El Kremlin ha estado fortaleciendo sus reservas en oro y en divisas extranjeras alternativas al dólar, lo que les permitiría protegerse ante posibles represalias económicas.
ALBERTO PERALTA
Las sanciones económicas de Occidente podrían estrellarse contra el blindaje ruso. Las más recientes cifras del Banco de Rusia revelan que, desde que invadió la península de Crimea en 2014, el Kremlin ha estado fortaleciendo sus reservas en oro y en divisas extranjeras alternativas al dólar, lo que les permitiría protegerse ante posibles represalias económicas.
En este sentido, las entidades financieras y los políticos de Europa, Reino Unido y la UE han alertado que las medidas contra el gobierno de Vladimir Putin podrían ser demasiado blandas. Cabe destacar que, por el momento, no se han tomado medidas económicas directas contra Putin ni contra ninguno de los principales bancos rusos como Sberbank o VTB bank.
El Kremlin se ha ido desvinculando del dólar progresivamente desde 2014. Según el Banco de Rusia, sus reservas en oro pasaron de representar un 15,4% del total a un 21,7% entre junio de 2016 y junio 2021. En este mismo periodo, sus reservas en dólares estadounidenses cayeron de un 40,9% a un 16,4% del total. El premio, sin embargo, se lo lleva el yuan: mientras en 2016 ni siquiera figuraba en las estadísticas, en 2021 llegó a representar alrededor del 13,1% del total.
La desvinculación con Europa, sin embargo, no ha sido igual. Sus reservas en euros actualmente representan un 32,5% del total de sus activos, en comparación con el 30,2% de 2016, aunque en 2020 cayó a 29,5%.
La Comisión Europea añadió ayer 27 entidades y 351 individuos nuevos a la lista de sancionados por “atentar contra la integridad territorial de Ucrania”, entre ellos bancos menores, parlamentarios, oligarcas rusos y aliados políticos de Putin.
Fuentes de la Comisión Europea han explicado a Cinco Días (El País) que el alcance total de las sanciones será comunicado en los próximos días, aunque han reconocido que por el momento se asemejan en muchos aspectos con las que se impusieron en 2014 tras la invasión de Crimea, salvo por el bloqueo de compra de deuda soberana rusa.
Estados Unidos y el Reino Unido, por su parte, han enfocado las represalias en los pequeños bancos que financian las operaciones militares en las regiones separatistas y en el entorno de Putin.
Desde el banco japonés MUFG opinan que las nuevas sanciones tienen que tener un nuevo enfoque: “Rusia se ha vuelto en gran medida independiente de la financiación extranjera y hay mucho menos margen para que este tipo de sanciones genere una presión adicional. Sacar a las entidades del sistema en dólares sería doloroso, pero se han preparado para esto diversificando la denominación de sus activos y pasivos extranjeros y su comercio fuera del dólar, y estipulando el uso de monedas alternativas en muchos de sus contratos”.
El gigante japonés aclara que esto no quiere decir que las sanciones occidentales sobre la financiación no puedan desencadenar una volatilidad significativa del mercado, ya que un 20% del mercado de bonos ruso y un porcentaje similar de su renta variable están en manos extranjeras. No obstante, si bien las salidas de estas posiciones seguirían siendo demasiado pequeñas para restringir notablemente el financiamiento ruso.
Moscú también está intentando crear su propio sistema de pagos internacionales desde 2018 en caso de que se le aislara del sistema Swift, un servicio de mensajería financiera global supervisado por los principales bancos centrales occidentales. Asimismo, Rusia ha estado recortando el su presupuesto y sus préstamos, priorizando la estabilidad sobre el crecimiento. Eso podría implicar que, a pesar de que su economía ha crecido a un promedio menor al 1% anual durante la última década, su economía podría haberse vuelto más autosuficiente.
Manifestantes ucranianos protestando frente a la embajada rusa en Londres
tras el anuncio de las nuevas sanciones económicas (REUTERS)
LAS MEDIDAS ECONÓMICAS DE OCCIDENTE CONTRA RUSIA
Europa: En gran medida son una extensión de las de 2014. Entre las novedades destacan un bloqueo del acceso de la deuda soberana rusa a los mercados y el sistema financiero europeo, junto a sanciones comerciales enfocadas al comercio de bienes con las regiones separatistas ucranianas de Donetsk y Lugansk.
EE UU: Ha anunciado sanciones contra algunos oligarcas del entorno de Putin y contra los bancos rusos Vnesheconombank y Promsvyazbank, además de una prohibición de compra de deuda soberana rusa.
Reino Unido: Londres ha congelado los activos de cinco bancos, junto con tres multimillonarios rusos que también se verán afectados por prohibiciones de viaje hacia el territorio británico.