PABLO RUEDA*
Nos sobra gas natural. La disponibilidad para los argentinos del gas natural localizado en la roca madre de Vaca Muerta no depende de su eventual descubrimiento -ya que sabemos que existe y sobra- sino de las inversiones requeridas para su extracción y evacuación a los mercados (que, sabemos, faltan y mucho menos sobran).
Hoy, tenemos demanda. Las enormes inversiones requeridas para el desarrollo de nuestros recursos dependen de que existan mercados (demanda) a escala como para que tales inversiones sean factibles. A partir de la guerra en Ucrania, el Ministerio de Producción está negociando un acuerdo con China en materia de exportación de gas natural licuado (GNL) y ofrece oportunidades similares a los Estados Unidos.
La base está. La Argentina ya ha dado pasos fundamentales para la viabilidad de un modelo de exportación de gas a escala global. Desde 2014, existe un modelo de desarrollo hidrocarburífero argentino que, más allá del relato antagonista de siempre, es respetado e impulsado por las dos fuerzas políticas mayoritarias del país. El Plan Gas 2024 modificó contractualizar la demanda doméstica en el mediano plazo, despejando en parte el riesgo de interrupción de los suministros al exterior. La reciente Resolución 360/2021 de la Secretaría de Energía de la Nación retornó al principio original del artículo 3° de la Ley 24.076, de que las autorizaciones de exportación en firme no deben interrumpirse, aun en situaciones de problemas en el abastecimiento interno.
¿Cómo encarar esta oportunidad? El principal interés de los compradores externos es contar con un suministro confiable de gas natural en el largo plazo. De yapa, seguramente, intentarán lograr otras exclusividad en los excedentes de gas, en la planta de licuefacción y en los gasoductos, entre muchas pretensiones propias de cualquier gran comprador externo. Por otro lado, el interés estratégico argentino es contar con uno o más compradores de largo plazo que aseguren los flujos financieros requeridos para viabilizar las enormes inversiones para desarrollar el gas natural en los yacimientos, transportarlo, almacenarlo, licuarlo y embarcarlo para su exportación como GNL . Lo que no es de interés de la Argentina es comprometer garantías de prioridad de suministro, ni mucho menos exclusividad, para un determinado comprador externo. Tampoco,
Ningún comprador necesita estos privilegios para contar con seguridad de suministro. Como dijimos, el gas está.
También es de interés de la Argentina que, si bien existirá una reserva firme de capacidad en la infraestructura de transporte, almacenamiento y licuefacción, la Argentina proyecte anticipadamente, técnica y contractualmente, posibles ampliaciones en la misma a los efectos de abastecer otros posibles contratos de exportación. Esto es lo que hace la empresa Cheniere en los Estados Unidos, con su planta de Corpus Christi.
El compromiso de la Argentina frente a los potenciales compradores externos del lado de la demanda, ya los inversores privados a riesgo propio que participen en el proyecto, del lado de la oferta, debería quedar limitado a crear un entorno regulatorio especial para todas las actividades asociadas al proyecto, tendrá garantías con respecto al sostenimiento de un escenario macroeconómico en materia cambiaria e impositiva, firmeza de las autorizaciones de exportación y contratos de suministro, transporte y licuefacción de gas natural asociados a tales autorizaciones, y otras cuestiones requeridas para viabilizar financiamiento de largo plazo. Obviamente, para ser creíble en la Argentina, estos compromisos deben ser apoyados por la mayoría de las fuerzas políticas, incluida la oposición.
Los compromisos asumidos por el Estado Nacional en los contratos de exportación con los potenciales compradores externos deberán ser inteligentemente trasladados y distribuidos a los distintos inversores en las distintas etapas de desarrollo, transporte y licuefacción. Por ejemplo, a partir de la existencia del acuerdo de compra, el Estado nacional podrá ofrecer a los inversores y financiadores de la infraestructura de transporte, almacenamiento y licuefacción un compromiso de flujo positivo de fondos a cambio de una reserva en firme de capacidad, que permita viabilizar la construcción de cada infraestructura con financiamiento sin recurso (project finance).
Por otro lado, en material de suministro del gas natural requerido para cumplir con los compromisos, el Estado nacional podría realizar licitaciones comparables con las del Plan Gas 2024, con penalidades deliver or pay calzadas a los mismos compromisos asumidos por el Estado nacional en el off -tomar acuerdo.
No hay duda de que la Argentina tiene otra vez una oportunidad histórica de generación de riqueza. Para no perder otra oportunidad que ayude a sacarnos de la pobreza, el Gobierno debe aprovechar la actual coyuntura en materia de precios del gas natural e impulsar un modelo de exportación de gas natural a escala global, que sea abierto a múltiples compradores externos, que respete las reglas para la viabilidad del financiamiento externo, y la participación de las múltiples empresas privadas a riesgo que operan hoy en el país.
*Abogado y socio en Martínez de Hoz & Rueda