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ESCENARIO
Embargo a petróleo ruso: Biden prohíbe importaciones y precios suben. Qué hará Putin ¿Recesión mundial?
DIARIOS/ENERNEWS

"No subvencionaremos la guerra de Putin"

08/03/2022

Joe Biden confirmó la prohibición para importar petróleo, gas y energíao de Rusia. Antes del anuncio, Putin aseguró que si el embargo se llevaba a cabo el precio del barril llegaría a US$ 300. El punto es por demás importante y mueve los mercados mundiales. La crisis del petróleo acerca al mundo a una recesión marcada por la inflación y la escasez. 

 LA PROHIBICIÓN DE EE.UU. 
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció  un embargo sobre la importación de petróleo, gas natural y carbón rusos, en respuesta a la invasión de Ucrania por parte de Moscú y pese al rechazo de los aliados europeos de su país.

"Hoy anuncio que Estados Unidos apuntará a la principal arteria de la economía de Rusia. Vamos a prohibir todas las importaciones de petróleo, gas y energía rusas", dijo Biden en la Casa Blanca. 

"Eso significa que el petróleo ruso ya no será aceptado en puertos estadounidenses y que el pueblo estadounidense dará otro poderoso golpe a la maquinaria de guerra de Putin", agregó.

 

"No subvencionaremos la guerra de Putin", afirmó Biden, en una conferencia en la que abogó por seguir aumentando la presión sobre Rusia tras "el paquete de sanciones económicas más significativo de la historia".

Asimismo, se comprometió a trabajar "estrechamente" con los socios europeos para elaborar una estrategia a largo plazo que permita reducir progresivamente la dependencia de la energía procedente de Rusia.

Los precios de las materias primas escalaban el martes, con el crudo Brent disparándonse de que Estados Unidos anunció un veto a las importaciones de petróleo de Rusia, mientras que el níquel alcanzó un nuevo récord.

Los futuros del crudo Brent subieron un 5 por ciento a 129,33 dólares el barril. Los futuros del West Texas Intermediate subieron un 4,6 por ciento a 124,89 dólares el barril.

El comercio de acciones fue más moderado el martes, después de una fuerte caída el lunes. El S&P 500 cayó levemente en las primeras operaciones, un día después de caer un 3 por ciento, su caída más pronunciada desde octubre de 2002.

 

El Stoxx Europe 600 subió un 0,3 por ciento, deteniendo tres días consecutivos de pérdidas.

UK SIGUE LOS PASOS DE BIDEN
Desde Londres, el Gobierno del Reino Unido anunció que cesará de importar petróleo y derivados petrolíferos rusos a fines de 2022.

 

"Esta transición dará al mercado, a las empresas y a las cadenas de suministro tiempo más que suficiente para sustituir las importaciones rusas, que representan el 8% de la demanda del Reino Unido", tuiteó el ministro de Empresas y Enegía británico, Kwasi Kwarteng.

Los anuncios de Biden y del Gobierno del primer ministro británico, Boris Johnson, llegaron tras insistentes pedidos del presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, de aplicar sanciones al sector de los hidrocarburos rusos, de donde provienen la mayor parte de las divisas de Rusia.

La decisión tendría un impacto limitado para el Gobierno de Vladimir Putin, dado que Estados Unidos importa unos 100.000 barriles diarios desde Rusia, que solo suponen un 5% de las exportaciones de crudo ruso, según estimaciones de Rystad Energy citadas por AP. 

El año pasado, cerca del 8% de las importaciones estadounidenses de petróleo y derivados vino de Rusia. Para buscar proveedores alternativos, el Gobierno estadounidense ya ha establecido contactos con Venezuela, en un encuentro de alto nivel celebrado recientemente en Caracas.

 

Rusia es el mayor exportador mundial de gas natural y el segundo mayor exportador global de petróleo crudo y productos derivados. El país suministra más de un tercio de la energía de Europa y también es un importante productor de fertilizantes, trigo, aluminio, níquel, paladio, platino y carbón.

