Respeto a reducir las horas de trabajo, el diputado electo advierte que “sólo disminuir la jornada laboral sin tomar en consideración la productividad significa perjudicar el crecimiento de nuestro país”
CLAUDIA RIVAS A.
El abogado y magister en derecho constitucional admite que llegar al Congreso era un anhelo que tenía desde pequeño, por lo que ha encaminado su trayectoria política hacia ese destino. De ahí que Nelson Venegas Salazar (47), militante del Partido Socialista (PS), finalmente llegue a la Cámara de Diputados en representación del distrito 6.
En su camino hacia el Congreso, fue alcalde de la comuna de Calle Larga, durante tres periodos; director jurídico de la Municipalidad de Ovalle y secretario municipal de la comuna de El Bosque, en la Región Metropolitana, antes de llegar al municipio.
Nelson Venegas Salazar
- ¿Qué lo motivó a postular al Congreso?
- Evidentemente esta era una aspiración que tenía desde pequeño. De hecho, estudié derecho para dedicarme a la política, porque es una cerrera que está en sintonía con los temas políticos e incluso también elegí hacer un postgrado en algo que tiene que ver con lo político, con el derecho constitucional. Hoy consideraba que era necesario llevar esa experiencia adquirida; y, por otra parte, llevar una visión más de terreno al Congreso, donde uno nota que hay un divorcio entre lo que se discute en el Parlamento y lo que siente la gente en la calle.
- Dada su expertise en derecho constitucional, ¿qué le parece la forma como está trabajando la convención Constitucional?
- Como en todo cambio, lo nuevo siempre genera ruido. Pero, sobre todas las cosas, hay que generar las condiciones para salvar este proceso, que es histórico en nuestro país, donde por primera vez una Constitución surge plenamente desde la soberanía popular. Hay que generar instancias y mecanismos que permitan que la gran mayoría de los convencionales –que representan a la gran mayoría de los chilenos- sean capaces de concordar principios que nos representen a todos.
- ¿Qué piensa de las críticas que se le han hecho al organismo?
- Siento que ha existido una suerte de denostación respecto del trabajo que se está realizando. Porque si uno saca la cuenta, las cuestiones aprobadas por el Pleno han sido apoyadas por 2/3, lo que significa una mayoría sustancial y que, en rigor, no son cambios tan equivocados. Han existido propuestas muy equivocadas, pero no han tenido aceptación en la propia Convención.
-Entre los temas que han generado debate está la propuesta de reemplazar el Senado por un Consejo Territorial, aunque el colectivo socialista la respaldó, desde el Partido Socialista han salido voces a aclarar que la idea no representa al PS, ¿cuál es su opinión?
- El Congreso unicameral es una postura que nosotros los socialistas hemos sustentado desde hace mucho tiempo. Incluso en el proyecto de reforma constitucional de Salvador Allende ya se hablaba de la posibilidad de un Congreso unicameral que desburocratice el sistema legislativo. Si a esto se le suma un sistema que venga a reemplazar al Senado en la perspectiva que, como en la Cámara quedan representadas todas las posiciones políticas, es necesario que exista una instancia que resuelva aquellos temas que tienen que ver con la descentralización, creo que sería un cambio favorable.
- Siempre se ha criticado que los parlamentarios crean una especie "parcelas políticas" en sus distritos o circunscripciones, ¿esta propuesta podría generar un peligro mayor de corrupción por la influencia que tendrían los senadores en sus zonas?
- Creo que la política siempre va a estar sujeta a la potencialidad de darle más poder a aquellos que la ejercen, por eso existe el sistema de división de poderes y leyes que tienden a limitar este impulso que tiene la política de tratar de hacer crecer el poder. Pero, creo que esto se puede compensar si es que estas medidas de descentralización le dan un mayor poder de autonomía a las provincias y, sobre todo, a las comunas. Este nuevo rol de las regiones debe complementarse con un mayor empoderamiento respecto de lo que es la gestión en los gobiernos locales. "Revisaría el IVA"
- Puesto que una de las prioridades del futuro gobierno será una reforma tributaria, ¿le preocupa que genere efectos negativos en la inversión?
- Nosotros tenemos un problema que es gravísimo en nuestro país, que es la alta concentración de la riqueza. Leía un estudio que decía que las cinco mayores riquezas de Chile, lo son también de Latinoamérica. Por eso, uno de los grandes desafíos que tenemos que acometer, de una vez por todas, es tratar de generar mejores condiciones de equidad social. Ahora, toda reforma tributaria tiene que ser estudiada caso a caso, porque no se trata sólo de subir los tributos, sino que se debe hacer de una manera inteligente.
- ¿De qué manera tendría que ser entonces?
- Que grave efectivamente a aquellos que tienen mucho; no desincentive a las pequeñas y medianas empresas que, generalmente, son las que al final terminan pagando; que no perjudique los servicios, que son labores que ejercen los profesionales y la clase media; y revisaría algo que tuviera que ver con el IVA, porque este impuesto grava a los sectores más populares de nuestro país, que son los que han venido sustentando el desarrollo del Estado por mucho tiempo. Una reforma tributaria inteligente debe gravar a los grandes capitales por sobre el resto de los ciudadanos. Eso es fundamental.
