Martín Guzmán apeló a la crisis de legitimidad que atraviesa el Fondo Monetario Internacional para pedir más tiempo para las negociaciones. Así lo hizo saber en una entrevista al Agencia France-Presse frente a la que aseguró que: "El FMI va a perder legitimidad si empuja a Argentina a una situación desestabilizante", dijo.
Las declaraciones llegan a menos de tres semanas del próximo pago al organismo, tras el cual se acaban las reservas internacionales netas y a tres meses del próximo vencimiento que, con una suma de casi 2.800 millones de dólares, será imposible de afrontar para continuar negociando.
El planteo del ministro se apoya en la fuerte crítica que viene sosteniendo su tutor, el premio Nobel Joseph Stiglitz, respecto del rol de este organismo que intensifica las brechas entre países con sus intervenciones en las que recomienda ajustes ortodoxos recesivos que dificultan la recuperación de las economías en problemas en lugar de minimizarlas.
Las críticas no son nuevas, las viene reiterando desde su salida del Banco Mundial en el año 2000. Sus libros como "El malestar en la globalización" cargan contra el organismo por su rol profundizando la desigualdad entre países y cuestionan la legitimidad de un organismo que con sus acciones termina generando más desequilibrios de los que viene a resolver.
El FMI va a perder legitimidad si empuja a Argentina a una situación desestabilizante
El caso Argentino, como expuso Stiglitz, sería otro ejemplo más del sesgo del Fondo y el fracaso de sus políticas y este es el planteo en el trasfondo de la pulseada entre Guzmán y el FMI. Es que para el ministro Argentina tiene mucho que perder si no se llega a un acuerdo a tiempo, pero el Fondo Monetario también. Y por eso, por más rígido que se muestre, el organismo también tiene incentivos para ceder.
Esta tesis de Stiglitz lleva meses repitiéndose en el oficialismo con distintas variantes: "Si usted le debe 4.000 al banco y no puede pagarle, usted está en problemas. Si usted le debe 44.000 millones al banco y no puede pagarle, el banco está en más problemas".
En efecto, el 32,7% del crédito "outstanding" del Fondo Monetario al 31 de diciembre era con la Argentina 29.260 millones de DEGs sobre un total de 89.500 millones de DEGs, no en vano el préstamo de 2018 fue el mayor en la historia del organismo.
El 32,7% del crédito otorgado por el Fondo Monetario al 31 de diciembre era con la Argentina, no en vano el préstamo de 2018 fue el mayor en la historia del organismo. Sin embargo, el monto solo representa el 6,5% de la actual capacidad prestable del organismo.
Sin embargo, los detractores de esta crítica de Stiglitz relativizan el impacto: primero, el monto solo representa el 6,5% de la actual capacidad prestable del organismo y algo más del 3% si se toma el poder de fuego total del FMI considerando arreglos multilaterales y bilaterales. Además, de la veintenta de países con acuerdos de acceso extraordinario, solo Argentina presenta las dificultades crónicas para ordenar sus gastos.
Y agregan que el escándalo de Georgieva en su paso por el Banco Mundial que efectivamente cuestionó la rectitud del FMI que la eligió como directora gerente no se vería magnificado por un nuevo fracaso de un plan económico del "problemático de la clase" como lo llaman a Argentina.
Contra estas visiones y contra la idea de la conveniencia de un rápido ajuste fiscal, Guzmán repasó que este año el déficit fiscal primario no superará el 3% y que él pretende un sendero de convergencia al equilibrio fiscal más largo que el que el Fondo está exigiendo, aunque evitó mencionar los plazos que, como consignó este medio difieren entre llegar al equilibrio en 2024 o en 2027. Para el ministro apurar la reducción del gasto implica recortar el gasto en infraestructura y paralizar la recuperación de la economía argentina.
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"Es fundamental que el acuerdo sea un paso adelante. Para que esto pase el programa tiene que ser creíble e implementable. Por cómo estamos, todavía hay un camino por recorrer. Estamos un poco mejor que hace una semana, pero aun falta#, dijo y detalló que "Hay prácticamente un acuerdo hacia dónde converger: cuál es el resultado fiscal primario hacia el cual debe converger la economía. La diferencia con el FMI está en las velocidades y eso tiene que ver con que se están mirando objetivos diferentes".
Además apuntó a que el problema de balanza de pagos este año "es la deuda con el FMI. Lo que nosotros planteamos es un conjunto de objetivos económicos y sociales y que, por supuesto, queremos cumplir con nuestros compromisos, pero necesitamos tiempo para poder refinanciar estas deudas y que por ese tiempo no nos cobren una condicionalidad tal que detenga la recuperación y que inhiba la capacidad de desarrollo de la Argentina en el mediano y largo plazo Deuda con el FMI".
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Entre otras cosas, parafraseando a Sun Tzu, el ministro aseguró que: "No existe un acuerdo perfecto: debe tener dos partes el acuerdo, cuando en una situación algo se negocia es porque hay una inconsistencia. Lo que se define es cómo se distribuyen las pérdidas. Nadie queda contento con un acuerdo, y si pasa significa que no hay acuerdo".