Las sanciones de Occidente han aislado al país del comercio y los mercados financieros en un grado nunca antes visto para una economía tan grande, dado que los combates en el sur de Ucrania han bloqueado en gran medida sus exportaciones.

Estados Unidos, que importa alrededor de 500.000 bpd de crudo y productos rusos, puede permitirse prohibir las importaciones de Rusia sin consecuencias graves para su industria y economía, a diferencia de Europa.

 

 


PUBLICADO ESTA MAÑANA

Moscú advirtió de “consecuencias catastróficas” en caso de un embargo occidental sobre el petróleo ruso

Rusia advirtió de las “consecuencias catastróficas” en caso de un embargo occidental sobre el petróleo ruso, que Estados Unidos y la Unión Europea están estudiando como posible medida de represalia por la intervención militar en Ucrania.

“Es bastante obvio que la negativa de comprar petróleo ruso tendrá consecuencias catastróficas para el mercado mundial”, dijo el vice primer ministro ruso de Energía, Alexander Novak.

“El aumento del precio podría ser imprevisible y alcanzar más de US$ 300  por barril o más”, dijo, citado por las agencias de noticias rusas.

Según Novak, es imposible sustituir rápidamente el petróleo ruso para el mercado europeo por una fuente alternativa.

“Llevará varios años y será mucho más caro para los consumidores europeos, que serán las principales víctimas de este escenario”, advirtió.

El precio del barril de crudo Brent del Mar del Norte rozó los US$ 140 el domingo (6/3), cerca de su máximo histórico de US$ 147,50 alcanzado en julio de 2008.

Las declaraciones de Novak se producen mientras Estados Unidos y la UE discuten la imposición de sanciones sobre el petróleo y el gas rusos en represalia por la intervención militar de Rusia en Ucrania, en el marco de una serie de duras sanciones económicas contra Moscú en los últimos días.

Los analistas del Bank of America dijeron que si la mayoría de las exportaciones de petróleo de Rusia se interrumpen, podría haber un déficit de 5 millones de barriles por día o mayor, y eso significa que los precios del petróleo podrían subir hasta los US$ 200.

Analistas de JP Morgan dijeron que el petróleo podría subir a US$ 185 este año, en tanto que expertos de Mitsubishi UFJ Financial Group estimaron que el crudo podría llegar a US$ 180 y provocar una recesión mundial.

“Si la escasez de oferta no cede, el petróleo puede superar su máximo histórico”, dijo Howie Lee, economista del banco OCBC de SingapurReuters. “En el peor de los casos, es decir una sanción total a las exportaciones de energía de Rusia, no me sorprendería ver que al Brent por encima de los US$ 200”, agregó.

Rusia es el principal exportador mundial de crudo y productos derivados del petróleo combinados, con embarques de alrededor de 7 millones de barriles, o el 7% del suministro mundial. Algunos volúmenes de las exportaciones de petróleo de Kazajistán desde los puertos rusos también enfrentaron complicaciones.

Los precios mundiales del petróleo suben más del 60% desde principios de 2022, junto con otros productos básicos, lo que genera preocupaciones sobre el crecimiento económico mundial y una estanflación.

La disparada de precios de la energía asoma futuros escenarios catastróficos especialmente para la eurozona. Actualmente la Unión Europea importa desde Rusia entre el 41% y el 65% de gas que se consume en la región. Un aspecto que no puede dejar de considerarse en medio de esta crisis, es que el Kremlin paga millones de dólares en impuestos a Ucrania y Polonia por permitir que sus ductos pasen a través de esos territorios.


Alemania
es la nación con mayor demanda del recurso. El gobierno de ese país incluyó entre sus sanciones al régimen ruso la suspensión de la certificación del Gasoducto Nord Stream 2, que podría llevar al territorio 55 millones de metros cúbicos de gas adicionales al año.

La misma cantidad que actualmente llega a través del Nord Stream 1. La infraestructura, que ahora se encuentra en pausa, fue muy resistida por EE.UU., Ucrania, Polonia y los países bálticos.

Alemania también recibe unos 100 millones de metros cúbicos de gas anuales a través de Yamal - Europa, un tercer gasoducto al sur del suelo teutón que atraviesa Bielorrusia.