- ¿Qué rol debieran jugar los grandes empresarios en ese proceso?
- Los grandes empresarios en este país son grandes capitales que, lamentablemente, han generado una concentración en virtud de la cual menos del 1% de los chilenos se queda prácticamente con el 28% del Producto Interno Bruto y el 0,01% se queda con algo así como el 9% del PIB. Entonces, si no nos hacemos cargo de esa situación es que no hemos entendido el origen de lo que causó el conflicto social que, desde hace un tiempo, venimos viviendo. Si no realizamos una reforma que vaya en esa perspectiva, lo único que vamos a lograr es prolongar un conflicto social que es lo que más atenta en contra de la inversión y los negocios.
- La inestabilidad...
- Claro, tener un clima complejo, en términos sociales, es lo peor que nos puede pasar y la mejor manera de salir de eso es generar mejores condiciones, en términos de igualdad social, gravando a los grandes capitales.
- ¿Podría tener efectos sobre el crecimiento?, que ya ha sido bajo y se proyecta que lo siga siendo al menos los próximos dos años.
- El crecimiento no necesariamente depende de los grandes capitales, considero yo. Sino principalmente de la capacidad que tengan las empresas en Chile de darle mayor valor agregado a los productos. Estamos viviendo la crisis del ingreso medio y de un modelo de desarrollo que también está agotado y desde el año 2008 aproximadamente empezó a dar señales de fatiga. Por lo que creo que todo lo que tiene que ver con crecimiento económico, no sólo ahora, sino también para el futuro, pasa necesariamente por revisarlo y sobre todo por generar valor agregado a nuestras exportaciones. Eso pasa también por una revitalización y modernización de nuestro sistema educacional, que tienda a que seamos capaces también desde el Estado a generar políticas tendientes a otorgar valor agregado a los productos que se exportan.
- Uno de los mayores recursos del Estado vienen del cobre, ¿es necesario seguir avanzando en el proyecto de royalty minero que se analiza en el Congreso?
- Estoy a favor de un royalty minero de manera razonable, yo no me voy a dejar llevar sólo por eslóganes; un royalty tiene que ver también con incentivar las inversiones, tiene que ser medido y racionalmente aplicado, pero es necesario por los altos dividendos que están sacando las empresas, sobre todo internacionales. También es fundamental para que, en alguna medida, lo que se saca en términos de mineral, de los territorios, también deje algo en nuestras respectivas regiones, cuestión que hoy día prácticamente no ocurre. Ojalá que dentro de esta lógica no sólo estuvieran las empresas privadas, sino también se incorporara una mayor solidaridad con el territorio por parte de Codelco. "No creo en las AFP"
- Otra de las prioridades del futuro gobierno son las pensiones, ¿cuáles deberían ser los pilares de la reforma de pensiones que el nuevo gobierno envíe al Congreso?
- Lo principal es que tenemos que ir avanzando hacia un sistema mixto, donde haya un aumento de las cotizaciones que no esté cargado a los trabajadores. Lo que originó el conflicto en esta materia es la manera en que han operado las AFP, yo no creo en las AFP.
Entiendo sí que los cambios no tienen que ser tan abruptos, pero estoy porque se terminen las AFP. Por otro lado, los sueldos son muy bajos; por lo tanto, si entregamos sólo el alza de las cotizaciones a los trabajadores, ellos se quedan con salarios muy bajos y lo que se saque de sus remuneraciones tampoco alcanza para una suerte de capitalización que permita jubilaciones dignas.
- ¿Qué habría que hacer entonces?
- Yo creo que hay un rol que tiene que desempeñar el empleador y también el Estado, a partir de beneficios, como los que se han estado otorgando a través de la Pensión Garantizada Universal, que van en una justa medida y, ojalá, fuéramos aumentándola en el tiempo, de manera tal de que exista un aporte que se aumente por parte del empleador, también por parte del trabajador y del Estado.
- ¿Estaría disponible para aumentar la edad de jubilación?
- No estoy de acuerdo con eso. Entiendo que las expectativas de vida han aumentado, pero no es lo mismo trabajar como gerente en una empresa o como abogado, donde se puede seguir trabajando hasta los 80 u 85 años, que realizar trabajos físicos, como es el caso de la mayoría de los trabajadores chilenos, hasta los 65 años. Por lo tanto, estandarizar una medida de esta naturaleza me parece complejo.
- ¿Le parece real aplicar en Chile la reducción de la jornada laboral de 45 a 40 horas?
- Tenemos que ir tendiendo poco a poco a aquello; sin perjuicio de que junto con eso también tiene que ir aumentando la productividad de nuestras empresas. Y la productividad se mejora a través de la capacitación, la educación, de mejorar las condiciones laborales también. Y en la medida que haya mayor productividad, evidentemente, tenemos que ir avanzando hacia lo que han hecho países europeos en esta área.
Pero tienen que generarse mecanismos complementarios, porque sólo disminuir la jornada laboral sin tomar en consideración la productividad significa perjudicar el crecimiento de nuestro país.