La rotura de un oleoducto a causa de la erosión provocada por la represa en el Río Coca derivó en el derrame de 6.300 barriles de petróleo en una reserva ambiental protegida
YALILÉ LOAIZA
En la Amazonía ecuatoriana se derramaron 6.300 barriles de petróleo, según la información dada por el ministro de Energía, Juan Carlos Bermeo y el presidente ejecutivo del Oleoducto de Crudos Pesados, Jorge Vugdelija, a los legisladores del Congreso ecuatoriano.
Este derrame ha afectado a más de 21 metros cuadrados incluyendo la zona del Parque Nacional Cayambe Coca, conocido por ser hábitat de varias especies protegidas. Además, el crudo ha contaminado al Río Coca.
La rotura del Oleoducto de Crudos Pesados, que provocó el derrame del crudo, fue causada por la erosión regresiva del Río Coca, ocasionada por la construcción de una represa china que ha presentado varias fisuras.
Las aguas contaminadas por el petróleo alcanzaron a decenas de comunidades kichwas de las provincias amazónicas de Napo y Sumcumbios. Esta no es la primera vez que un evento así sucede.
En 2020, se derramaron 15.800 barriles en la selva ecuatoriana. En ese entonces, un socavón, también causado por la erosión regresiva, produjo otra rotura de los oleoductos que transportan al petróleo ecuatoriano. De acuerdo con Amazon Frontlines, ese derrame ha sido el peor derrame de petróleo del Ecuador en más de una década.
Como consecuencia, la rotura y el derrame que comprometió las fuentes de agua y territorio de los indígenas amazónicos causó “la vulneración de derechos a más de 27.000 indígenas kichwa que viven a orillas de los ríos Coca y Napo en Ecuador, quienes han pasado casi dos años sin agua potable, sin alimentos, sin salud y sin un ambiente saludable”.
Tras el desastre del pasado 28 de enero, la empresa del Oleoducto de Crudos Pesados ha recuperado 5.300 barriles y trabaja en recuperar 1.000 más.
En la sesión con la comisión legislativa, el ministro Bermeo dijo que, cuando hubo la alerta de la rotura del oleoducto, se iniciaron los trabajos de remediación y se intentó recoger el crudo en piscinas y trasladarlo en tanqueros hacia Lago Agrio.
En su comparecencia, el secretario de Estado denunció que aquel día, los moradores de la zona prohibieron el paso de los vehículos que se encargarían de contener el desastre, pese al riesgo que significaba que las piscinas provisionales llenaran su capacidad y se derramaran. Bermeo dijo que las personas que impidieron que se realicen esos trabajos “están perfectamente identificadas con nombres y apellidos”.
Las comunidades indígenas que habitan en la Amazonía se llevan la peor parte. Con sus fuentes de aguas y territorios contaminados, los indígenas permanecen en un estado de vulnerabilidad. El Ministerio del Ambiente, en uno de sus reportes de situación, informó que en los dos últimos días han sido removidas 55 volquetas de suelo afectado, también se evacuó tres tanqueros de agua oleosa, según lo declarado por Marco Chacón, administrador del Parque Nacional Cayambe Coca -Zona Baja.
El derrame de crudo afectó al Parque Nacional Cayambe Coca, que es un área protegida desde 1970. De acuerdo con la información del Ministerio del Ambiente, esta Reserva protege una de las principales provisiones de agua del país.
En este sector se han identificado 106 especies de mamíferos, como el oso de anteojos, lobo de páramo, raposa común, murciélago orejón andino, puerco espín, musaraña andina, entre otros. También se han observado 395 especies de aves como el cóndor andino, el guacamayo militar, el tucán andino, el pato puntiado, el zambullidor plateado y la perdiz de páramo. Alrededor de 70 especies de reptiles y 116 especies de anfibios habitan la zona.
En una rueda de prensa, Nemo Andi, dirigente de Mujer y Salud de la Confederación de las Nacionalidades Indígenas de la Amazonía (Confeniae) informó que el último derrame de petróleo afectó a al menos 60.000 personas, y a animales como peces que son parte de la dieta de los indígenas.
Por su parte, Alexandra Almeida de Acción Ecológica dijo que este derrame era previsible y cuestionó a las autoridades por su inacción. Además, Almeida recalcó que, como consecuencia de estos desastres “los niños comienzan a tener problemas de desnutrición porque no comen la proteína como los peces de los ríos de sus comunidades, y además porque sus chacras están contaminadas con petróleo”.
La viceministra de Ambiente, Bianca Dager, visitó la zona afectada por el derrame del petróleo y señaló que “no vamos a desfallecer hasta que esté todo remediado. Nuestro equipo reportó la emergencia y ha permanecido en el lugar. Tenemos personal en todos los puntos de monitoreo y velando porque se desarrollen con agilidad la contención y extracción del crudo pero también es importante que las comunidades permitan estas labores”. El Ministerio del Ambiente ha anunciado acciones legales para sancionar los daños causados por el derrame.