El territorio europeo también es abastecido por gas ruso a través de los ductos Brotherhood y Soyuz, que transportan al año, entre ambos, unos 130 millones de metros cúbicos del recurso.

Fuera de Europa, naciones como Turquía también son abastecidas de gas por Rusia. El Turk Stream y el Blue Stream llevan al país del medio oriente casi 50 millones de metros cúbicos de gas al año.

Las alternativas para esta provisión más disponibles las representan naciones como Argelia o Noruega, que necesitarían aumentar su extracción para poder satisfacer la demanda. Otra solución sería importar gas líquido por barco de Estados Unidos, Australia o Qatar. Aunque el ministro de Energía de este último emirato, Saad Sherida al-Khaabi, afirmó que su país no podrá remplazar los volúmenes rusos.

 


La crisis del petróleo acerca al mundo a una nueva recesión dominada por la inflación y la escasez

VICENTE NIEVES, MARIO BECEDAS Y JAVIER BARRIOCANAL/elEconomista

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Justo cuando la economía global empezaba a ver la luz tras la profunda recesión del covid, los nubarrones vuelven a acumularse en el horizonte con el tono oscuro que suele preceder a la tormenta.

La invasión de Ucrania por parte de Rusia y las posteriores sanciones (y las que están por venir) han desatado una nueva crisis del petróleo (y de las materias primas en general) que amenaza con ahogar la recuperación económica y sumir al mundo en una nueva etapa recesiva.

A diferencia de la crisis de 2020, esta recesión podría venir acompañada de un entorno inflacionario sin parangón en las últimas décadas, generado por la escasez de materias primas y los problemas en la cadena de suministros.

La historia moderna parece apoyar esta hipótesis. Salvo la crisis del covid, cuyo desencadenante fue un virus y los posteriores confinamientos, el resto de las últimas grandes recesiones han venido precedidas por el auge de los precios del petróleo. Ahora, hasta la curva de tipos (el mejor predictor de recesiones) está empezando a mostrar señales alarmantes.

Luca Paolini y Arun Sai, estrategas de Pictet AM, explican en una nota que "claramente y a corto plazo el mayor riesgo es un aumento de inflación por las interrupciones del suministro de petróleo y gas rusos, lo que conduciría a una pérdida significativa del impulso económico y, potencialmente, una recesión". El barril de petróleo ya roza los 130 dólares por barril, máximos de 2008.

Este experto ha realizado un análisis que demuestra que cada vez que el precio del petróleo aumenta un 50% por encima de la tendencia, como ahora, ha habido recesión. "Hay que tener en cuenta que, a pesar de que el mundo depende menos del petróleo que hace una generación, todavía este constituye una porción sustancial del PIB mundial, impulsa las expectativas de inflación y afecta a la confianza del consumidor".

Además, en esta ocasión hay un agravante más: una guerra que incrementa la incertidumbre (retrasa decisiones de inversión y consumo) y una subida generalizada en casi todas las materias primas cuya producción se encuentra muy concentrada en unos pocos países y manos. El impacto para Occidente, sobre todo la Eurozona, es similar al de una subida notable de impuestos.


¿POR QUÉ EL PETRÓLEO PUEDE HACER DESCARRILAR LA RECUPERACIÓN?
Los ingresos extra de un petróleo más caro se concentran en un número menor de países y, sobre todo, en un número menor de personas, que además suelen poseer elevados patrimonios (grandes fortunas saudíes, rusas...).

Estos agentes presentan una propensión marginal a consumir inferior a la de las personas que se benefician de la caída del crudo, como son los consumidores de Occidente (también las empresas) y países emergentes que no producen petróleo.

Esto quiere decir que cada euro que ahorran estas personas al llenar el depósito del coche o pagar el combustible de la calefacción (tras una bajada del petróleo) se usa en mayor medida para consumo. Sin embargo, el euro extra que ganan las grandes petroleras y las personas que están detrás de ellas tiene una menor utilidad en este sentido. Los beneficios de un petróleo más caro se concentran en unas pocas personas, mientras que los de una caída se reparten entre millones y millones.


