Faltan estudios y explicaciones oficiales que despejen las preocupaciones que genera ante una posible contaminación del agua
Mendoza avanza con la reactivación de la mina Potasio Río Colorado y se vuelven a encender las alarmas en La Pampa.
El proceso comenzó en diciembre del 2020 con la salida de la minera brasilera Vale. Acto seguido, el gobierno mendocino puso en marcha el "Polo Logístico", que es un formato provisorio para rentabilizar el predio.
Ahora se conoció que ya se están instalando una petrolera, una minera y dos empresas proveedoras de servicios que operan en la zona al límite con Neuquén.
Emilio Guiñazú, gerente general de la empresa Potasio Río Colorado, dialogó con FM Vos (94.5) y Diario San Rafael. “Básicamente el polo logístico responde a dos motivos. Por una parte, la provincia tiene necesidad de dotar de infraestructura y competitividad territorial a la región, para poder atender de manera más eficiente las actividades que se están desarrollando, fundamentalmente al sector petrolero, y también en alguna medida al sector minero. Y por otro lado disponer de un activo que tiene la empresa, hoy día ocioso, que se necesita mantener y que naturalmente tiene su costo", indicó.
"Estamos dando los primeros pasos y desde hace un par de meses comenzamos con trabajos de mantenimiento y nos hemos puesto en contacto con las empresas que sabíamos tienen actividad en la región. Ya tenemos la primera empresa petrolera utilizando los servicios del polo logístico para mejorar sus actividades", añadió.
Guiñazú comentó que "esta empresa tenía que desplazarse hasta Neuquén, o a cualquier otra región para atender sus necesidades logísticas. Hoy ya opera con Potasio Río Colorado. Las empresas que trabajan en la región, normalmente se abastecen desde Rincón de los Sauces. Los yacimientos que están en el extremo sur de la provincia tienen a Malargüe a 300 kilómetros de distancia, y a Rincón a 50".
"La lógica económica indicaba que fueran a buscar servicios a este último lugar. El desarrollo de PRC les permite encontrar soluciones en el lado mendocino, y esperamos que esto fomente la llegada de nuevas empresas a trabajar en ese lugar. Mendoza tienen diferentes regiones de explotación; en el caso concreto de Malargüe sur, para llegar a la ciudad, hay 300 kilómetros de ripio", apuntó.
"Por lo tanto, llegar con servicios implica más de tres horas de viaje, y además con el peligro latente que significan las rutas de ripio. Por eso es fundamental la puesta en funcionamiento del polo logístico, y será aún más importante ya que una vez que esté funcionando, será la solución definitiva al problema de competitividad territorial que mencioné al principio. Estamos dando pequeños pasos, pero gracias a Dios vamos avanzando, y esperamos tener pronto mas empresas”, cerró la entrevista Guiñazú.
"MUCHOS INTERROGANTES"
A fines del año pasado, el diputado nacional pampeano Martín Berhongaray presentó un nuevo pedido de informes referido al proyecto minero Potasio Río Coloroado, que esconde "muchos interrogantes", según describió.
El legislador impulsó la iniciativa junto a la diputada nacional por el radicalismo pampeano Marcela Coli.
Este es el tercer proyecto con relación al mismo emprendimiento minero, tras conocerse que el yacimiento fue transferido al Estado de Mendoza, y su gobierno avanza con el llamado a licitación para seleccionar potenciales interesados en asociarse o comprar la mina. "Faltan estudios y explicaciones oficiales que despejen las preocupaciones que genera", advirtió Berhongaray.
En el primero de esos proyectos se requirió a la Comisión Mixta Parlamentaria Revisora de Cuentas del Honorable Congreso de la Nación Argentina que disponga la inclusión dentro del Plan Anual de Acción de la Auditoría General de la Nación (AGN), la realización de una nueva Evaluación de Impacto Ambiental.
También se reclamó al Ejecutivo Nacional que arbitre lo conducente a fin de garantizar que se repita el cumplimiento de todas las acciones, procedimientos e instancias exigidas por la legislación nacional para la aprobación ambiental del nuevo proyecto minero.
En un segundo proyecto se abordó "un costado nunca debidamente aclarado", dijo Berhongaray: el Seguro Ambiental de Incidencia Colectiva que por ley debe contratarse y se desconoce si se efectivizó, aunque todo indica que esta exigencia no se encuentra cumplida.
