo y recursos hídricos, que tienen toda la capacidad para liderar estos necesarios cambios y que ya están exportando a países como Australia, EEUU o Canadá.
Por ejemplo, la región de Tarapacá se ha convertido en un referente de economía circular de la mano de emprendedores como Petar Ostojic, quien por medio de Neptuno Pumps desarrolla soluciones como bombas para la gran minería. Luego en Antofagasta nos encontramos con Opendat, empresa de software liderada por Víctor Devia, quienes por medio de la tecnología buscan mejorar la productividad de la industria en Chile y en Perú; otra emprendedora que forjó su carrera en el norte y que hoy es parte de Codelco es Pamela Chávez, quien fundó Aguamarina y luego Domolif con foco en entregar soluciones biotecnológicas para el tratamiento de materiales de la industria minera.Visibilizar este tipo de emprendimientos nos abre la mente a entender el impacto que tienen en las faenas donde operan, pero también cómo han pasado a ser agentes de movilidad en las regiones donde están presentes, produciéndose gracias a ellas una sinergia y un encadenamiento productivo. ¿Qué quiero decir con ello? La presencia de este tipo de empresas - generadoras de empleos locales y capaces de atraer innovación externa - han desencadenado la mejora de la oferta de servicios de esas zonas, impulsando el desarrollo de nuevas áreas y la creación de pymes locales que puedan atender los requerimientos de las personas que trabajan en el sector y de las comunidades, produciéndose así un círculo virtuoso en torno a una industria.
Este encadenamiento productivo que también se puede observar en otras industrias y localidades del país se traduce en la toma de valor del talento local, con un efecto multiplicador y de colaboración capaz de traspasar las mejores prácticas para poder catalizar y potenciar toda una región. Vemos por ejemplo cómo las universidades locales y liceos técnicos tienen una oportunidad para responder al desafío de colaboradores y digitalización que requiere la minería.
Hoy necesitamos más energía renovable, alternativas para sortear la crisis hídrica como la desalinización y potenciar la extracción de Litio y Cobre con valor agregado y para todo ello los emprendedores son imprescindibles. La macrozona norte y la minería cuenta con soluciones innovadoras y tecnología para transferir a todo Chile y el mundo. Aprovechémoslo.
* Gerente de Endeavor Atacama