UNA CRISIS DE MATERIAS PRIMAS
Con estos datos en la mano y poniendo en la ecuación también la subida del resto de materias primas, los economistas de Rabobank advierten de que la llegada de una recesión está ganando enteros a pasos agigantados. 

El petróleo está ya en 130 dólares, el gas en máximos históricos, los cereales no paran de subir... Estos expertos han publicado un informe en el que simulan dos escenarios (A y B): el primero (A) habla de una guerra breve y perturbadora, que provoca interrupciones en el comercio mundial durante un máximo de seis meses, con caídas significativas en el comercio UE-Rusia en particular.

En este escenario las primas de inversión (riesgo) aumentan moderadamente. Los precios de la energía, incluido el gas, suben considerablemente (el petróleo a 125 dólares por barril), pero retroceden después de cuatro meses. Los precios de los alimentos también suben considerablemente, con el trigo rebotando un 30% y el maíz un 20%, al igual que los precios de los fertilizantes (20%).

Este escenario lastra el crecimiento, pero no hace descarrilar por completo la recuperación mundial. El problema es que este escenario ya es casi una realidad y ahora todo hace indicar que la situación va a seguir agravándose y pareciéndose cada vez más al escenario B o incluso tornando a un escenario C (no estaba previsto en un principio) que desemboca en una recesión combinada con fuertes dosis de inflación: la temida estanflación.

El escenario B ('guerra y sanciones efectivas'), comienza como el escenario A, pero también supone que EE.UU., la UE, Australia, Nueva Zelanda, Japón y Corea del Sur imponen sanciones efectivas a Rusia alterando patrones de comercio mundial. Como consecuencia, los precios de la energía aumentan de forma más pronunciada y se mantienen altos durante mucho más tiempo.

Los precios de los alimentos y los fertilizantes relacionados y el aceite vegetal también (como el de girasol) suben de forma más pronunciada en este escenario. Las primas de riesgo de algunos activos también se desbocan. Por desgracia, ahora mismo parece que estamos más cerca de este segundo escenario.

"Dada la situación actual podría decirse que ya estamos en el escenario 'B', no en el 'A'. La dirección que está tomando la situación también es preocupante. Esto significa que el dolor económico podría ser severo: habrá aún más inflación y el crecimiento del PIB se deprimirá por más tiempo. El impacto lo sentirán aquellos que imponen sanciones, así como Rusia. Además, los riesgos ahora son de un cambio adicional a choques aún mayores que podrían llevar a un escenario 'C': sanciones secundarias a los países evasores que intentan ayudar a Rusia. El impacto de este escenario es tan severo que ni siquiera es cuantificable", aseguran los economistas del banco holandés.


LO QUE DICE LA HISTORIA
En la actualidad, los precios de las materias primas han aumentado considerablemente más que durante algunas de las principales perturbaciones históricas de la oferta. Hay que recordar que buena parte de estos shocks han desembocado en recesiones.

Uno de los shocks más importantes se produjo tras la guerra de Yom Kippur en octubre de 1973 y la segunda crisis del petróleo en 1979, tras la revolución iraní. Ambos fueron el preludio de dos profundas recesiones que se produjeron en un entorno inflacionario.

Esa década estuvo marcada por la recesión y por una alta inflación que llegó a anotarse máximos de dos dígitos. Especialmente sangrantes fueron los picos inflacionarios de 1973-1974 y de 1978-1980. Ambos aldabonazos tuvieron protagonistas comunes y similares a la actualidad, petróleo y escenario bélico.

La primera de ellas, la de 1973, más conocida mediáticamente, fue provocada el embargo impuesto por la OPEP a varios países, entre ellos EEUU, en represalia por su apoyo a Israel en la Guerra del Yom Kippur. Esto hizo que el precio del crudo importado se cuadruplicara en muy pocos meses. El presidente de EEUU Richard Nixon pidió a las gasolineras que no vendieran combustible los sábados o domingos por la noche y en el país se establecieron restricciones de repostaje según matrículas (pares e impares).