La nueva iniciativa "recoge la preocupación determinada por el riesgo asociado al transporte del producido de la explotación (cloruro de potasio), desde el yacimiento hasta su destino en el puerto de Bahía Blanca".
"Estamos convencidos de que corresponde avanzar en la elaboración de los estudios pertinentes a fin de determinar la situación socio-ambiental y el potencial impacto en el recorrido, áreas y zonas urbanas afectadas por el tendido ferroviario, previa a la instalación y operación del proyecto minero", insistió el legislador pampeano.
Señaló que "la escasa información disponible da cuenta de que la firma minera obtuvo un documento de concesión para el uso de un predio en la zona portuaria de Bahía Blanca por 50 años con la opción a renovación por 50 años más, y se abrieron conversaciones con Ferrosur para establecer de qué obras ellos se harán cargo y de cuáles la empresa".
Representantes de la firma minera adelantaron en su momento que como el tramo de Estación de Transferencia hasta Cipolletti, el ferrocarril no se utiliza desde hace 40 años, para reactivar esa parte se debe “…relocalizar la gente que tiene su vivienda a la vera de la vía….”
A mediados de julio de 2012, los entonces gobernadores de Neuquén y de Río Negro destacaron los beneficios que reviste el acuerdo firmado por ambas provincias, el Gobierno Nacional y la empresa minera para la construcción, operación y mantenimiento de una vía férrea con un recorrido de alrededor de 350 kilómetros entre Chichinales (Río Negro) y Rincón de los Sauces (Neuquén).
"Nótese que el Proyecto Ejecutivo presentado por la minera -dice Berhongaray- prevé 4 formaciones de trenes, en operación durante 24 horas al día, los 365 días al año, pero llamativamente solo menciona un corredor ferroviario que atraviesa las provincias de Río Negro, Neuquén y Buenos Aires. Es decir, omite toda referencia y análisis respecto del paso del 'tren de potasio' por la provincia de La Pampa, evitando por consiguiente relevar las condiciones ambientalmente sensibles a lo largo de dicho recorrido", advierte.
"No se tiene conocimiento del Plan de Gestión Ambiental y Plan de Contingencias para las localidades pampeanas potencialmente involucradas en el recorrido. El cloruro de potasio puede ser una sustancia contaminante si no se toman las medidas de seguridad en su transporte", recordó.
Añadió que "por supuesto, debe estudiarse el potencial impacto sobre redes de agua potable, servicios cloacales y gas emplazadas debajo de las vías, o próximas a ellas, seguridad de los transeúntes, impacto en fundaciones o cimientos de viviendas cercanas, y otras cuestiones asociadas. Nada de ello han realizado las autoridades hasta el momento", cuestionó.
CONTAMINACIÓN DEL AGUA
La Pampa siempre cuestionó el emprendimiento minero en el ámbito del Comité Interjurisdiccional del Río Colorado por temor a la contaminación del agua.
El proyecto original preveía una producción máxima de 2,4 millones de toneladas de cloruro de potasio. Después se llegó a hablar de 4,3 millones de toneladas. Inicialmente la vida útil del yacimiento iba a ser de 40 años, ahora ya se dice que podría extenderse hasta 60 anos.
En el mes de septiembre de 2020 el delegado de La Pampa ante el COIRCO, Juan Grecco, afirmó que “la obra está detenida hace varios años. Es un derecho que le corresponde a Mendoza y la misma empresa, estatal o privada, va a tener que cumplimentar todas las medidas de control que le sean exigidas para realizar este proyecto”.
El pampeano recordó que el proyecto original estaba emplazado a menos de un kilómetro del río y que, por orden de COIRCO, Mendoza y Vale debieron mudarlo 20 kilómetros al norte del cauce, donde existe una capa de impermeabilización que garantiza que no se produzca una contaminación en las napas freáticas.
"El motivo de riesgo en esa zona es la intensidad de los vientos, que producen degradación e implica un tratamiento específico de la parva para que esto suceda en un grado menor”, añadió.
Grecco también minimizó las críticas al proyecto y recordó que “había algunas cosas que desmitificar de esa obra porque el riesgo era el traspaso del cloruro de potasio, que también es una sal, a través del río, pero el riesgo dejó de existir cuando el emplazamiento se mudó de lugar”.