En Europa, se decretó la prohibición de conducir los domingos en los Países Bajos, mientras que el Reino Unido impuso una semana comercial de tres días cuando la escasez de carbón amenazaba el suministro de electricidad. Se llegó a pedir a las familias que calentaran sólo una habitación de sus casas.

En el segundo pico, la escalada de los precios de la energía en 1979 tuvo su origen en la agitación política en Irán a principios de año. La consiguiente interrupción del suministro, unida a los esfuerzos desesperados por acumular existencias, provocó el caos en el mercado mundial del petróleo y una rápida escalada de los precios en el mercado al contado en el segundo trimestre.

La OPEP siguió con una serie de subidas de precios en abril, julio y diciembre. En 1980, la guerra entre Irán e Irak provocó un nuevo descenso de la producción.

Para los economistas de Bank of America (BofA) la primera conclusión es clara: "La guerra es inflacionaria". En una nota para clientes publicada a finales de la semana pasada señalan que 2022 está siendo el comienzo de año más fuerte desde 1915 (I Guerra Mundial) para los precios de las materias primas con el precio más alto de todos los tiempos para el carbón y el aluminio, y el más alto desde 2008 para el petróleo y el precio trigo. El petróleo en rublos rusos se ha duplicado en los últimos 12 meses, añaden.

Su segunda conclusión es que "la guerra es estanflacionaria". "La guerra del Yom Kippur y el shock del petróleo del 73 fueron negativos para Wall Street. Sólo las materias primas superaron a la inflación, el S&P 500 retrocedió un 40% desde su pico, las acciones tecnológicas, de consumo, bancarias y de pequeña capitalización fueron golpeadas", indican.

"La Reserva Federal endureció su política pero los precios del petróleo no se revirtieron en el 74, se mantuvieron estructuralmente altos a pesar del cese de las hostilidades. El mercado bajista/recesión terminó sólo una vez que la FED revirtió su curso, reduciendo la tasa de fondos de la FED del 14% al 3%", agregan.


¿HASTA DÓNDE PUEDE LLEGAR EL PETRÓLEO?
Ahondando más en la comparativa con los 70, el economista Juan Ignacio Crespo intenta calibrar las actuales subidas del petróleo con las de dicha etapa histórica. "Desde el shock de oferta del petróleo de 1974 (por la guerra del Yom Kippur) y el posterior de 1979 (por la revolución iraní) no se había visto un inicio de año comparable a lo que está sucediendo en 2022", explica el experto citando como causa un doble fenómeno:

En primer lugar, "el cambio de ciclo de las materias primas a un "superciclo" alcista, tras los 13 años de tendencia bajista de precio que duró desde 2008 (aunque tomó la dirección más claramente en 2011) hasta 2021".

En segundo lugar, "la guerra en Ucrania, que ha exacerbado esa tendencia al alza del precio de las materias primas iniciada tras el cierre de las economías por la pandemia".

El economista calcula la subida de precio del petróleo Brent desde el 31 de diciembre de 2021 (+52%). Con el cierre de la semana pasada, constata que ha superado la subida en idéntico período de algo más de dos meses en el inicio del año 1979. Pese a todo, la revalorización del petróleo Brent está todavía lejos de la que tuvo en 1974.

"Hasta ahora, viendo que la subida de precio del Brent se había estado pareciendo a la de 1994, primero, y a la de 2021, después, habíamos hecho el pronóstico de que el barril de Brent llegaría hasta 128 dólares. Pero, si el parecido con 1979 se mantuviera a lo largo del año, estaríamos abocados a un precio del Brent cercano a los 220 dólares", vaticina Crespo.

¿Se mantendrá ese parecido con 1979? "La mala expectativa de la guerra que Rusia ha iniciado en Ucrania, y la necesidad geopolítica de no seguir comprando la energía en Rusia, podría llevar claramente a esa situación. Todo dependerá de una decisión geopolítica por parte de la Unión Europea y de EEUU. Y EEUU está a punto de tomarla", responde el experto.

"Pronosticar una recesión, con todos sus efectos secundarios, siempre está lleno de riesgos, pero creemos que nos hemos acercado mucho más a ese escenario", sentencian desde Rabobank.


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